Zaragoza
Los ocho menores eran golpeados y estaban desnutridos
Los ochos niños que han sido retirados por los servicios sociales de su núcleo familiar en Huesca al parecer recibían golpes con asiduidad, estaban desnutridos, sucios y algunos ni siquiera habían aprendido a leer ni escribir pese a estar en edad escolar, según fuentes del Gobierno aragonés.
Los ocho menores, de edades comprendidas entre 1 y 12 años, fueron sacados ayer del inmueble en el que habitaban, en la Ronda Isuela de la capital altoaragonesa, una de las zonas más degradadas socialmente de la ciudad y poblada en su mayor parte por familias de etnia gitana.
Cerca de treinta policías y cinco asistentes sociales se desplazaron la mañana de ayer a esta zona para llevarse a los niños a pisos de acogida de Huesca y Zaragoza, en cumplimiento de una orden del Juzgado de lo Contencioso Administrativo 1 de Huesca de retirada de la custodia a sus padres.
Sus padres, cuatro parejas de etnia gitana vinculadas familiarmente entre sí, no pudieron evitar el cumplimiento de la orden judicial, según han informado a Efe fuentes del Gobierno aragonés.
El despliegue de agentes de policía, que cortaron los accesos a la calle mientras se producía la entrada al inmueble, impidió que se produjeran incidentes cuando los niños eran sacados de la vivienda e introducidos en vehículos para ser realojados en pisos tutelados.
La decisión había sido adoptada unos días antes por el consejero de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván, a la vista de un informe de los asistentes encargados del seguimiento de la familia en el que se describían las "espeluznantes"condiciones en las que vivían los niños, según han explicado las mismas fuentes.
En este informe se explica que los menores sufrían todo tipo de vejaciones, eran golpeados con un bastón con un añadido metálico en su punta, estaban sucios, no comían con regularidad y se alimentaban de lo que encontraban por sus propios medios o de "chucherías"que les compraban ocasionalmente.
Además, aunque algunos iban a un colegio de Huesca alguna vez, no habían aprendido a leer ni a escribir.
Los más pequeños estaban constantemente manchados con sus propios excrementos y a veces jugaban con las jeringuillas que sus padres, adictos algunos a las drogas, dejaban por el suelo o en algún mueble.
Del cuidado de los más pequeños se encargaba las dos menores de mayor edad, y todos presentaban signos severos de desnutrición.
La familia era seguida por los servicios sociales desde el año 2010, y aunque en un principio parecía que sus miembros respondían al programa de intervención, hace unos meses comenzaron a impedir entrar en la vivienda a los asistentes sociales y, en alguna ocasión, a agredirles.
A través de discretos contactos con las menores de mayor edad, los asistentes sociales pudieron conocer la realidad en la que vivían los niños y elaborar un completo informe para ser remitido a la directora general de Servicios Sociales, Cristina Gavín, que lo remitió de forma inmediata al consejero.
Las fuentes citadas han explicado que el carácter de "clan"de la familia ha imposibilitado que los menores hayan podido realojarse con otros parientes sin ponerles en una situación de riesgo.
Los padres, algunos de los cuales tienen antecedentes policiales por delitos diversos, estaban citados la mañana de hoy en el servicio de menores del Gobierno aragonés en Huesca para prestar declaración, pero no han comparecido.
Una de las madres, además, quedó detenida tras la operación de retirada de los niños de su núcleo familiar, al tener pendiente sobre sí una orden de búsqueda y captura.
Según las fuentes citadas, el caso de esta familia es el más "grave"al que se han enfrentado los servicios sociales en Aragón en los últimos años, y requería de una intervención inmediata.
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