Religión

Lisboa abre la JMJ más universal de la historia

El Papa se unirá este miércoles a la cita, que ha arrancado con una misa y en la que hay peregrinos de todos los países salvo Maldivas

Los jóvenes tomaron ayer el Parque Eduardo VII de Lisboa en la misa de apertura de la JMJ
Los jóvenes tomaron ayer el Parque Eduardo VII de Lisboa en la misa de apertura de la JMJMIGUEL A. LOPESAgencia EFE

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa ya es una realidad. Retrasada un año por las restricciones pandémicas del coronavirus, este martes a las siete de la tarde arrancaba oficialmente a la espera de que mañana miércoles llegue el Papa Francisco para acompañar al millón de peregrinos que está previsto que se reúnan hasta el domingo en la capital lusa y sus alrededores.

El cardenal Manuel Clemente, como anfitrión por ser el patriarca lisboeta, presidió una multitudinaria misa en el Parque Eduardo VII, rebautizado como Colina del Encuentro para estos días. Allí dio la bienvenida a los más de 200.000 jóvenes que ya están disfrutando de las más de 600 actividades distribuidas en un centenar de sedes que se han preparado para ellos, entre catequesis, conciertos, obras musicales, exposiciones, danza, vigilias de oración…

El purpurado se dirigió a los presentes desde un imponente altar diseñado por el arquitecto João Matos, mide 40 metros de ancho y 24 metros de alto. La obra, con un coste de unos 450.000 euros, cuenta con el apoyo íntegro de la Fundación JMJ Lisboa 2023, con el apoyo de una entidad privada.

«¡Bienvenidos a todos! Bienvenidos también en la amplitud ecuménica, interreligiosa y de buena voluntad que guardan estos días y que hoy nos reúnen. Deseo que se sientan como en casa en esta casa común», animó el purpurado nada más comenzar su homilía a unos peregrinos. Con este punto de partida, los animó a dejar a un lado «la virtualidad» de las pantallas para vivir «la realidad verdadera» que «nos pone en camino, y nos lleva al encuentro con los demás y con el mundo tal como es, tanto para admirarlo como para hacerlo mejor».

En esta línea de promover un compromiso en los jóvenes para transformar la sociedad en la que se mueven, el patriarca compartió que es «imposible detener lo que hay en el alma, cuando es tan fuerte y movilizador». «El mundo nuevo comienza con la novedad de cada encuentro y la sinceridad del saludo que intercambiamos», añadió.

El lema de esta convocatoria es «María se levantó y partió sin demora», tomado del Evangelio de Lucas y que hace referencia a la actitud de servicio de la Virgen cuando, embarazada, decidió dejar su casa para ayudar a su prima Isabel, que también esperaba un hijo: el futuro Juan Bautista.

«Cuando le dije al Papa Francisco que ese era precisamente el lema de nuestra Jornada –María se fue de prisa...– enseguida añadió que sí, de prisa, pero no con ansiedad», explicó Clemente a los jóvenes, que se refirió a la actitud de la madre de Jesús como una «urgencia serena». Concluida la eucaristía de bienvenida, la fiesta continuó tanto en la colina con en muchas de las plazas de Lisboa donde la música no paró de sonar hasta la medianoche.

Con este arranque, la JMJ portuguesa se ha convertido en la más universal de las celebradas hasta la fecha. Así al menos lo defienden los organizadores, que apuntan que hay representantes de todos los países del planeta, salvo de Maldivas. Un reflejo, tanto del tirón de esta iniciativa pastoral como de la red que global que es en sí misma la Iglesia católica. Este martes en total había 354.000 inscritos. De ellos, 77.224 son españoles, la delegación más numerosa, incluso por delante de la italiana, que siempre había copado el liderazgo en estas citas papales. Sin embargo, se espera que, registrados o no, esta cifra se multiplique a medida que avance la semana. «Por la experiencia de anteriores jornadas, por cada peregrino registrado acuden dos o tres más. Además, las inscripciones siguen abiertas», defiende el director logístico de la JMJ, Jorge Messias.

Para hacer posible que todo este engranaje funcione, la organización suma más de 25.000 voluntarios. Los peregrinos están siendo acogidos en 1.626 espacios públicos entre polideportivos, colegios o parroquias, que tienen una capacidad para albergar a 294.151 personas. Las familias de acogida son 8.831, que están alojando en sus casas a 28.618 jóvenes. Y solo en lo que alimentación se refiere, la JMJ de Lisboa cuenta con una red de 1.800 restaurantes asociados para distribuir comidas y cenas, que permiten ofrecer hasta 2,7 millones de catering en estos días de encuentro. Además, la Asociación Nacional de Productores de Proteínas, Oleaginosas y Cereales ha donado dos toneladas de trigo alentejano para la fabricación de hostias para las Eucaristías del encuentro, cuya producción estuvo a cargo de las hermanas clarisas del Monasterio del Inmaculado Corazón de María, situado en Estrela.