Jaén

Violado un niño en el recreo por ser musulmán

«Se cebaban con él. Le gritaban y le hacían muchos comentarios racistas», señalan algunos vecinos de Chilluévar (Jaén)

Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda.
Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda.larazon

«Se cebaban con él. Le gritaban y le hacían muchos comentarios racistas», señalan algunos vecinos de Chilluévar (Jaén).

Hacía ya un tiempo que el niño de 9 años agredido sexualmente por sus compañeros en Chilluévar (Jaén) venía arrastrando varias situaciones de acoso. Él es musulmán y, desde que sus padres y su hermana pequeña llegaron al pueblo, ha recibido insultos diarios por otros tantos menores de entre 12 y 14 años. Sin embargo, nadie esperaba que fuesen a llegar tan lejos. «Se cebaban con él. Le gritaban y le hacían muchos comentarios racistas», cuenta a este periódico una de las vecinas del pueblo, de casi 1.500 habitantes. «Se habló con los padres de los agresores para que tomaran medidas en el asunto, pero no ha servido de nada».

El niño fue atendido el pasado viernes en el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda tras haber sufrido, al parecer, una agresión sexual en la que estarían implicados hasta cuatro alumnos del Colegio Nuestra Señora de la Paz, el único del pueblo. «Sus padres», asegura la vecina, «sabían que recibía insultos de ese tipo, pero decidieron esperar».

Llegaron hace unos años al barrio jienense, trabajan en la recogida de aceitunas y su principal cometido era integrarse. Para ello, al ser la única familia musulmana, participaban en las actividades que organizaba el Ayuntamiento, realizaban cursos, asistían a reuniones, celebraban festivos y tradiciones... «De hecho, están perfectamente adaptados, se llevan bien con todos nosotros».

La exploración médica que se le realizó refleja lesiones que coincidirían con una violación con penetración. Al constatarlo, fue el hospital el que puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía y de la Policía Nacional. Durante el trascurso de este análisis, la víctima señaló a dos compañeros de la escuela como autores de la agresión y contó también que había sido objeto de otros abusos anteriores, pese a lo cual no había contado nada a su familia porque le habían amenazado. «A pesar de que las agresiones verbales eran algo que se sabía, nadie esperaba que ocurriese esto», relata otro vecino sobre los agresores, de los cuales dos son de etnia gitana. «Yo los conozco personalmente y siempre los he visto un poco traviesos, pero nada más allá».

Los hechos habrían tenido lugar durante el horario de recreo del centro escolar, que acoge a 148 alumnos de educación Infantil, de Primaria y del primer ciclo de la ESO. «La víctima y sus agresores nunca han tenido ningún tipo de amistad ni relación previa, más que nada por la diferencia de edad entre ellos», comenta este vecino que, estos días, ha notado cierto desasosiego en los comercios cercanos al colegio. Al respecto, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía confirmó ayer la expulsión inicial de los cuatro alumnos como medida cautelar, sin perjuicio de adoptar otro tipo de iniciativas según transcurra la investigación coordinada con la Fiscalía de Menores.

Sonia Gaya, consejera de Educación de la Junta de Andalucía, señaló a la prensa que, pese a la necesidad de ser «muy cautelosos» en el asunto, la protección del menor es «fundamental». Por el momento, trabajan conjuntamente la Guardia Civil tomando declaraciones y la Inspección educativa «intentando esclarecer qué es lo que ha pasado». Según la información proporcinada a LA RAZÓN por la Delegación Territorial de Educación en Jaén, se actuó «de manera inmediata, desde el momento en que se tuvo conocimiento». Es decir, este miércoles y tras el aviso del director del centro, que hasta entonces desconocía cualquier tipo de agresión. El menor, por ahora, no ha acudido a clase y se encuentra en su domicilio. Sus padres, mientras tanto, prefieren guardar silencio ante un hecho que consideran «muy grave, gravísimo».

La Oficina del Defensor del Menor en Andalucía, que encabeza Jesús Maeztu, declaró también abrir queja de oficio tras tener conocimiento de la presunta agresión sexual en horario escolar. Así lo confirmaron a Ep fuentes de la Defensoría, que recuerdan que, aunque en esta ocasión ha sido la más grave, los abusos habrían comenzado meses atrás.

Para el Defensor, cobran especial importancia aspectos como las medidas de vigilancia que se estaban realizando cuando se produjeron los hechos, la aplicación del protocolo de acoso escolar o las intervenciones que desde el ámbito educativo se vayan a realizar tanto con la víctima como con los presuntos agresores. En declaraciones a Radio Úbeda, Maeztu mostró su «profunda consternación» por estos hechos. «Tengo muchos años y me han pasado muchas cosas en la vida, sobre todo en los barrios en los que he trabajado, y me ha recordado cómo hace 20 o 30 años teníamos este tipo de noticias decepcionantes de la condición humana», lamentó, anotando que sólo se ha registrado un caso con estos indicios en 30 años de carrera.