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«Hemos pasado once años sin saber que mi hermano estaba en una fosa común»

Maribel Casero es la hermana de Raúl, desaparecido con 26 años tras un accidente de tráfico

La Razón
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Maribel Casero es la hermana de Raúl, desaparecido con 26 años tras un accidente de tráfico

El 6 de octubre de 2001 se paró el tiempo para la familia Casero. «Esa fecha nunca se me olvidará», asegura Maribel Casero, la hermana de Raúl. No es la única que retiene en su memoria. Ese día Raúl salió de casa y no regresó. Tenía 26 años. Tras poner la denuncia correspondiente, Raúl

pasó a ser considerado una persona desaparecida. Transcurrieron los años y «el 13 de abril de 2012 nos llamó la Policía para notificarnos que mi hermano había muerto el mismo día que desapareció». Y no por ningún motivo que sirva de excusa para este enorme fallo, como pudiera haber sido un secuestro. «Raúl murió tras ser atropellado por un coche a tan sólo cinco kilómetros de casa. El conductor no se dio a la fuga, era médico», relata.

A pesar de que por lógica, era de esperar que ante el cadáver de un hombre un joven y una denuncia, con la descripción correspondiente, se produjo este error garrafal.

Casero reconoce que «su hermano no llevaba documentación o no apareció y eso que siempre iba con la riñonera puesta». En cualquier caso, uno más uno son dos, y ante un cadáver y una denuncia por desaparición lo normal es que se hubieran atado cabos. No fue así. Ese 13 de abril recibieron la llamada de un guardia civil de Leganés que les comunicaba que fueran al anatómico forense. Lo extraño es que «Raúl vivía y murió en Vallecas», recuerda Maribel, que muchos años después lograron ir encajando las piezas del puzle. «A día de hoy seguimos sin entender nada. Tras el accidente, el cuerpo de mi hermano estuvo cuatro meses en el anatómico forense y, después, le enterraron en una sepultura conjunta con otros cuatro cadáveres que también se encontraban sin identificar por ningún familiar».

El caso fue recogido en diversos medios de comunicación. Lo que hasta ahora no sabía es otro error garrafal más reciente. Tras ser enterrado en una sepultura individual, la familia Casero recibiría otra llamada. «En 2013 nos volvieron a llamar para decirnos que habían detectado que mi hermano estaba enterrado en una sepultura conjunta». Éste ya fue el error que colmó el vaso. Por un segundo pónganse en la piel de los padres y la hermana de Raúl. Las dudas sobre si el cadáver que les habían dicho que era su hijo y su hermano, al que habían enterrado lo era o no. Y no sólo eso, «alguien de la Policía nos dijo que habían visto a mi hermano», relata Maribel.

«No ha sido un fallo, sino un error detrás de otro. No lo entiendo. Ha sido una experiencia muy dura para toda nuestra familia. Te han privado de hacer un duelo durante más de una década y encima nadie nos ha pedido perdón por todo lo ocurrido. Tampoco nos han contestado a ninguna de las numerosas cartas que mandamos en su día».