Brasil
La Justicia brasileña autoriza la distribución sin control de una controvertida píldora contra el cáncer
La autorización por parte de un juez del suministro a un enfermo de pastilla contra el cáncer ha generado mucha polémica en Brasil. Durvanei Augusto Maria, experto en inmunología e investigador del laboratorio de bioquímica y biofísica del Instituto Butantan, un centro de investigación vinculado al gobierno del estado de Sao Paulo, lleva 15 años estudiando la enfermedad y defiende que una sustancia química ayuda a disminuir los tumores y evita la metástasis. La sustancia en cuestión es la fosfoetanolamina sintética, que ha pasado a ser conocida como la "píldora del cáncer"en Brasil.
Según defiende este inmunólogo esta píldora, "asociada a otros tratamientos, puede aumentar las expectativas de vida de pacientes con mayor probabilidad de éxito que los tratamientos de radioterapia o quimioterapia", según recoge el diario chileno "24horas".
Sin embargo, la comunidad científica no está de acuerdo con las afirmaciones de Maria e indican que no existen pruebas de que esa sustancia sea eficaz y que no hay ningún estudio clínico que avale estos supuestos beneficios. De momento, las únicas pruebas a las que ha sido sometida a sido en laboratorio y en animales, pero no en humanos.
A pesar de ello, un juez acaba de decidir que se suministre la fosfoetanolamina a pacientes con cáncer, algunos de los cuales ya estaban en tratamiento. La fosfoetanolamina es un ácido graso presente en el organismo y de rápida absorción y distribución en sistemas biológicos. Este investigador asegura que ha creado un tipo sintético de este molécula, que tiene propiedades antitumorales, porque activa los mecanismos necesarios para matar las células tumorales.
A pesar de no haber ensayos clínicos en humanos, indica que ha logrado que la fosfoetanolamina sintética destruya en el laboratorio células de melanoma, carcinomas renales, de mama, hígado y páncreas, cuyas conclusiones han sido publicadas en revistas científicas.
Lo cierto es que la sustancia se distribuye de forma gratuita desde hace más de una década en el instituto de química de Sao Carlos, adscrito a la Universidad de Sao Paulo, donde Gilberto Chierice, inició los primeros estudios con fosfoetanolamina hace 25 años. Chierice reconoció recientemente que llegaron a producirse cerca de 50.000 cápsulas al mes para tratar a unas 1.000 personas.
No existe seguimiento de los casos y no se dispone de datos fiables sobre los efectos en estos pacientes, por lo que Maria admite que es difícil sostener que sea la "cura del cáncer", pero explica que muchos individuos con cánceres en estado terminal se han recuperado y llevan una vida normal gracias a esta píldora.
Ante la falta de evidencias sobre su eficacia, la Universidad de Sao Paulo se negó a seguir suministrando las píldoras y algunos pacientes acudieron a los tribunales para seguir recibiéndola. en primera isntancia fue rechazada la petición pero la Corte Suprema brasileña les ha dado la razón recientemente. Uno de los magistrados del tribunal que dio la razón a los pacientes argumentó que se trataba de una medida excepcional para una paciente con cáncer terminal, debido a que se habían agotado otros procedimientos terapéuticos.
La Universidad anunció días después en un comunicado que había recibido orden de entregar el fármaco a todos los enfermos que lo solicitaran. Además advirtió de que no se trata de un remedio y que "no existe demostración cabal de que tenga acción efectiva contra la enfermedad".
Por su parte, la agencia brasileña de vigilancia sanitaria, advirtió que la decisión judicial tenía consecuencias graves y que acarreaba riesgos para la población porque se autorizaba al suministro de la sustancia a cualquier persona que la solicitara, sin necesidad de prescripción y control por parte de los profesionales médicos.
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