Caso Marta del Castillo
Luis Avial: «El georradar no es una varita mágica»
Entrevista con el director de operaciones de Cóndor Georradar, encargado de la búsqueda de Marta del Castillo
Luis Avial lleva años paseando su georradar por toda la geografía española para ayudar a las fuerzas de seguridad y a las víctimas de la Guerra Civil, pero nunca había tenido un reto tan complicado como el del localizar a Marta del Castillo. Su participación en el «caso Bretón» fue fundamental para resolver el caso, pero en esta ocasión no ha sido así. A través de la termografía aérea, el georradar y la fotografía infrarroja detectó siete «puntos calientes» en la finca de La Majaloba que, en los que lamentablemente no estaba el cadáver de la joven sevillana.
–La familia de Marta del Castillo tenía plena confianza en el georradar, pero no ha habido suerte. ¿Qué ha pasado?
–El problema que ha habido ha sido la información que se ha dado. En el informe marco claramente en cada una de las cuadrículas de terreno señaladas que no existen claras señales de enterramiento ni de material ostológico. En ningún momento, se dice que vamos a encontrarla. Las siete u ocho zonas señaladas indicaban que había un continente y no un contenido. Es decir, que podía ser una zanja, una conducción de agua, escombros o una cavidad en el suelo. Había que abrir para asegurarse de que Marta no estuviera oculta debajo, porque los elementos detectados podían apantallar la señal e impedir localizar restos óseos. Son todas señales secundarias, no hemos encontrado la señal con mayúsculas.
–¿Esto significa que Marta no está en La Majaloba?
–Lo único que podemos asegurar casi al cien por cien es que en los lugares por los que se ha pasado el georradar no están los restos. Pero sólo hemos analizado una parte de la finca.
–¿Por qué no se han rastreado las 60 hectáreas de terreno?
–Nosotros hemos examinado las zonas que nos ha indicado la Policía, en las que ellos pensaban que podían haber ocultado el cuerpo. Esa zona es sólo un ocho por ciento aproximadamente del total. Haber rastreado toda la finca hubiera supuesto más de ocho días de trabajo de sol a sol y cerca de dos meses para analizar los resultados. No se puede someter a la familia a tanto sufrimiento. Es mejor una decepción que meses de angustia. Desde mi punto de vista personal, si me lo hubieran propuesto, habría dicho que era más fácil levantar con cuatro o cinco máquinas todo el suelo que pasar el georradar. La Policía ha hecho un trabajo excelente y tienen razones suficientes para haber elegido esa zona. Es la primera vez que la Policía me indica una zona no encontramos nada. Almonaster, Lloret, Navarra... normalmente ellos hacen el trabajo de investigación, el fundamental, y luego utilizamos el georradar, que es una herramienta, no una varita mágica. en diez años nunca nadie ha encontrado un cuerdo donde hemos pasado el georradar y lo hemos descartado.
–¿Puede ser que las condiciones del terreno hayan dado una señal equivocada?
–Es cierto que el terreno era complicado porque había mucha arcilla, agua y una torre de la luz que distorsionaban la señal, pero hicimos pruebas, ajustamos la señal para poder detectar cualquier resto a un metro de profundidad. Si Marta hubiera estado en esa zona, la habríamos encontrado.
–Pero lo cierto es que el terreno es el mismo a lo largo de un kilómetro, una superficie lisa salteada por postes de luz, tal y como describió Carcaño en su declaración...
– Es un tema que me ha preocupado mucho durante la investigación. Carcaño pudo recorrer un kilómetro en 20 segundos y el terreno es el mismo, pero los investigadores tenían pruebas y datos suficientes que les llevaron a delimitar la búsqueda a una zona determinada.
–¿Sigue pensando que el cuerpo está cerca? ¿En la finca?
–Absolutamente y creo que la Policía lo va a encontrar. Puede estar a dos o a 200 metros de dónde hemos pasado el georradar. Ahora, los investigadores volverán a recopilar todos los datos y tomarán una decisión sobre dónde darán el siguiente paso.
–Usted colabora de manera altruista con la Policía y la Guardia Civil cuando tiene disponibilidad. ¿Si los cuerpos de seguridad del Estado tuvieran un georradar y gente experimentada, el final habría sido distinto?
-Llevo cuatro o cinco años recomendando que compren un equipo. yo no tengo ningún problema en asesorarles y ayudarles en momentos concretos, pero ahora tengo un gran proyecto en Argentina y voy a estar fuera varios meses, en los que no van a poder contar conmigo. Pero aunque tuvieran el equipo, el resultado habría sido el mismo, lo hubieran hecho igual.
–¿Considera que ha sido un fracaso?
–Sin duda. Ha sido un fracaso sin paliativos. Nos hemos encontrado con un gran problema que es la extensión del terreno. En el «caso Bretón» examinamos con termografía 6.000 metros cuadrados en dos días y tuvimos listos los resultados en otros tres y pudimos asegurar al 99 por ciento que Ruth y José no estaban allí. En esta ocasión es distinto. El terreno es abierto y la termografía no era del todo fiable debido al terreno y el agua acumulada en el suelo. Aun así lo hicimos con fotografía infrarroja. esto me preocupaba y tratamos de hacer un segundo análisis.
–¿Ahora que todo ha acabado, aceptaría ayudar a título personal a la familia del castillo si se lo pidiera?
–Llevamos más de 100 fosas abiertas de la Guardia Civil y nunca hemos trabajado para las familias. Hemos tenido casos de gente que ha venido llorando y ofreciéndose a pagar nuestros servicios pero siempre nos hemos negado. En casos de desaparecidos es muy delicado porque se aceptas pasas a ser el «frikie» de la maquinita. Me he negado a eso, siempre hemos actuado a petición de la Policía o del juez. Sin embargo, el caso de Marta es muy particular. Antonio del Castillo sabe qu estoy siempre a su disposición. Si me llama para colaborar, cojo un pico y una pala y me pongo a picar el primero, pero para eso la Policía debería haberse retirado y creo que eso no va a pasar. No lo van a dejar.
–¿Ha sido un caso especial para usted?
–Es la primera vez que me implico emocionalmente en el caso. Ha habido ocasiones en las que hemos detectado fosas de la guerra civil y nos hemos estremecido al ver cómo un familiar se ha derrumbado al encontrar el cuerpo de un abuelo o un padre al que nunca conoció. Pero esta vez, no he podido evitar involucrarme. Lo que le han hecho a esta familia es el colmo de la infamia. Es una doble traición: les han arrebatado a su hija y no les dejan enterrarla. Esa familia sólo quiere darle descanso. Implicarte no es bueno, porque no haces bien las cosas. Hay que tener sangre fría y distancia.
–Entonces, ¿el fracaso le ha afectado a nivel personal?
–Estoy muy fastidiado porque a pesar de que las señales no eran claras, tenía la esperanza que estuviera debajo de los escombros que localizamos. Yo tengo una hija y se me ha partido el corazón cada vez al ver que la familia tenía tantas expectativas depositadas en mí. No está ahí, pero debe estar cerca y eso me da mucha rabia. Estoy convencido de que Carcaño dice la verdad.
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