Mascotas

Ladridos contra petardos

Los dueños de animales domésticos reivindican el cese de la pirotecnia por el daño que sufren los canes con explosiones y cohetes durante las fiestas navideñas

Los expertos afirman que las detonaciones navideñas pueden causar convulsiones e incluso la muerte del animal
Los expertos afirman que las detonaciones navideñas pueden causar convulsiones e incluso la muerte del animallarazon

Los dueños de animales domésticos reivindican el cese de la pirotecnia por el daño que sufren los canes con explosiones y cohetes durante las fiestas navideñas.

En uno de cada cuatro hogares españoles hay un perro por lo que saben muy bien el efecto aterrador que los fuegos artificiales tienen en su mascota. Con motivo de las ruidosas celebraciones en estas fiestas navideñas se ha puesto de manifiesto la queja generalizada de los dueños de animales domésticos y cómo éstos sufren con las detonaciones de petardos y cohetes.

Según Rosana Álvarez, veterinaria especialista en medicina del comportamiento y directora de Etolia, las nuevas tecnologías pirotécnicas hacen que «repunte el número de casos desde todos los puntos de vista; el del propietario, el de entidades que pretenden que se impongan medidas más punitivas y el de los profesionales que hacemos hincapié en que se entienda el problema y sus consecuencias para que la gente actúe, antes de que exista el conflicto». Twitter se llenó en el año nuevo de quejas de dueños de perros que reaccionaron de muy diversas maneras al ruido de los petardos. Bajo el hashtag #NoSeasPetardo decenas de usuarios compartieron imágenes de sus mascotas que huyeron despavoridos al creer que estaba en peligro su vida y de otros que presentaron cuadros de ansiedad que resultan peligrosos para la vida del animal. Se trata, como explica Rosana Álvarez, de una fobia, «una reacción desproporcionada al estímulo». Entre los casos observados está por un lado «la reacción física, que puede tener consecuencias de distinta gravedad y otra dependiendo de si se encuentran solos o en la calle». Así se suceden los casos de accidentes causados por animales que huyen de los petardos corriendo, que sufren atropellos y otros que recorren kilómetros o causan daños en la propia casa.

Psicológicamente, «existen problemas asociados al momento en el que el animal experimenta la fobia y la generalización de ese miedo a otros estímulos, entornos concretos donde se han producido, personas concretas, niños e incluso la caída de la noche y les causa más ansiedad anticipatoria». La veterinaria cuenta un caso cercano en el que al perro de un cliente con episodios epilépticos estaba en su casa subido a un muro y un petardo en las cercanías le causó convulsiones y la caída, sin afortunadamente más percances. También en estas fechas se ha hecho viral el post de Dani Rovira en el que compartió la historia de su perro Buyo que estas navidades mientras paseaban por la calle alguien tiró un petardo y «casi le da algo». Acompaña a la historia una foto del animal y la frase «si supiérais el miedo que nos da... No tiraríais petardos». Además Buyo al llegar a casa se puso a «temblar, a jadear, hiperventilar e incluso a vomitar», relata el actor.

En ocasiones, los episodios pueden incluso causar la muerte, como sucedió hace unos días en el municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid donde dos perros fallecieron por infartos producidos por las explosiones. Un movimiento vecinal presentó un escrito en el registro municipal para que se aplique la prohibición del uso de petardos y además encabeza una petición en Change.org que cuenta hasta el momento con más de 3.000 firmas.

Entre las soluciones que ofrecen los especialistas están los métodos educativos que permiten que los perros tengan en casa un lugar «seguro» al que puedan acudir en el momento de la crisis y que debe ser accesible en todo momento y que debe presentársele al animal a lo largo del año para acostumbrarle y poder trabajar en la prevención.

En el otro lado está el método farmacológico, que como explica Rosana Álvarez, «en el lugar donde trabajo en Málaga, diciembre es un mes conflictivo, sobre todo por las vacaciones de los niños. En las zonas urbanas es imposible aislar a un animal para que no escuche los petardos. Por eso optamos por usar fármacos para preservar su bienestar». Ella personalmente recomienda medicación durante el mes de fiestas junto a estrategias como el de los sitios seguros. Incluso han llegado a recomendar dar paseos en coche con el animal, dejarlo en una residencia canina apartada o salir de viaje con él.