Videos
Detenido el monstruo de Rivas
Tuvo a su hijo encerrado dos años en la vivienda familiar. El joven, de 19, estaba desnutrido y desorientado. El arrestado, de origen hindú y con problemas mentales, ya había hecho lo mismo con su mujer y su hija.
Tuvo a su hijo encerrado dos años en la vivienda familiar. El joven, de 19, estaba desnutrido y desorientado. El arrestado, de origen hindú y con problemas mentales, ya había hecho lo mismo con su mujer y su hija.
Eran una familia atípica, poco más. Hinduístas, con costumbres diferentes y poco sociables. Nada que hiciera pensar que ahí, tras ese jardín descuidado del número 17 de la calle Mirador de Rivas-Vaciamadrid –por el que los la Policía ya le había advertido de que lo podara por riesgo de incendio–, un joven de 19 años estaba encerrado contra su voluntad durante los últimos dos años de su vida. Desnutrido y desorientado le rescataron la Policía y la Guardia Civil el pasado jueves a las 17:00 horas en medio de fuertes medidas de seguridad. «Cuando vimos la que estaban montando pensábamos que era yihadista y nos cuadraba perfectamente porque era un tipo raro y apenas salía de casa», explica el vecino del chalé de al lado. El vecino del otro lado (son chalés adosados) asegura que el chaval salió con una manta térmica directo a la ambulancia. Estaba extremadamente delgado. El joven había explicado a la Policía que su padre le pegaba palizas a diario y que apenas le daba de comer. Aunque el hombre, ingeniero informático, tenía capado muchos accesos a internet para que su hijo no consiguiera contactar con el exterior, el joven pudo burlar esta prohibición y logró contactar con su hermana, quien le instó a escribir al correo denuncia de la Policía Nacional para este tipo de casos: atencionfamiliaymujer@policia.es. Ahí les explicó su situación y les proporcionó el teléfono de su hermana, para que ella pudiera facilitarles más información. Bien sabía ella por lo que estaba pasado su hermano: ella había pasado por lo mismo hacía más de dos años.
El debate ayer estaba en la posibilidad de que se hubiera podido evitar la situación de este joven o, incluso, un desenlace aun peor porque las autoridades eran conocedoras de las circunstancias de este hombre y de lo que era capaz de hacer. Y es que la Policía estuvo en la vivienda y por los mismos motivos hace más de dos años, porque el hombre ya había hecho lo mismo con su mujer y su hija pequeña, que ahora tendrá alrededor de 16 años, según el vecino de al lado. También podría haber abusado sexualmente de ellas, según fuentes policiales. Pero ellas consiguieron salir de aquel infierno. El chico decidió quedarse con su padre, por los motivos que fueran, y acabó haciendo lo mismo con él. La escasa relación con el exterior era normal en esta familia que llegó al barrio cuando se acababan de hacer esos chalés, hace unos 20 años. Los vecinos recuerdan de aquellos tiempos que la pareja no se relacionaba mucho; algo entendible por su cultura y porque creían que no dominaban bien el idioma. Cuando llegaron los niños el padre nunca les dejaban salir siquiera al patio. Sí iban al colegio pero, aunque estaban cerca (la niña iba a Las Cigüeñas y el chaval al instituto Julio Pérez) les llevaba en coche por la mañana y les iba a buscar. «La mujer apenas salía al patio a despedirles y se metía corriendo si veía a algún vecino, como si él no la dejara siquiera saludar», comenta el vecino. También tenían problemas con ellos por los malos olores que les provocaban la acumulación de basura. «Eso no es reciente, siempre han sido así. Vestían muy austeros. El chico siempre iba igual: pantalón beige, camisa blanca y zapato negro. Siempre igual». Cuando entraron los agentes el jueves por la tarde, encontraron al joven en unas tales condiciones que requirieron la presencia de servicios sanitarios. Enseguida le trasladaron a un centro hospitalario y ahora vive con su hermana y su madre, según fuentes policiales. La casa, de dos plantas, estaba llena de basura y restos de obras y bidones. Los vecinos también se habían quejado últimamente de que hacía ruidos muy fuertes por la noche.
Por su parte, el padre de familia –que respondió de forma violenta ante la actuación policial– fue detenido y más tarde explicó a los agentes una serie de pensamientos que hacen suponer que sufre de problemas mentales. Según fuentes cercanas a la investigación, el hombre cree que sus vecinos le quieren envenenar a través del agua corriente, que le perseguía la mafia rusa y que le enviaban radiaciones. El Juzgado Mixto número 3 de Arganda acordó su puesta en libertad con cargos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar