Bilbao
La Policía busca a una alemana entre las víctimas del shaolín
La Ertzaintza indaga sobre el paradero de una mujer desaparecida que habría acudido al gimnasio Zen4. Siguen desmantelando el local en busca de restos que confirmen si existe una tercera fallecida
Madrid- Hasta ahora, la lista de víctimas de Juan Carlos Aguilar, el falso monje shaolín detenido en Bilbao el pasado domingo, se reduce a dos personas: Maureen Ada Otuya, una nigeriana de 29 años que ejercía la prostitución, y Jenny Sofía Rebollo, colombiana de 40 años y también meretriz, aunque su familia lo niega. Sin embargo, la Ertzaintza nunca ha negado la posibilidad de que más mujeres hayan muerto a manos de «Huang», en prisión desde el pasado miércoles. Y tampoco ha descartado la posibilidad de que estemos ante un asesino en serie. Así, según ha podido saber LA RAZÓN, la Policía autonómica vasca se centra ahora en averiguar si otra mujer, de nacionalidad alemana, puede estar entre las asesinadas.
Tabiques y tuberías
Los agentes han estado indagando sobre todas aquellas mujeres que hayan podido desaparecer en Bilbao en los últimos meses. Y entre ellas, se encontraría esta ciudadana germana, de la que apenas ha trascendido información: sólo que habría visitado el céntrico gimnasio Zen4. De hecho, la Ertzaintza continúa desmantelando el gimnasio, propiedad de «Huang», con el objetivo de encontrar nuevos restos óseos, pues, hasta la fecha, la Policía científica sólo ha podido constatar que los restos óseos hallados tanto en el local como en el gimnasio pertenecen a una sola víctima: Jenny Sofía Rebollo. Así, los agentes continúan abriendo tabiques, paredes e incluso tuberías con el fin de encontrar nuevas pruebas. Es más: teniendo en cuenta la extraordinaria naturaleza de estos crímenes –prácticamente rituales– y el particular modus operandi de este tipo de asesinos, se estaba inspeccionando a conciencia la decoración y las estatuas del gimnasio para averiguar si incluyen algún complemento –collares, pulseras, etc.– que pudieran pertenecer a las víctimas y que habría guardado como «trofeo».
Según el testimonio de varios vecinos, Aguilar compartía su piso –situado en la calle Iturriza– con tres compañeras de nacionalidad extranjera: una mujer checa y dos alemanas. Con una de estas últimas, según los testigos consultados por este diario, mantenía una relación sentimental. Con todo, la Ertzaintza no confirmó si la mujer sobre la que se está investigando era novia del presunto asesino.
Hay que apuntar que entre los numerosos amigos de Facebook del detenido se encontraban varias mujeres de nacionalidad alemana. De hecho, le unían lazos profesionales con el país. En agosto de 2012, el gimnasio Zen4 recibió a la delegada de la escuela de Thai Chi de Spandau en Alemania.
Mientras, diversos colectivos siguen desmontando la «carrera» profesional «Huang». El Templo Shaolín de SongSang en China confirmó ayer que Aguilar, de 47 años, aprendió kung-fu en China durante los años 90. Sin embargo, los responsables del templo añadieron que sus instructores «no pertenecían a la comunidad» y que el detenido «no guarda ninguna relación» con sus integrantes, por lo que ha hecho un «uso inapropiado de su nombres», informa Ep.
Además, subrayaron que «la compasión es el principio fundamental del budismo», y que «no matar es uno de los compromisos principales de todo budista».
Investigación por la muerte de su hermano
Hace ahora 17 años, el hermano mayor de Juan Carlos Aguilar falleció aplastado por un ascensor del gimnasio Zen4. Un hecho que, por aquel entonces, fue considerado un accidente fortuito. Sin embargo, la Ertzaintza está revisando el suceso para tratar de averiguar si pudo producirse alguna irregularidad. Aun así, desde el propio cuerpo creen que es muy complicado reabrir el caso. De hecho, sería necesario contar con la aprobación de un juez para exhumar el cadáver del finado, algo extremadamente difícil y para lo que sería necesario aportar unas pruebas muy consistentes que, al menos hasta la fecha, no se ha conseguido reunir.
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