Ejército del Aire

La impresionante maniobra de un avión apagafuegos del Ejército del Aire

En dos ocasiones tuvo que cargar agua en la playa de la Concha para hacer frente a un incendio en Navarra. “Es una práctica habitual, entrenada y no es peligrosa”, asegura uno de los pilotos del Grupo 43

Avión apagafuegos del Grupo 43 del Ejército de Tierra
Avión apagafuegos del Grupo 43 del Ejército de Tierralarazon

En dos ocasiones tuvo que cargar agua en la playa de la Concha para hacer frente a un incendio en Navarra. “Es una práctica habitual, entrenada y no es peligrosa”, asegura uno de los pilotos del Grupo 43.

Un fuerte incendio se inició el viernes en el norte de la localidad navarra de Lesaka, hasta donde se desplazaron bomberos y helicópteros de la comunidad Foral. A ellos se unió un avión apagafuegos del Grupo 43 del Ejército del Aire, que ha dejado una de las imágenes más llamativas al tener que cargar agua en dos ocasiones en la Bahía de la Concha (San Sebastían) ante la sorpresa de la gente que allí se encontraba. Sin embargo, lejos de ser una maniobra temeraria o arriesgada, se trata de una práctica “habitual, necesaria y entrenada”, tal y como asegura a LA RAZÓN el capitán Fernando Adrados, portavoz y piloto de esta unidad que, reconoce, “es algo que se hace en infinidad de ocasiones”.

En el vídeo que circula por las redes sociales puede verse como un avión “Bombardier” con su característico color amarillo comienza a descender muy cerca de los edificios para, en cuestión de segundos, tocar el agua a escasos metros de la orilla y comenzar a cargar agua. De fondo, la sorpresa de los ciudadanos que paseaban por la playa y de los pocos que se encontraban a bordo de embarcaciones. Una impresionante maniobra que, tal y como explica el capitán, es “necesaria” y tiene una explicación: “Se realiza pegada a la playa para evitar el oleaje a la salida, porque en mar abierto es muy peligroso”. Además, continúa, “se carga allí porque es el punto más operativo y cercano”, pues está a apenas 20 kilómetros. E insiste: “Es una acción segura y se puede hacer. Está dentro de la normativa y de nuestros procedimientos”.

Al respecto de la maniobra, el Ejército del Aire ha explicado en un comunicado que “por la falta de otros lugares idóneos, como pantanos”, la opción “más factible para la recarga” era esa bahía de la Concha. Y recuerda que “los pilotos aplicaron todas las normas de seguridad” y previamente a la toma “se sobrevuela lentamente y a una altura segura para observar los obstáculos existentes y, principalmente, las personas que pudiera haber en la zona, determinando su posición”.

Tal y como explica el capitán Adrados, en la jornada del viernes este avión, con dos expertos pilotos y un experimentado mecánico a bordo, realizó dos tomas en las que no llegaron a recargar los 6.000 litros de agua que caben en los depósitos. En la primera de ellas, matiza el Ejército, se realizó prácticamente en mar abierta, “lo que imposibilitó el llenado total”. Así que en la segunda, en la que el viento soplaba con más fuerza, se optó por buscar el cobijo de la bahía y ”se ajustó más”, añade el piloto.

Y como ejemplo de que es una práctica habitual, el capitán Adrados recuerda que la pasada semana, durante la extinción de los incendios de Cantabria, “cargamos agua en la bahía de Santander sin problemas”. O en el madrileño pantano de El Atazar, “nuestro pantano de entrenamiento”, explica, donde no es extraño ver a estos aviones apagafuegos cargar junto a pequeñas embarcaciones y piragüistas.