Rubiales
Huevos como arma de protesta: por qué se siguen tirando pese a lo caros que están
El gesto del tío de Rubiales en la presentación de su libro ha despertado dudas sobre el origen de esta tradición
El reciente episodio protagonizado por el polémico Rubiales, expresidente de la RFEF, que fue atacado por su propio tío con huevos en la presentación de su libro, ha acaparado decenas de titulares en el último día. Este gesto, tirar huevos a modo de protesta, es muy antiguo, y este acto de rebeldía en plena escalada de precios por al gripe aviar y la inflación, sitúan a los huevos como los grandes protagonistas de la actualidad nacional.
¿Por qué se tiran huevos?
Lanzar huevos a políticos, famosos o personalidades destacadas es una práctica que se remonta a la Antigua Roma y es interpretada como un gesto de rechazo o humillación pública hacia un personaje público. En España, es considerado una forma de protesta popular contra la clase política, con ejemplos que van desde mítines hasta actos institucionales.
Las primeras referencias documentadas del llamado 'huevazo' datan de la Antigua Roma. En el año 63 d.C, el gobernador de África fue atacado con huevos por los ciudadanos. Más tarde, en la Edad Media, en España era muy típico lanzar huevos en el teatro a figuras públicas cuando la actuación no gustaba. No se pretendía hacer daño al protagonista, sino ridiculizarlo.
En los siglos XIX y XX, este gesto cobró especial relevancia en los mítines políticos. Los huevos eran baratos (qué suerte), fáciles de conseguir y producían un efecto inmediato de humillación pública. Hoy en día, se mantiene como símbolo de protesta, aunque el encarecimiento de este alimento hace cada vez menos común la acción (con algunas excepciones).
¿Por qué el huevo?
El simbolismo del huevo radica en su fragilidad y su capacidad de manchar fácilmente. Estos rasgos lo convierten en un arma clave. No obstante, expertos señalan que también puede causar daños materiales, ya que la clara y la yema deterioran superficies y pinturas, de ahí que también sean utilizados por los activistas contra el cambio climático en museos.
El caso de Rubiales añade un componente mediático y familiar insólito: su propio tío, actor de figuración en series españolas, irrumpió en el acto y lanzó varios huevos al grito de “sinvergüenza”, siendo detenido posteriormente. El incidente ha sido interpretado como una mezcla de protesta personal y espectáculo público, reforzando la idea de que el huevo sigue siendo un símbolo de rechazo social.
En un contexto en el que el precio de los huevos se ha disparado, el gesto adquiere un matiz irónico: protestar con un producto caro subraya tanto la indignación como la contradicción de quienes lo utilizan.