Transporte por carretera

Los ayuntamientos no se toman en serio la movilidad

Para el 52,8% de los consultados de mediana edad, los consistorios no son capaces de gestionar bien el tráfico.

Los atascos en las grandes ciudades está claro que no se solucionan con más bicicletas o más transporte público. Es la gran asignatura pendiente de la movilidad
Los atascos en las grandes ciudades está claro que no se solucionan con más bicicletas o más transporte público. Es la gran asignatura pendiente de la movilidadlarazon

Para el 52,8% de los consultados de mediana edad, los consistorios no son capaces de gestionar bien el tráfico.

El problema está ahí. Y crece. La población mundial que habita en ciudades (51%) ha superado en 2014 a la que vive en zonas rurales (49%). Las estimaciones apuntan a que el porcentaje de habitantes urbanos seguirá aumentando en los próximos años hasta estabilizarse en el entorno del 82% para el año 2030. Unos habitantes que no están quietos. Se mueven. Mucho. Y congestionan las ciudades. La mayoría de éstas en los países desarrollados basan actualmente su trama urbanística en la fluidez del tráfico automovilístico. Un modelo basado en el coche que fue consecuencia de un cambio radical en los patrones de uso del suelo durante el siglo XX. Muchos de los desplazamientos, que en una ciudad de escala humana podían hacerse a pie, pasaron a necesitar transportes mecanizados, motorizados. Una auténtica revolución que ha traído mayor riqueza, y prosperidad en torno a la industria del automóvil, pero que a la vez ha provocado mala calidad en el aire que respiramos. Y lo que es clave para el día a día inmediato de los ciudadanos: atascos en el centro y a horas determinadas. Contra ello han intentado luchar los distintos ayuntamientos –sobre todo en los países desarrollados–. Desincentivando la utilización del coche en favor del transporte público con desigual resultado. El uso de la bicicleta ha sido uno de los grandes pilares para estos consistorios en su «lucha» contra los coches. Sin embargo su éxito se podría calificar –siendo generosos– como relativo. Así las cosas, frente al atasco y la caristía que supone tener coche en las grandes ciudades, lo que parece claro es que la solución a esta ecuación es que no existe solución. Seguimos atascados.