Religión
Los jóvenes españoles de la JMJ toman Estoril
40.000 peregrinos asisten a una misa presidida por el cardenal Omella
y a un concierto con Nacho Cano
Hagan juego, señores. Y apuesten por España, que es caballo ganador. Al menos en la explanada del casino de Estoril. Aunque oficialmente la Jornada Mundial de la Juventud arranca mañana con una eucaristía inaugural en Lisboa, esta tarde la Iglesia española celebró un multitudinario encuentro con cerca de 40.000 peregrinos llegados de 67 diócesis de España, 32 congregaciones religiosas y 11 movimientos de ámbito nacional e internacional. Solo con los 80.000 inscritos ya es la delegación más numerosa de cuantos países están presentes en este encuentro con el Papa que se extenderá hasta el domingo y que previsiblemente contará con más de un millón de participantes.
Tal es el despliegue español en esta cumbre que acoge Portugal que durante esta semana la Conferencia Episcopal Española ha tenido que habilitar puntos de información solo para españoles en Lisboa, Cascais y Estoril, donde residen estos días. De hecho, están acogidos en más de 1.000 familias y más de 150 espacios comunes como colegios, pabellones deportivos y parroquias.
Durante más de siete horas, unos y otros participaron de un festival que arrancó con una eucaristía y que remató con un concierto en el que participaron artistas católicos como Grilex, Migueli y La Voz del Desierto. Guiados por Guillem Climent, de Megastar FM, sobre el escenario también se pudo ver al compositor e intérprete Nacho Cano, que interpretó algunos de los temas de su musical ‘Malinche’, acompañado de varios artistas del espectáculo que ha triunfado en su primera temporada en la cartelera madrileña.
A la búsqueda
«¿Qué buscáis?, ¿qué esperáis de estos días?», interpeló a la multitud el cardenal Juan José Omella, presidente del Episcopado español y arzobispo de Barcelona. El purpurado presidió la misa vespertina en la que concelebraron 64 obispos y más de 900 sacerdotes de nuestro país.
«Es verdad que buscáis ver al Papa, encontraros con jóvenes de todo el mundo, pero si somos sinceros hay que decir que, en realidad, buscáis encontrar a Dios, mejor dejaros encontrar por Él», compartió Omella con los jóvenes en una homilía en la que les invitó a edificar su vida desde «la fuente de la felicidad que es Dios». Echando mano de la conversión de san Ignacio de Loyola, cuya fiesta se celebró ayer, recordó que el fundador de los jesuitas «sintió y descubrió que para encontrar a Dios, para dejarse encontrar por Él, tenía que despojarse del hombre viejo, del hombre pecador y empezar una nueva vida».
En paralelo, el cardenal los animó a evangelizar el mundo de hoy para «mostrar el rostro, la persona, el mensaje de Jesús, el Hijo de Dios, verdad, camino y vida para los hombres y mujeres de todos los tiempos». Para ello, encargó a los jóvenes que anuncien esta Buena Noticia «con palabras y con obras», pero, «especialmente con las obras de caridad, de entrega a los más pobres y necesitados».
Protagonistas del futuro
En esta misma línea, el purpurado se había manifestado pocos minutos antes en un encuentro con periodistas en Lisboa en el que subrayó que «la Iglesia espera de los jóvenes que sean valientes en vivir la fe, en una sociedad transmitir a estas generaciones futuras esa firma que es la Palabra de Dios, que no es vieja, que es nueva». En relación con el perfil de los participantes en la JMJ, el arzobispo de Barcelona planteó que «son jóvenes de su tiempo, van vestidos y se expresan igual que los demás, pero tienen ese gusanillo de ser protagonistas de un futuro más humano y justo».
Junto a Omella, en la rueda de prensa también tomaron la palabra el presidente de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia y obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, así como Raúl Tinajero, director del secretariado de esta Subcomisión Episcopal de Juventud. Ros subrayó que los efectos de una JMJ siempre son «impactantes», con la mirada puesta en los dos encuentros que se han celebrado en España: Santiago en 1989 y Madrid en 2011. «A veces esperamos frutos de un día para otro, pero lo importante es ir construyendo poco a poco y, en nuestro caso, es el trabajo en comunión de todos los grupos eclesiales», explicitó Tinajero sobre la creciente secularización. A partir de ahí, animó a los jóvenes a «ser grandes evangelizadores cuando vuelvan a sus parroquias y a sus ciudades».
✕
Accede a tu cuenta para comentar