Premios Alfonso Ussía

Javier Fernández: el fin de una carrera, el comienzo de otra

Leyenda del patinaje en un país sin tradición, quiere que su legado vaya más allá de los títulos que ha logrado

El patinador Javier Fernández recibe el galardón de manos de la presidenta del Congreso, Ana Pastor / LA RAZÓN
El patinador Javier Fernández recibe el galardón de manos de la presidenta del Congreso, Ana Pastor / LA RAZÓNlarazon

Leyenda del patinaje en un país sin tradición, quiere que su legado vaya más allá de los títulos que ha logrado.

Ésta es la historia de un chico que veía las cosas antes que el resto, que aprendía más rápido que los demás. Un chico despistado, como casi todos los genios, que se apuntó a patinaje sobre hielo «persiguiendo» a su hermana, para divertirse y también para calmarse, porque era bastante hiperactivo. Y en las clases, cuando los demás necesitaban mucho tiempo para hacer los ejercicios, a él le salían casi a la primera.

Nació para deslizarse sobre unos patines. Era innato. Fue creciendo y apostó por dedicarse a ello. Abandonó la comodidad de Madrid para irse a Jaca, también a Moscú y finalmente a Toronto, donde se unió al mítico Brian Orser para que todo el talento terminara de florecer y para convertirse también en una leyenda del deporte y en un pionero en nuestro país, como Santana en tenis, Francisco y Blanca Fernández Ochoa en esquí, Ballesteros en golf... «Es un milagro del individualismo español y un orgullo de España», lo definió Alfonso Ussía.

Ese chico es Javier Fernández y ayer fue galardonado como el Personaje del Año, premió que le entregó Ana Pastor, la presidenta del Congreso. «Gracias, juro que estaré, no en competiciones porque ya me he retirado, pero sí en exhibiciones y dando clases a niños y niñas e intentaré seguir recibiendo premios por ello», dijo el patinador madrileño. En enero de 2019 puso fin a su carrera en la élite con su séptimo triunfo en el Campeonato de Europa, a lo que une dos oros y dos bronces mundiales y un tercer puesto en los Juegos Olímpicos de Pyeonchang. Pero su legado va mucho más allá de eso, como demuestra la cola que se formó al final del acto para hacerse una foto con él.

Javier Fernández va a seguir ligado al mundo del patinaje, con su espectáculo Revolution On Ice, que ahora quiere llevar más allá de España, con sus cursos de verano y con la vista puesta en tener una pista en la que pueda afincarse para formar a las futuras estrellas, que ahora sí tienen un referente en el que mirarse. Javier quiere que su deporte no acabe con él en España. Pero, a la vez que su futuro profesional, ahora, después de tantos entrenamientos, sacrificios, caídas, alegrías, penas y presión lejos de casa durante los últimos diez años, está en un proceso de adaptación a su nueva vida. Experimenta otra vez lo que es volver a pasar tiempo con su familia o quedar con los amigos el fin de semana o ir al cine con ellos o irse de acampada. Quiere volver a sentirse una persona normal, aunque Javi, con unos patines, no tiene nada de normal.