Oncología

Hallan un mecanismo que convierte a células inmunes en enemigas, propiciando el crecimiento tumoral

El descubrimiento ayuda a entender cómo se establece este diálogo entre el sistema inmune y el cáncer, y también propone una estrategia terapéutica para revertirlo

El trabajo ofrece una vía prometedora para potenciar las terapias inmunológicas y antiangiogénicas actuales
El trabajo ofrece una vía prometedora para potenciar las terapias inmunológicas y antiangiogénicas actualesIRBLa Razón

En el complejo escenario del cáncer, el sistema inmunológico cumple un rol ambivalente. Mientras algunas de sus células combaten activamente los tumores, otras pueden convertirse en aliadas inesperadas, promoviendo su crecimiento y expansión. Este es el caso de las células mieloides supresoras, un grupo de células inmunológicas que, lejos de defender al organismo, pueden colaborar con el tumor suprimiendo la respuesta inmune, favoreciendo la formación de vasos sanguíneos que alimentan al tumor y facilitando las metástasis. Estas células tienen un rol clave en la resistencia a distintas terapias, incluidas la inmunoterapia, la quimioterapia, la radioterapia y la terapia anti-angiogénica.

Pese a su importancia, los mecanismos que coordinan estas funciones pro-tumorales son aún un gran enigma. Un equipo de científicos argentinos acaba de arrojar luz sobre este proceso, identificando un circuito molecular clave que permite a estas células adquirir propiedades inmunosupresoras, pro-angiogénicas y pro-tumorales. El hallazgo, publicado hoy en la prestigiosa revista "Immunity", no solo ayuda a entender cómo se establece este diálogo entre el sistema inmune y el tumor, sino que también propone una estrategia terapéutica para revertirlo.

El estudio reveló que cuando las células mieloides supresoras se acercan al entorno tumoral, modifican los azúcares (glicanos) que decoran ciertos receptores en su superficie. Estos glicanos actúan como un “código de barras o DNI” que es reconocido por una proteína abundante en el microambiente de tumores: la galectina-1.

La unión de galectina-1 a células mieloides supresoras desencadena cambios profundos activando el factor de transcripción STAT3, lo que potencia la capacidad de estas células de suprimir linfocitos T (las células que destruyen tumores) y de promover la formación de nuevos vasos sanguíneos. Curiosamente, este fenómeno es exclusivo del microambiente tumoral y no ocurre cuando estas células se localizan en otros órganos como el bazo o los ganglios linfáticos.

Este descubrimiento llevó a los investigadores a analizar muestras de pacientes con cáncer. Encontraron que los tumores con altos niveles de galectina-1, particularmente aquéllos asociados a cáncer colorrectal, albergaban más células mieloides supresoras activadas, asociadas a un peor pronóstico clínico. Además, en pacientes con cáncer de colon y melanoma que no respondían a inmunoterapia, estas células mostraban una “firma de azúcares” altamente permisiva para la unión de galectina-1, reforzando su perfil pro-tumoral, explicando de este modo un nuevo mecanismo de resistencia a estas terapias.

Un camino hacia nuevas terapias

Los científicos identificaron también el complejo de receptores celulares a los que se une galectina-1 (particularmente la integrina alphaMbeta2), desatando una cascada de señales que impulsa la inmunosupresión y la formación de vasos sanguíneos. A partir de este conocimiento, lograron desarrollar una estrategia para bloquear este circuito: utilizando un anticuerpo neutralizante de galectina-1 desarrollado en su laboratorio, o mediante la inhibición de la síntesis de los azúcares claves, lograron reprogramar estas células hacia un perfil inflamatorio y anti-tumoral y reducir el crecimiento de tumores en modelos experimentales.

Este hallazgo no solo abre una nueva ventana para comprender cómo los tumores manipulan al sistema inmune, sino que también ofrece una vía prometedora para potenciar las terapias inmunológicas y antiangiogénicas actuales, permitiendo utilizar un solo agente terapéutico (anticuerpo anti-GAL1) para bloquear ambos procesos en tumores resistentes a dichas terapias. La posibilidad de reprogramar las células mieloides supresoras constituye una estrategia clave en la lucha contra distintos tipos de cáncer.

El estudio fue protagonizado por la Dra. Ada Blidner, Investigadora Asistente de Conicet en el Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), bajo la dirección del Dr. Gabriel Rabinovich (Investigador Superior de Conicet y Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires). El Dr. Rabinovich se ha incorporado recientemente como Senior Group Leader del CaixaResearch Institute

Este avance es fruto de más de una década de trabajo interdisciplinario, sostenido gracias a políticas públicas que apuestan por la ciencia básica y traslacional como motor del desarrollo. El proyecto fue financiado por el Programa de Redes Federales de Alto Impacto del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y fundaciones sin fines de lucro como Sales, Barón, Bunge & Born, Williams, junto al generoso apoyo de donantes particulares como las familias Ferioli, Ostry, Caraballo y Alfonzo.