Investigación
Inequidades en el diagnóstico de cáncer de mama
La diferencia es de un mes en España frente a 3 o 4 en los países más pobres de Europa
El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer, y una de las causas principales de mortalidad asociada a la enfermedad. La supervivencia es menor en los países de bajos ingresos, en parte debido a la escasez de programas de detección temprana y la gran proporción de mujeres que se diagnostican con la enfermedad en estadio avanzado.
Así lo pone de manifiesto un estudio de la Escuela Andaluza de Salud Pública, el Ciber de Epidemiología y Salud Pública, el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Granada, que destaca que el nivel económico del país, un nivel sociocultural bajo, el miedo y las creencias negativas hacia el cáncer suponen una mayor demora en la visita al médico al detectarse un cambio en el pecho, repercutiendo como consecuencia en el pronóstico de la enfermedad.
El trabajo, dirigido la investigadora postdoctoral Dafina Petrova, analizó las desigualdades en el diagnóstico de cáncer de mama en los diferentes países del mundo, especialmente en Europa. La investigación recopiló datos de 50 estudios y 18.014 pacientes con cáncer de mama de países de bajos y medianos ingresos, analizando el tiempo que tardaron las pacientes en acudir a un profesional sanitario desde que detectaron sus síntomas por primera vez.
«Para la mayoría de las pacientes en países europeos como España, pasa un mes o menos entre el momento en que detectan algún cambio en el pecho y el momento en que son atendidas por un médico. Sin embargo, para las pacientes que residen en países más pobres suelen pasar entre 3 y 4 meses, algo que podría llevar a diagnosticar el cáncer de mama en un estadio más avanzado, cuando los tratamientos son más agresivos y la curación es más difícil», explicó Petrova.
Las razones de estas demoras son complejas y ligadas a circunstancias sociales y culturales. Algunos de los factores identificados en este estudio fueron el analfabetismo, el bajo conocimiento sobre el cáncer, el miedo y las creencias negativas, el uso de la medicina alternativa y la desconfianza en el sistema de salud. Por otro lado, informes recientes reflejan desigualdades como que sólo el 8% de los alemanes encuentran dificultades para encontrar y acceder a información sobre el cáncer, frente al 40% de los búlgaros, o que Alemania tiene 3,5 aparatos de tomografía computerizada por cada 100.000 habitantes, frente a uno en Reino Unido.
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