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La infectada está estable, consciente y sin riesgo vital

La infectada está estable, consciente y sin riesgo vital
La infectada está estable, consciente y sin riesgo vitallarazon

Una auxiliar de enfermería que participó en el dispositivo de seguridad de los casos de repatriación de ébola ha ingresado a última hora de esta noche en observación en el hospital Carlos III al presentar décimas de fiebre.► Gráfico: La radiografía del ébola ► Galería de imágenes: El ébola muerde España El Colegio de Médicos transmite un mensaje de tranquilidad ► ¿Cómo se transmite el ébola? Verdades y mentiras sobre el virus

Teresa Romero Ramos, la auxiliar de enfermería infectada de ébola ingresada en el Hospital Carlos III- La Paz de Madrid, está siendo tratada con suero procedente de la hermana Paciencia Melgar, que padeció la enfermedad en agosto y que no fue trasladada a España junto al primer misionero repatriado, Miguel Pajares. En concreto, se le han administrado dos dosis.

Según las últimas noticias, Teresa Romero está consciente, orientada, se encuentra bien y no hay riesgo vital para ella, dentro de la gravedad de su estado.

Así lo ha anunciado en una rueda de prensa el jefe de la Unidad de Infecciosas del complejo hospitalario La Paz-Carlos III, José Ramón Arribas, que ha añadido que la otra opción terapéutica que están empleando con la paciente es un antiviral que se ha probado en “animales pequeños”.

La monja Paciencia Melgar, que había superado el ébola y trabajó en Liberia con el religioso Miguel Pajares, llegó a España el pasado 25 de septiembre procedente de Liberia después de haber estado infectada por el ébola y haber superado la enfermedad, con el objetivo de donar sangre para el religioso García Viejo, que se encontraba ingresado en el Hospital Carlos III infectado por ébola tras haber sido repatriado a España procedente de Sierra Leona. Sin embargo, el misionero falleció ese mismo jueves.

La auxiliar de enfermería cumplió todos los protocolos de seguridad establecidos y el Hospital La Paz-Carlos III asevera que todas las medidas se cumplieron, si bien se van a revisar dichos protocolos ante la “desagradable sorpresa” que les ha provocado el caso del contagio. Así lo ha remarcado el gerente del Hospital La Paz-Carlos III, Rafael Pérez-Santamarina, en rueda de prensa con el jefe del Servicio de Medicina Interna, Francisco Arnalich, y el jefe de la Unidad de Infecciosas del Centro, José Ramón Arribas.

Arnalich ha precisado que se está revisando el procedimiento, que se ha seguido “escrupulosamente”, aunque ha reconocido la posibilidad de que haya habido algún “imprevisto o error” en la cadena de prevención, si bien esa posibilidad no le consta “porque no ha habido ninguna incidencia registrada”. Mientras, Santamarina ha comentado que la propia paciente ha dicho que cumplió los protocolos y que se va a intentar averiguar si ha habido algún fallo en las medidas de prevención de contagio. El gerente ha reconocido que la infección de la auxiliar de enfermería ha sido una “sorpresa”.

“Ha sido una desagradable sorpresa porque no nos lo imaginábamos”, ha añadido a continuación para remarcar que los protocolos se están revisando y acentuando para evitar nuevos casos. Por su parte, Arribas ha insistido en que los protocolos se están revisando y que aunque se aplican “siempre hay un riesgo” de posible contagios. “El 0 por ciento de riesgo en medicina no existe”, ha dicho el facultativo para indicar que “puede haber nuevos casos” si bien el ébola, en países desarrollados, es una “epidemia contenible”. El médico de La Paz-Carlos III ha remarcado que sólo existe el contagio con esta enfermedad por contacto directo con las secreciones de un enfermo en periodo sintomático.

El marido de la paciente, aislado

El coordinador del centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, había informado que la auxiliar de enfermería está estable y, por ahora, no tiene “riesgo vital”, aunque es “una enfermedad grave”. Simón ha detallado que su marido está aislado y que se estudia aplicar esta medida a otras personas cercanas. Simón, en diversas entrevistas radiofónicas recogidas por Europa Press, ha afirmado que el marido “está bien y relativamente tranquilo”. En concreto, ha precisado que el Ministerio acordó el lunes con la Comunidad de Madrid proponerle el aislamiento en habitación hospitalaria, y que según sus datos se encuentra en esta situación en el hospital de Alcorcón.

También ha asegurado que se propondrá el aislamiento a las personas que hayan podido tener contacto estrecho con la afectada, por “precaución” y por la “alarma social” generada, y hacerles un seguimiento estricto durante los 21 días en que pueden desarrollarse los síntomas.

Este responsable ha subrayado que lo urgente desde el punto de vista de la salud pública es “garantizar que todos los riesgos asociados a este caso están controlados” y que no haya riesgos para el resto de la población, y para ello se está haciendo un listado exhaustivo de las personas con las que la enferma ha tenido contacto en los últimos seis días.

“Sería muy inocente pensar que no existe capacidad de transmisión, claro que existe, aunque sigue siendo muy baja”, ha dicho, y ha precisado además que esa capacidad de transmisión es menor en los primeros días, así que le “preocupan más los últimos que los primeros”.

Según ha dicho, la Comunidad de Madrid empezó esa tarea de identificación de contactos desde que se identificó el caso como “altamente sospechoso” el día 5 por la noche, y hoy tendrá “muy avanzado” o terminado ese listado.

No obstante, al margen de las personas con las que la auxiliar de enfermería haya podido tener contacto “estrecho”, como su marido, este responsable ha estimado que, dado que llevaba días sintiendo “cierto malestar”, lo normal es que su contacto social haya estado “algo más militante” y no haya estado tan expuesta como una persona totalmente sana.

Simón ha subrayado que lo sucedido “era posible pero muy poco probable”, y de la misma forma no puede descartarse que “algunos de los contactos de alto riesgo puedan haberse infectado”. Sin embargo, ha dicho que la población general debe estar tranquila, porque la posibilidad de una “epidemia real es, de nuevo, posible, pero muy poco probable” y porque se están tomando todas las medidas para que “un riesgo que es muy poco probable sea aún menor”. En paralelo a las medidas de salud pública y a la necesidad de tratar “adecuadamente” a la enferma, Simón ha detallado que se está investigando el origen del contagio para detectar si hay que mejorar el protocolo o si se produjo algún fallo en alguno de los pasos de su aplicación o supervisión, y ha admitido que todas las opciones son posibles.

Eso sí, ha reconocido que el protocolo ante posibles casos de ébola --que fija en 38,6 grados la fiebre a partir de la cual se actúa-- es para personas que “espontáneamente se identifican como sospechosas”, de modo que ante una persona que ya se encontraba en seguimiento, puesto que atendió al enfermo Manuel García Viejo, se podían haber iniciado las pruebas y el seguimiento “ante cualquier síntoma, por mínimo que fuera”. No obstante, ha añadido que “hay lagunas de información” en el caso de la auxiliar, así que no ha querido sacar conclusiones sobre si habría sido necesario un mayor celo con esta enferma antes de que terminen las investigaciones.

En ese sentido, ha subrayado que todos los protocolos se consideran “correctos” y son los mismos que se utilizan en todo el mundo, aunque “obviamente algo ha fallado” y, aunque tiene “dudas” de que sean los protocolos en sí, ha recalcado que se revisará todo. “La posibilidad de que el protocolo esté mal es pequeña pero se está revisando”, ha asegurado.

Simón ha descartado que el contagio de esta auxiliar esté relacionado con el hecho de que para tratar a García Viejo no se blindase el hospital Carlos III, como sí he hizo en agosto con el sacerdote Miguel Pajares --dado que la enfermedad se transmite por contacto con los fluidos de un enfermo-- y ha pedido no criticar “a la ligera” con medidas de seguridad.

En este punto, ha reconocido que pueden aplicarse medidas de mayor protección pero no son “realmente necesarias”. Así, ha detallado que en algunos lugares con un nivel de protección “por encima de lo necesario” para impedir el contagio, por ejemplo en laboratorios donde se hacen cultivos, llamados laboratorios “de nivel 4 que no existen en España”.

También ha explicado que existen trajes “más cómodos” para el personal que tiene que trabajar con los enfermos durante mucho tiempo seguido o hacer con ellos maniobras complicados, porque los trajes de seguridad que se utilizan normalmente dan mucho calor y son incómodos.