Educación

Investigan al subdirector de los Maristas por los abusos

El centro cesa al cargo de sus funciones y anuncia que será acusación particular

Manuel (i), padre de la víctima que ha destapado el caso del abusador confeso de los Maristas de Sants, Joaquín Benítez, junto al abogado Ibán Fernández (2i), en la Ciutat Judicial
Manuel (i), padre de la víctima que ha destapado el caso del abusador confeso de los Maristas de Sants, Joaquín Benítez, junto al abogado Ibán Fernández (2i), en la Ciutat Judiciallarazon

La investigación sobre los presuntos abusos sexuales en el colegio Maristas Sants–Les Corts sigue adelante, y ayer hubo una importante novedad. Agentes de los Mossos d’Esquadra se personaron en el centro para investigar al subdirector, F.M., al estar presuntamente implicado en los hechos citados.

De esta manera, la investigación se amplió a un total de cinco personas. De ellos, el citado subdirector era hasta ayer el único que seguía trabajando en el centro. No osbtante, llegó la decisión del colegio de apartarlo de sus responsabilidades y empleo como docente, en aplicación de su protocolo interno y como medida preventiva, hasta que se esclarezcan los hechos. El subdirector del centro, de momento, ha recibido la denuncia de un alumno. El director del colegio, Raimon Novell, explicó que los Mossos se personaron en la escuela para pedirle información sobre el subdirector, que se suma a otros tres ex profesores y un ex monitor de comedor del colegio investigados. De momento, el principal acusado es Joaqúin Benítez, que dirigió las clases de gimnasia durante 27 años, y que reconoció los abusos.

Benítez fue detenido, pero sin embargo el juez le dejó en libertad con cargos. Las víctimas de los abusos de este profesor, con Manuel a la cabeza, acudieron ayer a la Ciudad Judicial para recurrir esta decisión. El abogado de los denunciantes recordó que el acusado «reconoció los hechos y si solo se le condena por una de las agresiones sexuales se enfrenta a una pena de más de trece años de cárcel, por lo que consideramos que es un peligro y debe aguardar dentro de prisión hasta que se celebre el juicio».

Novell también explicó que el centro se personará como acusación particular en todos los casos denunciados, e insistió en que los Mossos están recabando información sobre los ex profesores Benítez, A.F., M.M. y del ex monitor vinculado a la Fundació Pere Tarrés. Esta escuela cumplió el protocolo en diciembre, cuando la dirección de los Maristas denunció al ex monitor en prácticas por presuntos abusos sexuales y comunicó el caso a la dirección general de la Juventud de la Generalitat.

Sobre la posibilidad de que Enseñanza pudiera retirar el concierto educativo a la escuela si la justicia determina que el centro tuvo responsabilidad en lo ocurrido, Novell dijo que ellos no tenían constancia del protocolo oficial de la Generalitat y que «las escuelas concertadas lo recibieron con retraso, si es que lo recibían», lo que no ocurrió, dijo, en el caso de los Maristas. Novell ha explicado asimismo que desde 2013 el centro tiene un protocolo interno de actuación en estos casos «muy riguroso y que es muy concreto sobre lo que se debe hacer».

El director aseguró que en el centro «hemos asumido nuestras responsabilidades y que en nuestra casa han pasado cosas terribles», pero se quejó de que desde el exterior «da la impresión de que los Maristas no queremos cumplir la ley, cuando lo que estamos haciendo es ser muy taxativos y muy claros e ir a las autoridades pertinentes».

Por su parte, la consellera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, aseguró que la Generalitat actuará «con total contundencia» cuando la Fiscalía determine los grados de responsabilidad.

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, dijo ayer que el caso de abusos sexuales en un centro de los Maristas debe «avergonzar a la Iglesia y a la sociedad», y pidió a las víctimas que denuncien todos los casos para que la Justicia «haga su trabajo».

«Pienso sobretodo en las víctimas, pienso en su familia, el sufrimiento de toda esta gente y la irresponsabilidad de los profesores y los monitores de gimnasia me sabe muy mal», dijo Omella.

Calificó de «grave» el caso, y dijo que es algo que «nos tiene que avergonzar a la iglesia y a la sociedad por haber pasado y no haber puesto remedio en aquel momento». «Me preocupa y me pongo del lado de las víctimas para sentir su sufrimiento y las animo a que hagan la denuncia», insistió el arzobispo.

Aún así, aseguró que «una cosa es que un religioso o un cristiano haga cosas que no van con la moral cristiana y otra es decir que toda la institución, que toda la congregación, tenga que desaparecer», pero advirtió de que eso no le resta gravedad al caso. Al mismo tiempo, el Síndic de Greugespidió también llegar hasta el fondo en las investigaciones sobre los supuestos abusos.