Violencia de género

Juana Rivas se plantea irse a vivir a Italia por sus hijos

Cambiará de residencia para luchar por la guarda y custodia de sus dos hijos, que viven con su ex marido.

Juana Rivas en una foto reciente a la salida de los juzgados
Juana Rivas en una foto reciente a la salida de los juzgadoslarazon

Cambiará de residencia para luchar por la guarda y custodia de sus dos hijos, que viven con su ex marido.

La batalla judicial del caso Juana Rivas se libra ahora en Italia después de que la madre de Maracena se viera obligada por orden del juez a entregar a sus dos hijos de tres y once años a su ex marido, el italiano Francesco Arcuri el pasado 28 de agosto. Ahora será la justicia del país transalpino el que tendrá que dilucidar a quién si otorga la custodia de los dos niños: al padre, a la madre o si determina una custodia compartida.

Este nuevo capítulo del caso se dirimirá en Italia el próximo 31 de octubre. De ahí que Juana Rivas esté planteando trasladar su residencia en los próximos días de Maracena (Granada) a Italia para defender la guardia y custodia de sus hijos ante los tribunales italianos, según informaron fuentes consultadas por La Razón.

Mientras, Francesco Arcuri, que ya está en Carloforte con los dos niños desde hace unos días, tiene la custodia supervisada de los servicios sociales italianos hasta el próximo 31 de octubre, una medida que se ordena por los tribunales cuando existan sospechas de que esa custodia no se tiene que dar de manera definitiva. En este caso, se está valorando, además, la posibilidad de que Gabriel, el mayor de los dos hijos de la pareja, declare ante los tribunales. Una magistrada ya determinó que no contaba con la madurez suficiente como para que su testimonio contase. Juana quiere que cuente la opinión del pequeño en el proceso para que, al igual que su ex pareja Francesco Arcuri, Juana también se pueda acoger al Convenio de La Haya, ya que según su artículo 13, la autoridad judicial podrá negarse a ordenar la restitución del menor si éste se opone, por lo que se deberán escuchar sus opiniones. Además, se piensa dar traslado al juzgado instructor del caso en Cagliari de todos los informes psicológicos sobre los menores.

El hijo mayor de Juana, de 11 años, ha estado incluido, hasta el pasado mes de junio, en un programa de atención a hijos de maltratadas de la Junta de Andalucía, que desarrolla en colaboración con los ayuntamientos y ha recibido terapia, según confirmaron desde el centro de la Mujer de Maracena. Y es que la Ley de violencia de género ya reconoce como víctimas directas a los hijos de mujeres afectadas por malos tratos.

Se da la circunstancia de que Francesco Arcuri fue condenado en 2009 a tres meses de prisión por maltrato después de que el marido admitiera su culpabilidad, lo que le permitió una rebaja de la pena, y existe una segunda denuncia por violencia de género interpuesta por la granadina que la justicia española ha tardado un año en dar traslado a los juzgados italianos, un margen de tiempo inusualmente extenso. Rivas se ha negado durante este tiempo a entregar a sus hijos a su ex marido y ha permanecido huida de la Justicia con el argumento de que Arcuri es un maltratador psicológico.

La ex pareja de Juana Rivas le ha propuesto a Juana –que no cuenta con recursos económicos– la custodia compartida de sus dos hijos, pero sólo en Italia, una vez que ella «resuelva sus problemas con la Justicia española», según informaron en un comunicado sus nuevos abogados, del despacho Sariego Abogados.

El juzgado de instrucción 2 de Granada la ha citado a declarar mañana para escuchar su versión sobre los delitos a los que se enfrenta: sustracción de menores y desobediencia a la justicia.

Los abogados de Arcuri, en referencia a la denuncia interpuesta por Rivas por violencia de género en 2016, han acusado a la representación legal de la madre de «reabrir, una y otra vez, un proceso por supuestos malos tratos sobre el cual los tribunales españoles son manifiestamente incompetentes».

En la última denuncia que Juana presentó contra su ex marido, en julio de 2016, exponía que las situaciones de maltrato psicológico que sufría junto a su ex pareja. «El control es constante. Tiene que saber donde he estado y con quien, lo que he hecho en casa... Incluso este control lo ejerce indirectamente a través de mi hijo (el mayor, ahora de 11 años) al que le pregunta con quién he estado (...) No me ha sido posible relacionarme con otras personas ni hacer una vida normal y con libertad de movimientos. Me prohibía viajar a España y, cuando me lo ha permitido, ha sido imponiendo sus condiciones. Se ha negado en muchas ocasiones alegando que soy mala madre, que no estaba capacitada para estar con mis hijos». Juana relataba en la denuncia cómo desde junio de 2013, cuando reanudó la convivencia en Italia con Arcuri, ha sido «amenazada, insultada, vejada y agredida por éste».

La madre de Maracena también declaró ante la Guardia Civil haber recibido insultos continuos de su ex pareja. «Son habituales. Me llamaba puta barata, bastarda, yo sé lo que has estado haciendo, pedazo de mierda, gorda, das asco, nadie va a querer estar contigo».

Cuando Arcuri no estaba de acuerdo con lo que ella hacía «se volvía agresivo y me gritaba...me decía que me iba a matar...».