Madrid

¿El Mar Rojo se abrió por culpa de varios tsunamis?

Las simulaciones numéricas de dinámica de fluidos demuestran que los tsunamis con origen en la isla de Thera no proyectaron fuera del Egeo suficiente energía como para explicar las marcas de Sicilia e Israel
Las simulaciones numéricas de dinámica de fluidos demuestran que los tsunamis con origen en la isla de Thera no proyectaron fuera del Egeo suficiente energía como para explicar las marcas de Sicilia e Israellarazon

¿Qué hay detrás del ‘milagro’ de la separación de las aguas? ¿Cuál fue la ruta del éxodo? Estas son algunas de las cuestiones que se abordan en los recientes trabajos realizados por dos investigadores de la Universidad de Sevilla. Según los científicos, las catástrofes naturales asociadas a la explosión de Santorini, incluida la secuencia de tsunamis que se desencadenó, pudieron tal vez haber inspirado el relato bíblico del éxodo, pero no se ajustan a una interpretación literal o maximalista del mismo.

La erupción minoica de Santorini –datada entre el 1639 y el 1616 a. C.– es una de las mayores erupciones ocurridas en la Tierra en los últimos 10.000 años. La entrada en el mar de la lava y el posterior colapso de la caldera generaron grandes tsunamis que cruzaron el Mar Egeo con olas de entre 7 y 15 metros de altura, dejando unos depósitos sedimentarios característicos en muchos lugares de sus costas. Pero en lugares tan alejados como Sicilia y las costas de Israel también se han encontrado marcas similares datadas aproximadamente en la misma fecha.

Las simulaciones numéricas de dinámica de fluidos realizadas por Periáñez y Abril demuestran que los tsunamis con origen en la isla de Thera no proyectaron fuera del Egeo suficiente energía como para explicar las marcas de Sicilia e Israel.

“Hay que encuadrar el episodio del Santorini dentro de una secuencia de intensa liberación de tensión tectónica en el Mediterráneo oriental”, afirman los expertos.

Así, estos autores demuestran que el deslizamiento del lecho marino en el Golfo de Sirte (en Libia), desplazando los más de 11 km3 de sedimentos que originaron la megaturbidita de 10-20 metros de espesor que se extiende por la llanura abisal del Mar Jónico, y que ha sido datada en la misma fecha de la explosión de Santorini, pudo generar un tsunami lo bastante potente como para afectar a las costas de Sicilia, explicando así los depósitos de tsunami hallados en sus costas.

De manera similar, los depósitos de las costas de Israel podrían ser el resultado de un tsunami generado por un deslizamiento submarino en el este del Delta del Nilo, como muestran los cálculos de Abril y Periáñez. ¿Se habría identificado así al tsunami del mito del éxodo?

El camino del éxodo y la laguna de Shi-Hor

En el relato del éxodo se indican los lugares de paso que siguieron en su ruta los israelitas guiados por Moisés. El episodio de la separación de las aguas debió ocurrir en las inmediaciones de Migdol, identificado hoy por los estudios arqueológicos con una fortaleza militar en la Vía de Horus, a orillas de la laguna de Shi-Hor, que se abría al Mediterráneo, al noroeste del Sinaí, y que sería el ‘Mar de los Juncos’.

La referencia al Mar Rojo parece haber sido un persistente error de traducción. En sus simulaciones numéricas, los investigadores de la E.T.S. de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla han recreado la antigua línea de costa en el área de Migdol.

La concurrencia de todos los elementos anteriores no es suficiente para dar por sentado que un tsunami es la explicación científica del milagro de la separación de las aguas. Una primera limitación es la cronología, pues hay elementos que no concuerdan con el evento de Santorini. Algunos autores creen que el mito del éxodo mezcla dos episodios ocurridos en fechas distintas.

Por otra parte, los estudios geológicos en el abanico del Delta del Nilo han identificado varios eventos de deslizamientos submarinos, pero de una cronología muy anterior, por lo que la ubicación del foco del tsunami y la magnitud del deslizamiento no pueden ser arbitrarios. Abril y Periáñez han estudiado un conjunto de 17 focos potenciales, que incluyen terremotos originados por fallas tectónicas, usando el criterio de causar el mayor impacto posible. Pero la oceanografía física del Delta es tozuda, y tiende a irradiar la energía del tsunami mar adentro, produciendo impactos limitados en las antiguas costas de Shi-Hor.

“Los tiempos de avance y retroceso de las aguas, y la altura de las olas, de poco más de un metro, no se acomodan bien al relato bíblico, y nada tienen que ver con las imágenes de la película”, afirma el profesor Abril.

Los tsunamis por deslizamientos submarinos se caracterizan por una gran depresión en la superficie del mar a lo largo de la línea de ruptura, al tiempo que una cresta de ola crece en el frente de avance de los sedimentos. Para observadores privilegiados, como los marinos de las rutas de cabotaje al norte del Sinaí, el fenómeno se habría visto como ‘una separación de las aguas’, y esa zona, como las propias costas de Israel, habrían sufrido fuertes impactos del tsunami.

Como concluyen los autores, las catástrofes naturales asociadas a la explosión de Santorini, incluida la secuencia de tsunamis que se desencadenó, pudieron tal vez haber inspirado el relato bíblico del Éxodo, pero no se ajustan a una interpretación literal o maximalista del mismo.