Jardinería

Se insta a los jardineros a dejar dos frutas en el césped en septiembre: este es el motivo

Las organizaciones conservacionistas llevan años desmontando la idea de que los comederos únicamente se llenan en los meses fríos

Se insta a los jardineros a dejar dos frutas en el césped en septiembre: este es el motivo
Se insta a los jardineros a dejar dos frutas en el césped en septiembre: este es el motivoFreepik

El mes de septiembre es un momento decisivo para muchas aves que buscan alimento adicional tras el esfuerzo del verano. Los expertos en fauna silvestre recuerdan que, a pesar de la creencia popular de que solo en invierno necesitan nuestra ayuda, es precisamente en estas semanas cuando un sencillo gesto puede marcar la diferencia.

Las organizaciones conservacionistas llevan años desmontando la vieja idea de que los comederos únicamente se llenan en los meses fríos. Según la Sociedad Real para la Protección de las Aves (RSPB), mantener el suministro durante todo el año garantiza la supervivencia de especies en declive y ayuda a los jóvenes que, tras abandonar el nido, aún aprenden a desenvolverse por su cuenta.

En septiembre, además, se da una circunstancia especial: coinciden aves que migran hacia climas más suaves y otras que, al contrario, empiezan a regresar para instalarse en los meses más duros. El flujo de especies incrementa la competencia por los recursos naturales, convirtiendo a los jardines en puntos de apoyo esenciales.

No es necesario recurrir a fórmulas complejas ni a piensos caros. Las aves responden positivamente a ingredientes accesibles y cotidianos: semillas de girasol, avena, frutos secos o larvas secas mantienen su interés y aportan la energía extra que requieren. La clave está en ofrecer variedad y ajustar la colocación del alimento: algunos pájaros, como los mirlos, prefieren alimentarse en el suelo, mientras que otros se sienten más seguros en mesas o plataformas elevadas.

Y entre todas estas opciones, hay dos alimentos especialmente recomendados por los expertos para este mes. Se trata de dos frutas habituales en cualquier hogar, baratas, fáciles de conseguir y con un atractivo indiscutible para especies comunes como los mirlos y los zorzales.

Se trata de las manzanas y las peras. Trocearlas y dejarlas en el césped o en un comedero abierto es suficiente para atraer a visitantes emplumados y ofrecerles un suplemento vital al final del verano. Eso sí, conviene evitar piezas en mal estado o con moho, ya que pueden resultar perjudiciales.

Seguridad e higiene

Colocar la fruta o el alimento en zonas despejadas, libres de arbustos donde los gatos puedan acechar, aumenta las posibilidades de que las aves se acerquen sin recelo. Además, mantener limpios los comederos con agua caliente y jabón, al menos una vez por semana, reduce la propagación de posibles enfermedades entre la población silvestre.

Las visitas de petirrojos, estorninos o cotorras pueden llenar de color las jornadas de finales de verano, al mismo tiempo que refuerzan la biodiversidad local.