Biología
La invasión de los minicuerpos
Mosquitos, avispas y hormigas invasoras ponen en alerta a los expertos sanitarios en España por su expansión en las próximas décadas
Como si se tratara del mapa de un meteorólogo, en algún despacho del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona, cuelga un mapa de Europa que muestra la distribución de un fenómeno a lo largo del viejo continente. Las manchas rojas representan la extensión prevista de hoy a 2050. En la actualidad, apenas unos puntos rojos de pequeño tamaño aparecen en Cataluña, el sur de Francia y la costa mediterránea de Italia. Para 2050, las manchas rojas y naranjas rellenan prácticamente todo el continente.
Pero lo que marcan estos gráficos no es la extensión de la sequía, el aumento de temperaturas o el desarrollo de tormentas… Se trata de una proyección científica de la distribución de la hormiga roja de fuego (Selenopsis invicta) una especie invasora procedente de Sudamérica y que es temida por sus picaduras. Las hormigas miden entre 1,5 y 5 milímetros, crean nidos en forma de altos montículos y cuando se sienten amenazadas lanzan a sus obreras a defender el hogar a base de dolorosas picaduras. Un 6% de la población puede ser alérgica a las sustancias que inoculan. Al año mueren cerca de 80 personas a causa de un ataque de hormiga roja de fuego.
Un reciente estudio del IBE, publicado en la revista Current Biology, acaba de dar la señal de alarma al identificar 88 nidos de esta especie en la ciudad siciliana de Siracusa, repartidos en un terreno de solo cinco hectáreas. Los modelos de predicción sobre la capacidad de colonización del animal contemplan que en 25 años cerca del 7% del suelo europeo podría albergar alguno de sus nidos.
La mitad de las áreas urbanas europeas pueden ser aptas para la hormiga roja de fuego
El trabajo ha detectado que la mitad de las áreas urbanas europeas pueden ser aptas para el establecimiento de este insecto. Las zonas en mayor peligro son las costeras y, entre ellas, las más sensibles están en el Mediterráneo. De hecho, en los mapas de predicción, el centro de la península Ibérica parece mucho más despejado de una posible invasión. La razón es la alta conexión por vía marítima entre las urbes costeras y la «zona cero» en Sicilia.
Si se incluyen en los modelos las predicciones de aumento de temperaturas por el cambio climático, el aumento de población es aún mayor. Los datos apuntalan la idea de que, para evitar daños mayores, es necesario actuar con rapidez. Si la especie empieza a expandirse con libertad fuera de Sicilia, detener su auge puede ser tarea prácticamente imposible.
Estos animales, aunque son voladores durante una fase de su evolución como reinas, no tienen capacidad de viajar de un continente a otro. Si han llegado a Europa es a bordo de barcos, aviones u otros medios de transporte. De hecho, las primeras sospechas de su existencia en Sicilia, confirmadas por el grupo investigador mediante pruebas de ADN, surgieron al reportarse picaduras agresivas en las cercanías de un embarcadero, a 14 kilómetros del puerto de Siracusa.
En 100 años la hormiga roja ha colonizado EE UU, México, Australia, Taiwán y China
¿Es posible acabar con ellas, ahora? La tarea requiere identificar el mayor número de nidos posible y atacarlos con cebos envenenados que acaben con las reinas. Como especie invasora, su capacidad de expansión es espectacular. En 100 años han colonizado Estados Unidos, México, el Caribe, Taiwán, Australia y China. En un solo territorio (Nueva Zelanda) pudieron ser erradicadas.
Su presencia modifica la vida civil de una ciudad. En Estados Unidos y Australia se dedican millones de dólares en combatirla. La hormiga roja de fuego es la última especie en sumarse al catálogo de animales y plantas invasores que afectan a casi cualquier territorio del planeta. Recientemente, la ONU ha emitido un Informe de Evaluación sobre Especies Exóticas y su Control que afirma que hay 3.500 organismos que invaden terrenos que no le corresponden y que provocan daños por valor de 400.000 millones de euros al año.
España, por su posición en un ecotono entre reinos climáticos dispares (europeo y africano), por ser un polo de atracción comercial y turística y por la vulnerabilidad de la posible evolución del clima, es un área sensible para la introducción de especies exóticas.
La expansión de la avispa asiática en España puede provocar daños en la actividad apicultora
En los últimos días se han producido dos noticias preocupantes relacionadas con la invasión de avista asiática (Vespa velutina) en nuestro país. La Unión Llauradora y Ramadera ha confirmado la detección de este himenóptero en la Comunidad Valenciana y ha alertado de los daños que puede provocar en la actividad apicultora. Por otro lado, miembros del Servicio de Extinción, Prevención de Incendios y Salvamento de Jaén, informaron de la detección y destrucción del primer nido de otra especie similar, la avista oriental (Vespa orientalis) en la ciudad.
La Vespa velutina se detectó por primera vez en España en 2010 y se ha extendido con facilidad por el norte del país. En 2014 había colonizado toda la cornisa cantábrica, en 2018 había llegado a Mallorca y en 2021 apareció en el centro de la península. Se cree que para 2029 habrá invadido todo el país. Su evolución se equipara a la de una tormenta que arrasa la península de norte a sur a razón de 100 kilómetros al año. Un estudio publicado en el Journal of Hymenoptera Research ha detectado que todas las Vespa velutina de Europa proceden de una misma hembra que viajó desde China y recaló en Francia a principios de siglo.
Los casos de las hormigas y las avispas se suman a los ya conocidos aumentos de población de mosquitos como Aedes albopictus (mosquito tigre) y el Aedes japonicus. El caso de este segundo es más reciente y sorprendió su expansión por España en 2020. Es un animal que se adapta muy bien a las temperaturas invernales y cría en una amplia variedad de entornos con agua, incluidos charcos, macetas o envases abandonados. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades asegura que existen en Europa más de 10 países invadidos por este insecto. El primero en ser detectado apareció en 2018 en Oviedo.
El mosquito tigre llegó a España por primera vez en 2004 desde el sureste de Asia y ya se ha detectado en más de 40 provincias
El tercer mosquito en liza es Aedes aegypti, uno de los agentes transmisores del dengue. Esta especie ha estado presente en diferentes momentos del pasado. De hecho, España fue hasta el siglo XX el país europeo más afectado por el dengue y ha aparecido y sido erradicado en varias ocasiones. En marzo de este año el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias volvió a advertir de su presencia en algunos puntos del país.
Por su parte, el mosquito tigre llegó a España por primera vez en 2004, desde el sureste de Asia, detectándose en Cataluña. Desde entonces, su expansión ha sido notable. En 2023, este insecto se ha detectado en más de 40 provincias españolas, desde las regiones costeras del Mediterráneo hasta el norte y oeste del país. Las aguas estancadas son sus lugares preferidos para criar.
Los expertos consideran que, si bien la incidencia de enfermedades tropicales en España no ha crecido de manera alarmante, las proyecciones climatológicas y demográficas indican, casi con toda seguridad, que estas especies han venido para quedarse definitivamente ente nosotros.
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