Policía
Hallado un bebé muerto en un mueble de una casa «okupa»
El neonato estaba metido en una bolsa de plástico dentro de un cajón
Un trágico suceso conmocionó ayer a los vecinos del distrito de Barajas. Un hombre de nacionalidad rumana, que se dedica a la venta de chatarra, entró a una casa deshabitada situada en el número 6 de la calle Orion para ver si encontraba algo que poder vender, según la declaración que dio a la Policía. Pero lo que encontró fue algo mucho mas macabro y terrible.
En uno de los cajones de una de las cómodas del dormitorio de la vivienda unifamiliar descubrió el cadáver de un feto recién nacido metido en una bolsa de plástico. Tras el terrible hallazgo, en torno a las 13:15 horas, el hombre llamó al 091, el teléfono de emergencias del Cuerpo Nacional de Policía, para informar del suceso. Cuando los agentes de la comisaría de Hortaleza-Barajas se presentaron en la casa «okupa» ya no quedaba nadie dentro.
Según Olivia, que regenta un locutorio que se encuentra justo al lado del inmueble donde se encontró al bebé, la casa lleva varios años vacía y hace meses un grupo de gitanos de origen rumano, todos hombres excepto una mujer, se metieron a dormir para resguardarse del frío. «Nunca hemos tenido ningún problema con ellos» declaró.
Fernando, que vive en la misma calle del suceso, cuenta que tanto la madre, de unos 35 años de edad, como su pareja y algunas personas más, se dedican a la mendicidad en distintos lugares del barrio, como la iglesia de San Pedro Apóstol o la plaza de los Hermanos Falcó, donde dormían entre cartones antes de «reventar la puerta de la casa».
Según las mismas fuentes vecinales, la mujer empezó a parir en la plaza de los Hermanos Falcó en la noche del domingo. De hecho, la policía cree que el bebé podría haber fallecido de madrugada o en la mañana de ayer. «Al ver que la mujer estaba pariendo, el hombre que trabaja en la churrería llamó a la Policía, pero cuando llegaron la mujer no estaba, supongo que se habría metido ya en la casa».
Mendigaba por las calles
Al parecer, era habitual ver a la mujer rebuscando en la basura o pidiendo dinero por las calles. «Eran muy insistentes, sobre todo en la puerta de la iglesia, a veces se ponía de rodillas y todo para pedir dinero a la gente que iba a misa», comentó Fernando. Por su parte, su pareja era muy conocido en el barrio, ya que para poder conseguir algunas monedas llevaba consigo una muleta para simular una lesión y así intentar conmover a los vecinos de Barajas. «Siempre le veo pasear por aquí con la muleta y luego de repente le ves corriendo» comentó Virtudes, otra de las vecinas que se encuentra muy sorprendida con la noticia. De hecho, al conocer que la pareja de la madre simulaba padecer una cojera, Virtudes se acercó a la mujer para comprobar si de verdad se encontraba en estado de buena esperanza o por el contrario se trataba de otra estratagema para conseguir dinero fingiendo un embarazo. «Hablé con ella hace ocho o nueve días. La vi en el súper y le pregunté si estaba embarazada de verdad o llevaba una barriga de plástico, porque como su novio va con la muleta y no tiene nada, –añade– y ella misma me dijo que sí, que estaba embarazada de verdad, me dio pena y le di unas monedas». «La verdad es que me dió bastante pena porque es una chica muy delgadita y no se la veía bien, no parecía que estuviese de nueve meses», aunque al parecer el bebé ya estaba en la fase final de la gestación.
La investigación
Ahora, el Grupo V de Homicidios, que se ha hecho cargo de la investigación, está intentando esclarecer este horrible suceso y ver qué pudo llevar a una madre a dar a luz de esa manera, sin avisar a los servicios de emergencias y, posteriormente, meter en un cajón de una cómoda a su bebé.
Por el momento, los agentes a cargo de la investigación desconocen el momento exacto en el que se produjo el nacimiento, todo apunta a que el parto se produjo entre la madrugada del domingo y la mañana de ayer lunes, y si el pequeño nació vivo o muerto, dato que se esclarecerá cuando se conozcan los datos de la autopsia realizada al cadáver del feto. Los agentes también trabajan por averiguar el paradero de la madre, a quien se vió por última vez en la plaza de los Hermanos Falcó, o de algún familiar del bebé.
No tenían problemas con los vecinos
Los habitantes del distrito de Barajas conocían de sobra a este grupo de gitanos rumanos. Según cuentan llegaron hace pocos meses al barrio y eran un grupo amplio, de unas diez o quince personas, que simplemente se dedicaban a pedir limosna o a recoger chatarra, «no estaban metidos en ningún otro tipo de líos como drogas o prostitución» comentó uno de los vecinos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar