Violencia de género
Segundo plantón a la Justicia de Juana Rivas
La madre de Maracena no acude a la cita en la que se trataba la entrega de los pasaportes de sus hijos. «Lo que está haciendo es por el bien de los niños. Volver está en sus manos, es su decisión», dice su letrada
A la vista, fijada a las 10.00 horas y a puerta cerrada, sí ha acudido la abogada de la madre de Maracena (Granada), María Castillo, además del padre de los niños, acompañado de su letrado, Adolfo Alonso.
ayer Juana Rivas tampoco se presentó en los juzgados. Suma un día más de huida que, de acuerdo con los expertos, no hace más que empeorar su situación judicial. Permanece ilocalizable desde hace 25 días, cuando no entregó a sus hijos a su ex pareja, Francesco Arcuri, condenado en 2009 por malos tratos. Su abogada, María Castillo, acudió ayer al juzgado en represanteción de esta madre de Maracena (Granada). Rivas, a través de su letrada, afirmó que, «como madre, es la única» que debe «proteger» a los dos menores de edad ante la «desprotección» que, en su opinión, están padeciendo. Así lo señaló, en declaraciones a los periodistas, a la salida de la comparecencia convocada en el Juzgado de Instancia número 3 de Granada para articular posibles medidas de protección a los menores, de 11 y tres años, pedidas por el excompañero sentimental de Juana Rivas, Francesco Arcuri, residente en Italia.
Rivas, según indica la letrada, no acudió a esta comparecencia, para la cual no había sido notificada, indicó Castillo, que sí le hizo llegar un mensaje para que trasladara a la opinión pública. «Todo lo que está haciendo, lo está haciendo por el bien de sus hijos». Juana Rivas está en una «situación legalmente complicada», en la que está «asumiendo muchos riesgos» de los que es «perfectamente conocedora» pues sus letrados la tienen «debidamente informada», afirma Castillo.
Como explica la letrada a LA RAZÓN, «yo no la aconsejo, sólo la explico las consecuencias y la situación en la que está. Ella es la que decide qué hacer». De acuerdo con la abogada, la no comparecencia en sede judicial de este lunes «no va a tener» consecuencias para Juana Rivas, que, según ha entendido el juzgado, ha estado representada por su procurador y ella misma como letrada, quienes fueron notificados para esta cita el pasado 31 de julio, como representantes procesales de Rivas, cinco días después de que Juana desapareciera.
No quiso entrar en detalles de las conversaciones entre los letrados de las partes, para una posible negociación de la restitución de los hijos. No obstante, sí recordó que «hace un año ya se le trasladó al padre la posibilidad de reconducir todos estos temas», aunque, como ya explicó a este diario hace unos días mantiene que Arcuri «quiso negociar bajo unas imposiciones y desde unas posiciones un tanto inasumibles en una mesa de negociación, ya que ellos no «quiso modificar ningún término de su planteamiento».
Por otro lado, Francesco Arcuri, que acudió al Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada, acompañado por su letrado, Adolfo Alonso, abandonó el tribunal sin hacer declaraciones a los medios, mientras que el abogado se limitó a señalar que se solicitó a la autoridad judicial «medidas» para la protección de los menores. Éstas están referidas a la no salida de los mismos del Espacio de Schengen, la no expedición de pasaporte o depósito de los mismos en el juzgado, o la retirada de cualquier licencia para la tenencia de arma de fuego por parte de la madre, así como cursar oficio a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la restitución de los niños. Tras analizar los medios de prueba y alegaciones presentadas por las partes, el juez ha de decidir cuáles de estas medidas adopta, y en qué términos.
Por el momento, no se esperan nuevas citas judiales, como confirma Castillo. «Ahora, todo queda en manos de Juana, de lo que ella decida», asevera a este diario. En lo que respecta a los dos hijos de Juana, Castillo indica que «aún queda bastante para que los niños tengan que ir al colegio, unas tres semanas, así que queda bastante».
La decisión de Juana de no entregarse, cada día cuenta con menor respaldo. Así, María Salmerón vivió algo parecido hace unos años, cuando fue condenada en cuatro ocasiones por no entregar a su hija. «Lo que Juana debe estar sintiendo ahora mismo es que está protegiendo a sus hijos. Está siguiendo lo que dice su corazón, por eso ahora no lo ve desde la misma perspectiva que lo veo yo años después». María asegura a este diario que los más perjudicados en todos estos casos son los hijos y aunque ella misma no sabe si debe entregarlos o no, asegura que «los psicólogos han desaconsejado que entregue a los niños y aunque la Justicia no esté haciendo nada por ella, porque las leyes sobre violencia de género son pésimas, ella está actuando guiada por su corazón».
La secretaria de Feminismos e Igualdad de Podemos Andalucía, Rocío Medina, instó ayer a investigar los «errores judiciales» y la «falta de formación» en los casos de violencia género a raíz de la situación «macabra» de Juana Rivas. Pide que el caso sea tratado con «rigor y seriedad» y señaló numerosos fallos en el sistema judicial, al no proporcionar «garantías de seguridad» a sus hijos.
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