Medicina

El humo inhalado también provoca infartos y más deterioro cognitivo

Las partículas PM 2,5 encierran el mayor peligro, según dos estudios presentados hoy

La SEE alerta de que el humo de los incendios forestales puede aumentar la mortalidad por causas respiratorias
La SEE alerta de que el humo de los incendios forestales puede aumentar la mortalidad por causas respiratoriasEuropa Press

El humo que generan los incendios forestales puede desplazarse a cientos de kilómetros, extendiendo una nube invisible de contaminación que pone en riesgo la salud incluso de quienes no ven ni huelen las llamas desde su hogar. En los últimos días, diferentes estaciones de control atmosférico han registrado niveles de contaminación que superan hasta 40 veces los valores de referencia recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En algunos puntos de la península, la calidad del aire ha llegado a situarse entre las peores del planeta.

Lo que convierte al humo de los incendios en un problema sanitario grave son las partículas minúsculas que arrastra: las llamadas PM 2,5, con un diámetro inferior a 2,5 micras. Estas son invisibles al ojo humano, pero penetran profundamente en los pulmones, alcanzando incluso el torrente sanguíneo. Y además de provocar neumonías aumenta el número de ingresos y mortalidad por infarto agudo de miocardio hasta un 14 %, según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC).

Los investigadores han llegado a esta conclusión tras analizar los datos de 122 hospitales del Sistema Nacional de Salud con estaciones de mediciones ambientales ubicadas en un radio de 10 kilómetros y la información de 115.071 pacientes mayores de 18 años con diagnóstico de infarto agudo de miocardio entre 2016 y 2021.

Efectos del humo en la salud
Efectos del humo en la saludTania NietoLA RAZÓN

En concreto, los resultados han demostrado cómo concentraciones de esas partículas PM 2,5 superiores a 10 microgramos por metro cúbico en los tres días previos al ingreso se asocian con un incremento significativo en los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio de hasta 22 infartos más por cada 1.000 ingresos.

Asimismo, cuando los niveles de contaminación son muy elevados y superan los 25 microgramos por metro cúbico, el riesgo de mortalidad se incrementa un 14 % más, lo que significa que, por cada 125 personas ingresadas, se produce aproximadamente un fallecimiento más que en días con aire más limpio.

También hoy se conoció que la exposición prolongada a contaminantes atmosféricos puede ralentizar el procesamiento mental, deteriorar la memoria y provocar cambios en la estructura del cerebro en la vejez acelerando el deterioro cognitivo. Así lo pone de manifiesto un estudio internacional que ha sido publicado recientemente por la revista «The Lancet Healthy Longevity» y en el que ha participado Jorge Arias de la Torre, investigador de la Universidad de León (ULe) y profesor en el King’s College de Londres, que forma parte del equipo que ha estudiado a ciudadanos británicos nacidos desde 1946.

El estudio se centró en adultos de mediana edad (45-64 años) y evaluó su exposición a dióxido de nitrógeno (NO2), óxidos de nitrógeno y partículas en suspensión (PM1 0 y PM 2,5).

Posteriormente, cuando los participantes tenían entre 69 y 71 años, se analizó su rendimiento cognitivo y la estructura cerebral mediante pruebas de memoria.