Ciencia y Tecnología
La red de las vanidades
Relaciones sociales, amistad... y negocios. Instagram es el mejor ejemplo de que el mundo de las apariencias y la simulación crece sin medida. Una campo abonado para hacer dinero
En Hollywood solía decirse que valías lo que había recaudado tu última película. La mercantilización del talento, en la actualidad, se ha hundido.
En Hollywood solía decirse que valías lo que había recaudado tu última película. La mercantilización del talento, en la actualidad, se ha hundido. El talento ya no está en lo que sabes hacer, tus estudios o maestrías. Basta con posar. Que te hagan una foto. Créanlo, hay gente que se gana así la vida. Para ser conocido –y apreciado– hoy en día no tienes que tener una valía o calidad especial... vale con esas instantáneas y subirlas a una de las redes sociales, Instagram, que supera, día a día a otras de más «enjundia» en las que se tiene que escribir un parrafito. De hecho, en países como Estados Unidos ha sustituido a la interrelación entre personas. No son pocos los que, al conocerse, se intercambian el Instagram, para escudriñarlo en la intimidad, y valorar si merece la pena entablar una relación. Esta claro que el siglo XXI ha traído consigo no solo una revolución en los cánones sociales, sino también nuevas maneras de interactuar ligadas en gran medida al desarrollo de Internet y las tecnologías de la comunicación. Las nuevas formas de establecer relaciones sociales, buscar pareja o retomar el contacto con viejas amistades poco o nada tienen que ver con las de antaño. Son relaciones a escala global. Se calcula que en el planeta existen alrededor de 2.400 millones de usuarios activos procedentes en gran parte de América –con Estados Unidos y Brasil a la cabeza– y los países asiáticos. La hoguera de las vanidades en que se ha convertido Instagram «golea» a otras redes. Sus usuarios crecen un cinco por ciento por trimestre. Instagram ofrece hasta 58 veces más interacción por seguidor que Facebook y 150 veces más que Twitter. Vídeos en directo, realidad aumentada, usuarios no tan jóvenes –crecen con fuerza los que son mayores de 40 años–... El mundo de esta red social cambia a pasos agigantados. La mejor prueba es que en Instagram los vídeos de las «stories» tienen una media de audiencia de 300 millones de personas al día. Con todo, el principal desafío al que se enfrentará Instagram –y en eso puede poner sus barbas a remojar– es que, como sucedió con Twitter, atacada por trolls, está al caer que la red sea objetivo de comentarios despectivos o molestos. Esto sin duda modificará la condición de Instagram de red rosa, amable y hedonista... Nada está grabado en piedra.
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