Mascotas

Los perros: el antídoto contra la ansiedad

La tesis doctoral de Diana Gil demuestra que la compañía canina ayuda a reducir el estrés y mejora las relaciones sociales.

«Compludog» permite a los alumnos de las Facultades de Políticas, Enfermería y Educación de la Complutense participar en sesiones asistidas por perros
«Compludog» permite a los alumnos de las Facultades de Políticas, Enfermería y Educación de la Complutense participar en sesiones asistidas por perroslarazon

La tesis doctoral de Diana Gil demuestra que la compañía canina ayuda a reducir el estrés y mejora las relaciones sociales.

La tesis de una doctoranda de la Universidad Complutense de Madrid demuestra que los perros ayudan a los estudiantes a superar situaciones de estrés y ansiedad. Nos encontramos a principios de junio y, un año más, los alumnos de Bachillerato «buscan plaza» en la Universidad. La selectividad es uno de los períodos más estresantes en la vida de un estudiante, todos los esfuerzos que se llevan a cabo durante dos largos años pueden acabar por tierra. Y ésta es solo una de las muchas situaciones por las que los adolescentes tienen que soportar demasiada presión. Hoy en día, la preocupación que tienen los educadores por la ansiedad de los estudiantes está dando a luz soluciones variopintas para intentar disminuir los casos de estrés académico.

Por este motivo, Diana Gil Peña prepara una tesis doctoral con la que pretende demostrar que los perros pueden reducir el estrés de los estudiantes además de mejorar sus relaciones sociales. Es decir, que los perros pueden ayudar emocionalmente a los humanos.

Gil es graduada en Pedagogía, máster de Estudios Avanzados de Pedagogía, máster de Formación de Profesorado y Experto Técnico en Intervenciones Asistidas con Animales. Éstas son las credenciales de la futura doctora. Pero su mayor inspiración ha sido Skot, su perro y su compañero de vida, al que le debe todo lo que es en la actualidad. Diana se percató de la capacidad que tenía Skot para mejorar sus relaciones sociales en su entorno cuando empezó la carrera, poco después de rescatarlo. Según Gil, si una persona está sola en la calle, en una terraza o en el rellano esperando al ascensor, es complicado e incómodo que alguien interactúe con ella, pero si repetimos esta misma situación con la compañía de un perro, el número de personas que se relaciona con ella aumenta y la tensión se reduce. «El ser humano tiene sentimientos positivos hacia los animales, por lo que siempre que tengas a un animal al lado será más fácil relacionarte con otros», afirma la socióloga a LA RAZÓN.

Los perros tienen la capacidad de detectar nuestras emociones por medio de su olfato y su vista. Con esa información consiguen adaptarse a la convivencia. Eso les ha ido acercando al ser humano y, sin darnos cuenta, nos ha aportado mejoras en nuestra salud mental y emocional. Los animales no juzgan ni discriminan, hay que aprender de ellos.

El programa «Compludog» es la tesis de Diana llevada a la práctica y con la que se ha facilitado que los alumnos de las Facultades de Políticas, Enfermería y Educación de la Universidad Complutense participen en sesiones asistidas por perros. En ellas se comprobado que los estudiantes pueden relacionarse con más facilidad gracias a los animales o que sólo bastan dos minutos en contacto con un perro para que nuestro pulso disminuya.

Un día Diana y Skot impartían una de sus sesiones cuándo una de las asistentes rompió a llorar al recordar a su perro fallecido. La chica no se sentía cómoda y comenzó a secar sus lágrimas. De pronto, otro alumno al cual no conocía, le dijo: «No te reprimas, llorar es natural y necesario». Tras la catarsis emocional, la alumna pudo contar a toda la clase la historia de su perro con naturalidad y libertad.

Pero estas sesiones no tienen siempre la ansiedad como eje central. Los estudiantes también participan en encuentros en los que se fomenta la confianza y la diversión. Para ello hay un equipo de perros con distintas habilidades. Skot ha provocado cientos de sonrisas en la Universidad Complutense y dentro de poco va a dar paso a nuevos perros, su jubilación está cerca pero siempre será el primer perro que ayudó a los universitarios en España.

Gracias a Diana la universidad española podría seguir el ejemplo de prestigiosos campus como Bristol, Lancashire, Harvard, Yale o British Columbia. Una oportunidad perfecta para dejar colaborar, nuevamente, a nuestros amigos de cuatro patas. Esta tesis vislumbra un futuro en el que perros abandonados son rescatados para ayudar a superar situaciones de estrés a los estudiantes. No olvidemos que el alumnado en general es el grupo social que más ansiedad sufre. Según datos de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), el 55,6% de estudiantes sufren estos males de forma continuada.

Este estudio es otra prueba más que corrobora la utilidad de los perros a la hora de reducir nuestros sentimientos de soledad y el estrés.