Sanidad
Maldivas, el primer país que veta el tabaco a toda una generación
Los nacidos desde enero de 2007 no podrán fumar o comprar cigarrillos ni productos similares
La cuenta atrás para el tabaco acaba de empezar, y el detonante está en el Índico. Maldivas se ha convertido en el primer país del mundo que corta el ciclo del tabaquismo, ya que desde el pasado sábado todo nacido después del 1 de enero de 2007 tiene vetado fumar o comprar cigarrillos o similares. Sin excepciones, sin plazos y sin vuelta atrás, el archipiélago ha firmado la primera sentencia de extinción legal contra una adicción global.
Ratificada por el presidente, Mohamed Muizzu, como parte de la Segunda Enmienda a la Ley de Control del Tabaco, esta norma culmina más de una década de políticas públicas orientadas a reducir el consumo. Según el Global State of Tobacco Harm Reduction, la prevalencia en adultos ha caído del 37% en 2000 al 28,8% en la actualidad, con descensos especialmente acusados entre las mujeres (del 9% al 1%). La nueva legislación pretende acelerar ese declive hasta borrar por completo el vicio de la sociedad maldiva.
El cambio es radical. El Ministerio de Salud ha ordenado controles de edad obligatorios en los puntos de venta y mantiene la prohibición total del vapeo, los cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado y cualquier forma de publicidad o patrocinio. Además, el Gobierno impone un tributo del 200% sobre los productos importados y financia terapias de reemplazo con nicotina, dispensadas únicamente bajo prescripción médica. Con esta estrategia, la república insular da cuerpo al concepto de «tobacco endgame», el punto final del producto como fenómeno social y sanitario.
En 2022 el Gobierno de Malasia presentó una ley con una cláusula idéntica a la maldiva, que prohibía la venta de tabaco y vapeo a quienes nacieran después de 2007. Un año después, esa cláusula desapareció del texto final, tras la presión directa de la industria del vapeo y de entidades vinculadas al sector tabacalero. En Nueva Zelanda, una legislación similar fue derogada en 2024, apenas meses después de su aprobación.
Maldivas ha roto esa dinámica. Su economía, menos dependiente del tabaco, y su estructura institucional compacta han permitido blindar la norma frente al lobby internacional. El presidente Muizzu ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el Premio especial de reconocimiento del Día Mundial Sin Tabaco por su liderazgo en la defensa de la salud pública.
La OMS considera la prohibición maldiva un modelo del artículo 3 de la Convención Marco para el Control del Tabaco, que urge a los Estados a proteger a las generaciones futuras de los daños del mismo.
El reto ahora es consolidar el cumplimiento. La nación registra cada año más de 200 muertes atribuibles al tabaquismo, una cifra desproporcionada para una población de medio millón de habitantes. Los epidemiólogos proyectan que la nueva política reducirá las tasas de enfermedades respiratorias crónicas, cáncer y patologías cardiovasculares en menos de una década.
El Ministerio de Salud sostiene que el verdadero cambio será cultural. Ya no se trata de ayudar a los adultos a dejarlo, sino de evitar que los jóvenes empiecen. Las campañas escolares, las intervenciones comunitarias y la educación sanitaria colocan el tabaco en la misma categoría que el amianto: un tóxico del pasado.
A diferencia de otros países, Maldivas no ha compensado su política con grietas regulatorias. Todo producto con nicotina destinada al consumo recreativo está vetado.
En los círculos de salud global, la «estrategia Maldivas» se estudia ya como modelo replicable. Su mérito radica en haber pasado de la retórica al acto: de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a una legislación efectiva que puede vaciar de sentido la existencia de la industria tabacalera en una generación. Es para muchos, además, una demostración política de fuerza en tiempos de fragilidad institucional global.