Las listas de espera y una menor inversión lastran la Sanidad

El quinto informe del Observatorio de Sanidad de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) presentado ayer recoge algunos indicadores que muestran signos de alarma, como la esperanza de vida en buena salud, indicador para el que se han perdido siete años respecto a los niveles prepandemia y que vuelve estar en niveles no vistos desde 2009, y el porcentaje de nacidos con peso anormalmente bajo que, si bien venía descendiendo desde 2018, aumenta ligeramente en 2021.

Otros indicadores que han vuelto a generar preocupación son el alto número de fallecidos y heridos como consecuencia de los accidentes de tráfico y la frecuencia de accidentes de trabajo, que habían experimentado un retroceso con la pandemia y que, desafortunadamente, se recuperan a partir de 2021.

También en el gasto sanitario corriente por porcentaje del PIB se percibe un descenso relativo de 3 décimas en 2022 respecto de 2021.

En los últimos años los presupuestos iniciales de sanidad por habitante de las comunidades autónomas mostraron una evolución favorable con un aumento del 6,8% en 2023 (datos provisionales) con respecto a 2022, siendo Aragón la que mayor aumento registró y Castilla-La Mancha la que menos creció en ese periodo.

Sigue generando una cierta preocupación el gasto farmacéutico que, si bien en su conjunto prosigue la moderación iniciada la pasada década, en lo que respecta al gasto farmacéutico hospitalario sigue en una senda ascendente aunque lejos del insostenible ritmo de la década previa.

Peor opinión

En cuanto a la valoración del sistema sanitario, los datos del Barómetro Sanitario 2022 señalan un cierto debilitamiento en la percepción y valoración del sistema de salud por parte de los ciudadanos en el escenario pospandemia. Asimismo, la situación de las listas de espera según las estadísticas oficiales muestra una peor situación por el aumento del número de pacientes en espera estructural, del 12% con respecto a 2021, que es consistente con la percepción de que el problema de las listas de espera ha empeorado.

En materia de empleo, el número de ocupados en el sector sanitario se mantiene estable en el período postpandemia, representando alrededor del 6,2% del total de ocupados, en línea con el promedio de la Unión Europea. Por otra parte, los salarios siguen siendo relativamente bajos para el nivel de dedicación y las expectativas de los trabajadores en el sector, contribuyendo a la sensación de «burnout» en el sector.

El exceso de mortalidad es una medida de los fallecimientos de más que se han ido registrando con la crisis sanitaria en comparación con los esperados en condiciones no pandémicas. En promedio en los países de la OCDE, la mortalidad atribuible a la covid pasó de 1.048.860 personas en 2020 a 739.724 en 2022, una bajada del 30% en el número de muertes (54 muertes por 100.000 habitantes). Para España, la bajada fue aún más considerable del 47%, registrándose en el año 2022 27.147 muertes (57 muertes por 100.000 habitantes).

Por otra parte, la tasa de casos confirmados de covid en la población de 60/65 años por cada 100.000 habitantes (incidencia acumulada en los últimos 14 días) se fue reduciendo considerablemente a nivel nacional, siendo el punto máximo en 2021 de 535 casos por cada 100.000 habitantes y en la 2023 de 72 por 100.000 habitantes.

Ocupación de las UCIs

En relación a la ocupación de camas de UCI por covid, la información disponible a 16 de junio de 2023 señala que la situación no es crítica en ninguna de las comunidades autónomas. Los niveles de ocupación se encuentran lejos de alcanzar un nivel de saturación, siendo en 2020 y 2021 el promedio de ocupación de UCI a nivel nacional de casi el 20%, para bajar considerablemente en 2022 (3,2%) y 2023 (1,2%) siendo una situación de riesgo bajo.

El nivel de cobertura de vacunación sigue siendo alto. Según los datos a junio 2023 provistos por el Ministerio de Sanidad, el 92,6% de la población mayor de 12 años residente en España (susceptible de ser vacunada) se encuentra cubierta por la vacuna anti-SARS. Del total de 29 indicadores que presentamos, 13 reflejan una situación positiva, 13 preocupante, 3 negativa y ninguno muy negativa. Por lo tanto, se podría decir que la situación postpandemia es, en términos generales, relativamente satisfactoria. En este contexto, las excepciones más notables a la evolución general positiva la constituyen los indicadores de años de vida en buena salud, las listas de espera, el gasto farmacéutico hospitalario y la evolución salarial en el sector.