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Ni jabón de manos ni detergente: cómo limpiar las gafas con estos 2 ingredientes de cocina sin rayar los cristales
Existe un método más eficaz que promete resultados más relucientes y duraderos
Siempre se ha recomendado lavar las gafas bajo el grifo con agua y jabón. Sin embargo, existe un método más eficaz que promete resultados más relucientes y se precisa únicamente dos ingredientes de cocina que todos solemos tener a mano.
Los dos ingredientes que necesitas
Mantener las gafas en buen estado es esencial para garantizar una visión clara y prolongar la duración de los cristales. Con el tiempo, las lentes acumulan huellas, polvo, maquillaje y, en ocasiones, incluso rayones. Afortunadamente, con bicarbonato de sodio y vinagre blanco, es posible limpiar las gafas de manera efectiva, manteniendo los cristales impecables.
Cómo preparar la solución con bicarbonato de sodio y vinagre blanco
Siguiendo estos pasos, podrás obtener una solución segura para limpiar tus gafas:
- 1. Mezcla de vinagre y agua: en un recipiente pequeño, mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua. Esta dilución es ideal para proteger cualquier recubrimiento especial de las lentes.
- 2. Agregar bicarbonato de sodio: añade una cucharadita de bicarbonato de sodio a la mezcla de vinagre y agua por cada taza de líquido. Notarás que se forma una espuma ligera debido a la reacción química entre ambos ingredientes.
Cómo limpiar las gafas: paso a paso
Para asegurar una limpieza óptima sin dañar los cristales, debes seguir este proceso detallado:
- 1. Aplicar la mezcla: moja un paño limpio y suave, preferentemente de microfibra, en la solución de vinagre y bicarbonato. Exprime el exceso de líquido antes de aplicarlo.
- 2. Limpiar los cristales: con movimientos suaves y circulares, frota la mezcla en los cristales, evitando presionar en exceso para no dañar los recubrimientos.
- 3. Enjuagar con agua tibia: una vez finalizada la limpieza, enjuaga los lentes bajo un chorro suave de agua tibia para eliminar cualquier residuo de la solución.
- 4. Secado: usa un paño limpio y seco para secar los cristales. Evita las toallas de papel, que pueden rayar o dejar residuos.
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