Alicante

Las ocas mágicas de Palencia ponen timbre de fábula a las cabalgatas

Ciento ochenta ocas blancas, amaestradas en Palencia, animarán con su porte de cuento las cabalgatas de Reyes de Madrid, Almería, Roquetas de Mar y Palencia, repartiendo ilusión junto a los Magos de Oriente para llenar de fantasía los sueños de los niños en la noche más mágica del año.

Llevan casi cuatro meses de duro entrenamiento diario, desfilando hacia adelante y hacia atrás, sorteando obstáculos de todo tipo y alzando incluso el vuelo a las ordenes del maestro Jose Miguel Espinosa “Miguelín”, quien se afana para que sus pupilas estén a la altura de los reyes magos, de príncipes, princesas y otros protagonistas.

“Ponemos obstáculos, tiramos petardos, hacemos recorridos con las jaulas, arrancamos el motor del coche o el de la moto para que haya ruido y estén preparadas para el bullicio y el jaleo”, relata a Efe Miguelín, con ojos traviesos.

Él las arenga con gritos de “¡tes!, ¡tes!, ¡tes!” y ellas responden con ensordecedores graznidos y batidos de alas, mientras le siguen como si fuera el mismísimo flautista de Hamelín, se arremolinan a su alrededor cuando toca un montón de cubos convertidos en improvisada batería, o estiran las alas y despegan del suelo a la orden de “¡al ataque!”.

Es un trabajo duro para fortalecer músculo y aguantar el recorrido de la cabalgata madrileña, que se completa con una dieta equilibrada a base de maíz, trigo, cebada y verduras ecológicas cultivadas en su finca, y que tiene su recompensa en los rostros de los niños.

“La ilusión de los niños, sus ojos cuando ven a las ocas, eso no tiene precio, no se olvida. Porque las sonrisas de los niños son pura sinceridad y eso me encanta”, asegura mientras mantiene que hay que hablar el idioma infantil “para que las ocas te hagan caso”.

Este año la tropa desplegará sus encantos en las cabalgatas de Roquetas de Mar, Almería, Madrid y Palencia, capitaneadas por Miguelín y sus hijos Juncal y David, quienes se han ido contagiando de la pasión de su padre. Junto a ellos, Mario, un niño de 10 años que apunta maneras de pastor en la cabalgata de Palencia.

“Para nosotros ha sido fácil porque solo tenemos que hacer lo que hemos visto desde pequeños cuando mi padre solo tenía diez ocas y salíamos en Palencia”, explica David, que primero las disfrutó de niño, y poco a poco se ha convertido, igual que su hermana, en un pastor a la altura del maestro.

Ellos darán las órdenes, pero serán otras con más madera de líder las que guiarán al resto del pelotón, algunas veteranas como Paloma y Ánsar, expertas en cabalgatas y desfiles, y otras más jóvenes pero con mucha habilidad para el mando, como el Pequeño Nicolás y la Pantoja, que se estrenarán este año en la cabalgata madrileña.

Allí lucirán cascabeles y en Alicante bolas luminosas y, como vienen haciendo desde hace más de 20 años, regalarán su magia por media España sin dejar que el paso del tiempo haga mella en la ilusión infantil que Miguelín y sus hijos contagian allá donde vayan.

“El día que me canse, será porque me he hecho mayor”, reconoce con ironía este palentino que ha logrado que sus ocas, de linaje francés, lleven la marca de Palencia por todas partes y pinten de blanco cada noches de reyes.

Para este despliegue, ha habido que adaptar las furgonetas, para que vayan como reinas, no tengan estrés en el viaje, y den el do de pecho en cada desfile, como mandan los Magos de Oriente.

Porque, como explica Miguelín, “las ocas desaparecen todo el año y la víspera de Reyes vienen anunciando la llegada de los Magos y ayudan a los pajes a buscar a los niños que se han cambiado de casa o de ciudad, y a los que han nacido este año”.

Y es que cumplir algunos sueños no tiene precio y todos los esfuerzos son pocos cuando se trata de hacer brillar los ojos de los más pequeños.