Nuevo estudio
La longevidad «fulmina» las herencias familiares: cada vez menos ahorran para dejar a sus hijos
El 57% de las personas descarta que deba ahorrar con el fin de dejar un patrimonio a sus descendientes
Habrá quienes piensen que la herencia es un derecho. Otros, que supone la fuente de la desigualdad perpetua en una sociedad injusta. Incluso habrá quienes confiesen que es una condena. Pues bien, por primera vez se ha realizado un estudio en España analizando los legados intergeneracionales desde el punto de vista sociológico, algo que hasta ahora solo se había realizado con un enfoque económico, judicial o antropológico. Luis Ayuso, catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga, ha desarrollado esta investigación pionera a través de la Beca Leonardo de la Fundación BBVA con la que arroja interesantes resultados sobre la gestión familiar de las transferencias del patrimonio en la España del siglo XXI.
El experto, a través de su análisis, detecta la presencia de un «importante familiarismo en los integrantes de estas generaciones mayores de 60 años». A pesar de las tendencias al individualismo familiar presente en otros ámbitos de la familia, dice, «en lo concerniente a las herencias existe un importante consenso: independientemente de cómo sea la relación entre padres e hijos la herencia debe ser para ellos (88%)». Así, el legado sigue simbolizando a la propia familia, representa el esfuerzo intergeneracional de padres a hijos que asegura la continuidad familiar. «No se interpreta de forma individual sino comunitaria», apunta, de ahí que el 73% de los encuestados muestre su desacuerdo con la afirmación de que «lo acumulado durante mi vida es sobre todo mío por lo que mis hijos no deben esperar nada de mi herencia».
Pese a ello, Ayuso detecta el comienzo de algunos indicadores de cambio: «Prevalece la idea de que por el mero hecho de ser hijo una persona es merecedora de la herencia de sus padres (57%), pero aproximadamente en dos de cada cinco casos (40%) se enfatiza la idea de que deben demostrar que merecen esa herencia». Incluso, añade que se observa la existencia de un principio de familiarismo individualista representado por el 57% que se muestra en contra de que «se deba de ahorrar para dejar un patrimonio a los hijos o familiares».
En relación al reparto, la opinión generalizada de los encuestados es que la herencia se debe repartir entre todos los hijos por igual (83%), sólo un 14% está a favor de diferenciar entre unos hijos y otros. Dos tercios de los españoles mayores de 60 años se muestran a favor de tener que dejar una parte de su herencia a sus hijos (62,5%), frente a un tercio que le gustaría poder dejar toda su herencia a quien quisiera (31%).
De nuevo, las generaciones más jóvenes son las que se muestran más a favor de tener una mayor libertad a la hora de gestionar su herencia (el 43% de los que tienen entre 60 y 64 años se muestran partidarios frente al 21% de los que tienen 85 años y más), así como los de mayores estudios y mayor sentimiento subjetivo de soledad. El País Vasco es la única comunidad en la donde se posicionan de forma más favorables a gestionar libremente todo su patrimonio.
En cuanto a la procedencia de las herencias, el 63% lo recibe de su padre, el 25,5% de su madre y el 10% de otros familiares. Hasta los 40 años sólo el 19% había sido destinatario de algún tipo de herencia, porcentaje que asciende hasta el 84% a los 65 años. Principalmente lo que se hereda es vivienda (44%), al caracterizarse nuestro país por su alto porcentaje de propietarios, pero también se hereda dinero (24%) y propiedades rústicas (20%) y urbanas (8%).
Sólo un 28% de las personas encuestadas que habían recibido algún tipo de herencia respondieron al valor aproximado de lo que habían heredado en euros , situándose el valor más repetido en los 30.000 euros, mientras que la mediana se encontraba en los 40.000. Eso sí, dos de cada tres casos afirmaron que para ellos fue más importante el valor sentimental de lo heredado, mientras que para un 16,5% lo fue el valor económico y para un 12% ambos.
Otro de los aspectos que analiza Ayuso es el impacto de las herencias en las relaciones familiares, ya que suelen ser objeto de disputas. Sin embargo, el 90% de los encuestados confiesa que no tuvo ninguna repercusión, el 2,5% reconoce que discutieron en el momento, aunque ya está olvidado, un 4% afirma que se enfrió su relación y solo un 1,4% responde que se rompió su relación con alguno o todos sus familiares.
Sobre el uso de «lo recibido» por los progenitores, solo un 12% de los encuestados espera obtener una herencia en el futuro y cuando lo haga, el 25 % lo repartirla entre los miembros de su familia y el 23% la guardará.
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