Si no se actúa de forma urgente, antes de 2020 será necesario reconstruir buena parte de la red, según la AEC

El estado de las carreteras españolas no mejora. Entre 2005 y 2015 la conservación de la red viaria ha pasado del «aprobado por los pelos» al deficiente, calificación que se repite en estos diez años con una preocupante tendencia a la baja, aproximándose cada vez más a la línea roja del muy deficiente. Así se constata en el último informe sobre «Necesidades de Inversión en Conservación» desarrollado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) durante el segundo semestre del pasado ejercicio.

En términos generales y de acuerdo con las conclusiones del estudio, de seguir empeorando el estado de conservación de las carreteras españolas, antes del 2020 será necesario reconstruir buena parte de la red. Y, para acabar con esta situación, se requiere una inversión mínima de 6.617 millones de euros. Ésta es la cantidad en la que la AEC cifra el déficit que acumula el mantenimiento del conjunto de las infraestructuras viarias del país.

El pavimento acumula un 94% del déficit total. El deterioro acelerado de los pavimentos tanto de Red de Carreteras del Estado como de la Red Autonómica obtienen una calificación media de «deficiente» en ambos casos. «El hecho de no haber actuado a tiempo en la reparación del pavimento implica que el coste de su reparación se haya duplicado en la actualidad, tal y como revela el informe», explica el presidente de la AEC, Juan Francisco Lazcano.

Por otro lado, las señales verticales de las carreteras españolas también obtienen una puntuación por debajo del aprobado. De esta manera, se consolida la calificación de «deficiente» que este tipo de señalización viene arrastrando desde los primeros años de la década de 2000.

Un dato preocupante es la iluminación de las vías. Del 89% de las luminarias que registran rangos inadecuados de iluminancia, el 11% lo son por exceso (afectando a la eficiencia energética) y el 78% por defecto (repercutiendo en la seguridad del tráfico). Esta falta de uniformidad en la iluminación también incrementa la exposición al riesgo, ya que se generan zonas de oscuridad entre áreas iluminadas (claroscuros).

Pero, con estas cifras tan negativas, ¿qué nos depara el futuro? De seguirse esta tendencia, y conforme a las estimaciones de la AEC, antes de 2020 podría ser necesario reconstruir buena parte de la red.