Sucesos

La acusada de asesinar a su nieto en Cuenca dice que su hija le dijo que lo hizo ella «porque un rumano la amenazó»

A.F.M., la mujer acusada de asesinar a su nieto recién nacido en la localidad conquense de Iniesta después de ayudar a dar a luz a su hija I.M.F., menor de edad en 2013 cuando sucedió, ha asegurado este martes que el hecho lo cometió "la niña"-en referencia a su hija-, "porque un rumano la tenía amenazada". No obstante, ha agregado que, al recibir la noticia, se puso "muy nerviosa y me puse a llorar", por lo que, ha confesado, "ya no me enteré bien".

En su declaración durante el juicio con jurado popular que ha comenzado este martes en Cuenca, la acusada no ha reconocido los hechos que se le imputan, y, a preguntas del Ministerio Fiscal, ha asegurado que, antes de estos hechos, la relación con su hija "era normal", aunque desde que ingresó en prisión no ha "podido hablar con ella". A.F.M, que ha admitido que no se percató de que su hija estuviera embarazada, ha insistido en que esa tercera persona fue la que luego se llevó al niño y la que le comentó a su hija que si decían algo les "mataban a todos", por lo que la acusada, ha explicado, se asustó y, "del mismo miedo", no dijo nada.

Preguntada por el día de los hechos, la acusada ha detallado que fue un día "normal y corriente"y que, cuando ella regresó a casa después de su jornada laboral, su hija estaba en casa, aunque no le notó "nada raro", ni le dijo que se encontraba mal. Tampoco recuerda haber asistido a su hija en el parto ni haber participado en los hechos que se le imputan y ha negado, asimismo, que esa misma noche le hubiera dicho a su hija que no se preocupase porque ella se iba a hacer "cargo de todo".

Sí ha reconocido, sin embargo, las imágenes tomadas por la Policía del lugar donde, envuelto en una sudadera, fue arrojado el bebé a través de un enrejado situado en la acequia de Rubíes, porque "trabajaba limpiando esa zona", a la que no se acercó, ha explicado, "en ningún momento".

"Yo no hice nada"

En relación a la razón por la cual su hija la inculpó, ha confesado no saber por qué lo hizo. "Yo creo que ella no tenía motivos, porque yo no hice nada, no sé por qué lo habrá hecho", ha insistido, incidiendo en que no le ha preguntado porque no ha podido hablar con ella "ni hemos hablado de esto"y en que no sabe "nada de lo que pasó con el bebé".

Durante esta primera sesión también han pasado por la Audiencia de Cuenca la hija de la acusada y su marido, aunque ambos se han acogido a su derecho a no declarar.

Por su parte, el agente que elaboró el atestado de la Policía Local como instructor oficial jefe ha recordado que el cuerpo del bebé fue encontrado por unos niños que jugaban en el lugar y que alertaron a una mujer que fue quien dio el aviso.

La inspección ocular permitió a los agentes comprobar que el bebé "tenía sangre y una especie de gasa en la parte trasera de la cabeza", así como que estaba semidesnudo y con una parte del cuerpo "envuelta en una prenda de color marrón", con un brazo semiflexionado y que se "apreciaba deformidad en la parte derecha de la cabeza".

Sobre el lugar donde apareció el cadáver del recién nacido, el agente ha corroborado que la fuerza del agua "pudo arrastrarlo hasta ahí porque los días anteriores fueron días de lluvia". El juicio se reanudará este martes con la celebración del resto de pruebas testificales y periciales.