Asturias

Mata a sus hijas de 7 y 9 años con una barra metálica y se suicida

Momento en el que los servicios médicos trasladan los cadáveres de las niñas para realizarles la autopsia
Momento en el que los servicios médicos trasladan los cadáveres de las niñas para realizarles la autopsialarazon

Un vecino de 55 años de San Juan de la Arena, identificado como José Ignacio Bilbao Aizpurúa –y conocido como Iñaki «el vasco»–, acabó ayer presuntamente con la vida de sus dos hijas de siete y nueve años.

Un vecino de 55 años de San Juan de la Arena, identificado como José Ignacio Bilbao Aizpurúa –y conocido como Iñaki «el vasco»–, acabó ayer presuntamente con la vida de sus dos hijas de siete y nueve años. Tras los execrables hechos fue al viaducto de La Concha Artedo desde dónde se suicidó lanzándose al vacío, según la información facilitada por la Comisaría de Gijón, en Asturias.

A las 18:00 horas la Guardia Civil recibió el aviso de un ciudadano alertando de la presencia de un vehículo situado sobre el citado viaducto con los cuatro intermitentes puestos. Los agentes que hasta allí se personaron vieron el coche vacío y localizaron el cuerpo sin vida de José Ignacio Bilbao Aizpurúa. Éste se había lanzado al vacío desde 90 metros de altura aproximadamente.

Régimen de visitas

Al instante se pasó el aviso al Samur y a la Policía Judicial que se personaron hasta el lugar, mientras los agentes hacían las pesquisas correspondientes para identificar al sujeto.

Sobre las 20:00 horas, nada más conocer que el padre tenía el régimen de visitas y que se los tenía que entregar este mismo jueves a su madre, la Guardia Civil –que según otras fuentes fue alertada por la familia ya que a esta hora aún no sabían nada de las pequeñas– fue al domicilio del progenitor, en la urbanización El Carrizal, donde localizaron los cuerpos sin vida de las pequeñas: Sara de siete años, y Amets de nueve.

Allí encontraron también una barra ensangrentada con la que el progenitor supuestamente acabó con la vida de sus propias hijas, así como restos de sangre en el felpudo de la entrada.

José Ignacio Bilbao Aizpurúa, natural de Bilbao, «no tenía ninguna denuncia por violencia de género ni ninguna orden de alejamiento», relataron a LA RAZÓN fuentes de la Guardia Civil.

Tan sólo consta que en febrero del año 2013, el Juzgado de Primera Instancia de Pravia resolvió a favor de la madre de las niñas una demanda que esta interpuso contra el presunto asesino por guarda, custodia y pensión de alimentos. «Que estimando parcialmente la solicitud de medidas paterno-filiales contenida en la demanda objeto del presente procedimiento, acuerdo las medidas expuestas en la precedente fundamentación de esta resolución», falló el magistrado. Según la propia resolución, firmada en Pravia el 23 de enero de 2013, «encontrándose el demandado en paradero desconocido».

En la actualidad, y según los primeros datos recabados, la mujer es vecina de Soto del Barco. Por su parte, el presunto autor de los asesinatos acababa de mudarse hacía tan sólo tres meses de Cudilleros a San Juan de la Arena, una localidad costera de unos 1.500 habitantes aproximadamente que forma parte del municipio de Soto del Barco. Allí, José Ignacio Bilbao tenía la costumbre de ir a tomar café todas las mañanas a la Cervecería El Parque, tal y como relataron a este periódico los dueños del establecimiento.

Los cuerpos de las dos niñas fueron trasladadas hasta el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde se les iba a practicar la autopsia.

El traslado, informa Efe, tuvo lugar poco antes de las 23:00 horas; es decir, unas tres horas después de que los agentes de la Guardia Civil entrasen en el domicilio paterno y encontrasen allí los cadáveres de las dos pequeñas. Las niñas vivían habitualmente con su madre, que se había separado recientemente de su marido, y estudiaban en el colegio Gloria Rodríguez de Soto del Barco, localidad que dista escasos kilómetros del domicilio paterno.

Con la muerte de estas dos pequeñas ya son seis las víctimas menores de 18 años que han fallecido este año por violencia de genero, según los datos de Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas. Las anteriores víctimas fueron una menor de nueve años, una de tan sólo 19 meses y otra víctima de nueve años. En el caso del menor de 19 meses, el padre le degolló y clavó un puñal a su otro hijo de cinco años.

En 2013, seis menores fallecieron a manos de su padre, según los datos del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales. El pasado año –que es cuando empezaron las estadísticas oficiales de menores víctimas mortales por violencia de género– tan sólo una madre había denunciado al que después sería el verdugo de los hijos por violencia de género (otra puso la denuncia, pero desgraciadamente decidió retirarla) y contaba con medidas de protección en vigor.