Ecologismo
Ecochiringuitos
Placas fotovoltaicas, refrescos a cambio de colillas, vasos biodegradables, cocinas solares y compensar el 100% de las emisiones son algunas de las características por las que seis establecimientos han sido premiados por el Ministerio de Agricultura. El objetivo: demostrar que es posible dar seguridad jurídica a los hoteleros salvaguardando la protección del litoral y zanjar así una polémica que desde 2009 ha enfrentado al PP y al PSOE.
Ttres cañas, una de bravas y una paella para dos. Ésta podría ser la conversación en cualquier chiringuito de playa si no fuera porque en El XirinGo! Del Prat el vaso en el que le servirán la cerveza bien fría será biodegradable, la paella se hará en una cocina solar y porque Óscar Rando, el dueño, le sugerirá entre pedido y pedido de la posibilidad de hacer diferentes visitas a los espacios naturales del Delta de Llobregat y de lo importante que es preservar el entorno.
Demostrar que es posible dar seguridad jurídica a los propietarios e inversores de la costa salvaguardando la protección del litoral fue uno de los objetivos que se marcó el Ministerio de Agricultura nada más llegar. Y como avanzó en su día a este semanario el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, antes de modificar la Ley de Costas, los chiringuitos iban a seguir, zanjando así una polémica que durante demasiado tiempo, desde 2009, había estado revolviendo a hoteleros, «chancleteros» y políticos.
Con ese objetivo y recordando aquella famosa frase con la que Mariano Rajoy defendía estos establecimientos con aquello de que «forman parte de nuestro ser», esta semana se han dado los Premios Chiringuitos Responsables, una iniciativa del citado Ministerio convocada a través de la Fundación Biodiversidad con el fin de implicar a los hosteleros en la conservación de la costa. Seis son los galardonados, entre ellos El XirinGo! Del Prat, que ha recibido el primer premio dotado con 6.000 euros. En este chiringuito, que depende de la Asociación Gats, dedicada a la lucha contra la exclusión social, se mima cada detalle.
Cuentan con iluminación LED, así como con «dos placas fotovoltaicas que cubren el 14 por ciento de las necesidades energéticas del establecimiento», explica Óscar Rando. Y el objetivo para 2013 es incrementar este porcentaje con la instalación de un miniaerogenerador. «Todavía no sabemos cuántos kWh ahorraremos con él, aunque en esta playa hay bastante viento por lo que estamos animados con esta iniciativa. Pero lo primero es evaluar las posibles consecuencias para las aves», afirma.
En cualquier caso, ni una tecnología ni otra pueden verse hoy sobre el chiringuito, ya que, como explica Rando, hubo un año que les robaron las placas, de ahí que sólo estén, además de cuando está abierto el chiringuito, cuando tenemos seguridad por la noche. Y es que hasta Semana Santa, el sitio no sólo cierra, sino que intenta no dejar huella. De ahí que su consumo, aunque elevado por el uso 24 horas de congeladores, frigoríficos..., sea menor que en otros: «Unos 7.600 kWh y unos 100 m3 de agua y unos 70 kg de butano», precisa.
En lo que se refiere a la gastronomía, en El XirinGo! Del Prat se abastecen de proveedores locales, algo clave, ya que muchos de los alimentos que consumimos recorren 5.000 kilómetros hasta llegar a nuestro plato. Además, si no le importa esperar le harán la paella, la sopa o el estofado en la pequeña cocina solar que tienen. Cuentan, a su vez, con hornos, cocina, planchas y cafeteras de segunda mando y el mobiliario del establecimiento es de madera certificada. Aunque, como explica Rando, «mucha de ella es recuperada, la que no, intentamos que cuente con el certificado FSC».
Además, compensan sus emisiones y las que no son tan suyas. «Generamos unos 4.800 kg de CO2 por consumos eléctricos, otros 200 kg por gas y unos 1.000 kg por consumo de gas oil en el que incluimos nuestros consumos y los de los proveedores, así como el CO2 que genera el autobús que une la playa con nuestra población para hacer 5.000 km con el fin de intentar compensar las emisiones de los clientes, calculamos la huella de nuestros consumos de papel, datáfono, WC, carteles, vajilla... En total, unos 6.500 kilos de CO2 que compensamos al 100 por cien a través de la plantación de árboles y arbustos, la utilización de mobiliario de madera. El año pasado plantamos 300 árboles y arbustos y otros 1.250 más en colaboración con otras entidades, calculando un potencial de almacenamiento de 90.000 kg de CO2».
Quizá una de las campañas más sencillas y prácticas que hacen es el intercambio de refrescos por vasos llenos de colillas de tabaco con el fin de mantener la playa y el privilegiado entorno en el que se sitúan limpios. «Además de dar en ocasiones cono-ceniceros que nos han facilitado desde las administraciones, damos cervezas o zumos a cambio de un vaso de colillas recogidas de la arena con la ayuda de empresas como la cervecera Moritz o Hero», precisa.
Compost
Pero Rando no quiere parar aquí: «Nos gustaría empezar a tratar nuestros residuos a través de la agricultura regenerativa. Nuestra vajilla tarda unos 90 días en descomponerse. Es 100 por cien compostable y junto con el resto de nuestra basura orgánica queremos iniciar un proceso de descomposición que generaría lombrices y humus. Con las lombrices podrías alimentar gallinas pota blava y con el humus hacer que crezcan sanas las alcachofas».
El segundo premio ha recaído en La Glea (Alicante), un establecimiento de 20 m2 que cuenta con doce empleados en temporada alta cubriendo todos los turnos. Su dueño, Thomas Wolfang, tiene otros diez más y en todos ellos ha logrado de media «un 6,34 por ciento en ahorro energético, un 4,01 por ciento de ahorro hídrico y hemos evitado la emisión de 836 kg de CO2», afirma el empresario.
En La Glea, en concreto, «tuvimos en 2011 un consumo de 2.359,12 kW, un 7,45 por ciento menos respecto a 2010. Y nuestro objetivo para este año es acabarlo con un consumo energético un ocho por ciento menor. Para ello, hemos hecho una fuerte inversión en maquinaria nueva que permitirá un ahorro energético importante por la tecnología que incorpora», explica el dueño de este establecimiento que cuenta con las normas ISO 9001 y 14001.
En cuanto al ahorro hídrico, «hemos reducido el consumo en un 3,75 por ciento. Donde más consumo de agua se produce es en las instalaciones sanitarias, por eso hemos puesto grifos de pulsador y hemos reducido el volumen de las cisternas para que salga la cantidad justa con cada pulsación», añade Wolfgang.
El tercer galardón ha recaído en Olibaba, un chiringuito de Oliva (Valencia), que destaca por haber protegido la duna con un sistema de puntales de madera y cuerda natural, obsequiar a cada cliente con ceniceros de playa que se cierran herméticamente, utilizar materiales sostenibles, como madera, lona, sisal, hojas de palmera, y que los uniformes del personal sea de algodón orgánico, por ejemplo.
En la categoría «Ideas», el primer galardón ha recaído en Nahubeach, un chiringuito temporal ubicado en Cádiz que cuenta con la ISO 14001. Las medidas propuestas para 2013, como instalar un miniaerogenerador o tener una máquina de reciclaje de latas de aluminio, le han hecho merecedor de este reconocimiento. Así, su dueño, Raúl Arsenio Cueto, quiere reducir los 1.300 kWh de electricidad que consume este chiringuito de 150 metros cuadrados.
Respecto a la máquina de reciclaje de latas, lo curioso es que aquí no venden latas de aluminio, sino de vidrio. «Pero en las playas de Cádiz es muy común que exista un continuo servicio de venta de latas de refresco para los bañistas, que luego al marcharse de la playa, a veces olvidan en la arena. La idea es ofrecer la posibilidad de almacenarlas para evitar que se queden abandonadas. Como puedes imaginar a lo largo de un domingo de agosto pueden consumirse muchísimas latas y por desgracia aunque la playa esté llena de contenedores para todo tipo de residuos, a veces se dejan olvidadas. Estas latas ocupan un volumen de espacio considerable cuando se acumulan en los contenedores amarillos (que se vacían por el servicio de playas una vez al día). El problema de esto es que a veces el contenedor está lleno, de modo que se depositan los envases o aluminios a cualquier otro contenedor o incluso, al estar tan lleno, los residuos podrían desparramarse por la arena. Este problema podrá evitarse también con nuestro futuro contenedor compactador de latas», precisa Lourdes Botello Santos, responsable de Calidad y Medio Ambiente del Nahubeach.
Quizá una de las iniciativas que más destaca es la de incentivar el uso de transportes no contaminantes, en este caso el préstamo de bicicletas y aparcamientos de bicis de un chiringuito a otro de los locales del mismo empresario. «Tendremos dos aparcamientos, para las bicicletas, uno en el chiringuito NahuBeach que está a las afueras de Cádiz y otro en un restaurante, Arsenio Manila, que también pertenece a la empresa y que se encuentra en el Paseo Marítimo a un kilómetro del chiringuito. Así el cliente se dará un paseo agradable, no moverá el coche en esta época tan incómoda para aparcar y contribuiremos a mantener un espacio más limpio promoviendo el empleo de este transporte. En un principio comenzaremos con seis bicicletas en cada aparcamiento e iremos poniendo más según la respuesta de la clientela y la necesidad», precisa Botello.
Los otros dos galardonados han sido El Rosa Campello y Calisto. El primero, ubicado en El Campello (Alicante), va a instalar un miniaerogenerador y una placa solar, «con los que pretendemos ahorrar un 30 por ciento del consumo energético mensual. Además, vamos a realizar un 20 por ciento de descuento en la copa a aquellos clientes que reutilicen el vaso», explica el empresario Alejandro Linde. El segundo, en San Pedro del Pinatar (Murcia), va a hacer una campaña de concienciación de la Posidonia oceánica y va a instaurar una gimkana de recogida de residuos en las inmediaciones del local y en las dunas.
En definitiva, una muestra de que se si se quiere se pueden hacer las cosas bien. Con el fin de fomentar estas prácticas, «convocaremos cada año estos premios. Necesitamos de la colaboración de todos para proteger el litoral. 526 establecimientos ya se han adherido al decálogo de buenas prácticas. Los hoy premiados son un referente que seguro que animarán a otros chiringuitos ha hacer lo mismo», concluyó Federico Ramos de Armas, secretario de Estado de Medio Ambiente.
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