Guadalajara

La familia de Pioz pudo ser asesinada en otra casa

En el chalé donde hallaron los cuerpos no había huellas ni señales de lucha

Marcos Nogueira y Janaína Santos, la pareja brasileña descuartizada
Marcos Nogueira y Janaína Santos, la pareja brasileña descuartizadalarazon

En el chalé donde hallaron los cuerpos no había huellas ni señales de lucha

Ningún vecino oyó nada: ni un alarido de terror, ni un grito de súplica, ni siquiera un breve llanto. Los investigadores de la UCO y de la Guardia Civil de Guadalajara han llamado a las puertas de todos los residentes cercanos al chalé donde hace una semana se localizaron cuatro cuerpos degollados, pero nadie escuchó ningún sonido extraño en la última quincena de agosto, época en que se calcula que los asesinaron. Por entonces Pioz estaba lleno de veraneantes, los chalés ocupados, y por la noche con las ventanas abiertas para invitar al fresco a entrar. En estas circunstancias, la pregunta lógica es: ¿cómo se puede asesinar con semejante violencia a los cuatro miembros de una familia, entre ellos a un bebé de un año de edad (David) y a una niña de tres (María Carolina), sin que ninguno gritara o pidiera auxilio?

Especialistas en inspecciones oculares registraron la casa de arriba abajo. El chalé estaba limpio, sin apenas sangre, ni huellas, ni señales de lucha: nada. Tampoco encontraron muebles. Ni una mesa en el comedor, ni sillas, ni accesorios en el lavabo, ni cuna para el bebé. Al abrir los armarios no hallaron ropa. En el cuarto de baño no había ningún objeto de aseo, cepillos, pasta de dientes, toallas, gel: nada. En la nevera de la cocina sólo encontraron la luz que la iluminaba, ni una mísera botella de agua o un cartón de leche. Sólo un paquete de galletas en uno de los armarios. En el exterior tampoco localizaron señales de que en la casa viviera alguien. Hasta la piscina lucía medio vacía y con el agua turbia. ¿Qué indica la ausencia de estos elementos básicos y necesarios en la vida cotidiana? ¿Tiene sentido que dos sicarios después de asesinar a cuatro seres humanos vacíen la casa como si de una mudanza se tratara?

Los cadáveres fueron hallados el sábado 18 de septiembre por la noche. Un vecino avisó al servicio de seguridad de la urbanización de que del chalé de Marcos y Janaina, un matrimonio brasileño que se había mudado recientemente, salía un olor nauseabundo. Cuando comprobaron la veracidad de la afirmación llamaron alarmados al puesto de la Guardia Civil. Los agentes saltaron la valla y entraron a través de una ventana. Encontraron el origen de aquella pestilencia en un cuarto de la planta baja. La habitación estaba vacía salvo por el montón que formaban en una esquina seis bolsas verdes de basura industrial. Las habían precintado con cinta americana. En el suelo, un cerco oscuro de sangre seca. Al abrir confirmaron que habían localizado el epicentro del hedor. Después comprobaron que se trataba de seres humanos. Dos adultos cortados por la cintura a los que habían distribuido en cuatro bolsas y dos niños, uno en cada una. Con todos estos datos, una nueva incógnita planea sobre el caso. ¿Y sí no fueron asesinados allí? Según ha podido saber LA RAZÓN, el chalé donde encontraron los cadáveres podría no ser la escena principal del crimen, sino la secundaria. Los asesinos degollaron a las víctimas en otro lugar y luego las trasladaron hasta la casa para que fueran localizadas y no hubiese duda de sus identidades: los inquilinos.

Por esa razón es importante la colaboración ciudadana. Quizá alguien de la zona de Alcalá de Henares, cerca de Pioz, recuerde si, en torno al día 20 de agosto, oyó gritos o ruidos extraños o vio a alguna persona portando bolsas de basura grandes, de color verde oscuro. Cualquiera de estos datos podría ayudar a localizar el verdadero escenario donde pudo cometerse el cuádruple crimen.