Fin del Mundo

«Me arrepiento de haber anunciado el fin del mundo»

Patrick Geryl viajó por todo el mundo anunciando el Apocalipsis. «Diecisiete años después, me avergüenzo»

«Me arrepiento de haber anunciado el fin del mundo»
«Me arrepiento de haber anunciado el fin del mundo»larazon

En 2006, las ideas de un astrónomo aficionado comenzaron a correr como la pólvora allende su país de origen, Bélgica. Patrick Geryl afirmaba que tenía datos científicos que apoyaban su teoría de que un cataclismo destruiría la Tierra el 21 de diciembre de 2012. Manejaba datos sobre el estado del sol, sus llamaradas, los cambios que sufría y afirmaba que, a medida que se aproximaba la fecha, la potencia de las tormentas solares aumentaba.

Geryl visitó España hace unos años. Sergio Ramírez, un survivalista catalán, fue a escucharle. Sus predicciones sobre la llegada de olas gigantes, del gran tsunami y de las repercusiones de las tormentas solares que se iban a incrementar a partir de esa fecha no le convencieron. Pero, «sé que algunos del grupo Supervivencia 2012 (una asociación que reunió a unas 200 personas y que querían construir un refugio para sobrevivir al fin del mundo) optaron por seguirle y se fueron con el a Suráfrica donde iban a construir unos búnkers», afirma. En la página oficial de Geryl, explica por encima como es el «Survival Place» donde Geryl y sus seguidores querían construir la «Nueva Civilización». Una idea que, como confirma el pseudocientífico a LA RAZÓN, ha desechado. «Nadie me creía y terminé por no creerlo yo. He ido comprobando que la actividad del sol hoy es nula y, por eso, ahora me siento avergonzado por anunciar que el mundo se acabaría el pasado viernes. Hoy no va a pasar nada y reconozco que me he equivocado». Además de África, otro de los lugares que había seleccionado Geryl era España. Aquí quería montar otro grupo, preparado para el Apocalipsis, pero no consiguió el apoyo necesario: «Nadie se interesó por mi plan», sostiene. Escoger el 21 de diciembre de este año como la fecha de destrucción de nuestro mundo no es baladí. Él también creía que coincidía con las profecías mayas, aunque ahora se retracte: «Es posible que esta civilización se confundiera en sus previsiones, ya que, como han explicado un par de investigadores alemanes, todavía quedan 104 años para que llegue el fin del mundo», explica Geryl.

Ahora, esta figura mediática, de 57 años, apenas sale de casa. Está enfermo. Sufre diabetes desde hace dos años y no puede alejarse de su insulina. «No podría prepararme como un survivalista, por eso me alegra saber que no termina el mundo y que aún me quedan unos meses más de vida». No era así hace menos de dos años cuando se recorría numerosos países de los cinco continentes para explicar sus teorías que, como le rebatían muchos científicos, nunca era capaz de probar. Él, sin embargo, insiste en que mucha gente le apoyaba y seguía sus teorías: «Numerosos ciudadanos me seguían, pensaban igual que yo, pero no fuimos capaces de ponernos manos a la obra y determinar una acción concreta», insiste.

Sus palabras desprenden el hastío característico de las personas que pelean por unas ideas y al darse cuenta de su fracaso, reniegan. Geryl llegó a copar numerosas páginas de la prensa internacional, no le tomaban en serio aunque consiguió un amplio número de seguidores que al final le dejaron en la estacada.

«¿Qué cree que debería hacer la gente el viernes 21?», le preguntamos días antes de llegara la fecha. «Cosas normales y que no se preocupen. Yo lo he hecho durante 17 años y no me ha servido de nada, sólo he arruinado mi vida».