México

El polémico oleoducto gigante de Obama

Algunas de las tuberías que se utilizarán en el oleoducto, almacenadas en una finca de Dakota del Norte a la espera de ser utilizadas
Algunas de las tuberías que se utilizarán en el oleoducto, almacenadas en una finca de Dakota del Norte a la espera de ser utilizadaslarazon

El presidente de EE.UU., Barack Obama, espera el consejo del secretario de Estado, John Kerry, para decidir si autoriza la construcción del oleoducto Keystone XL, que recorrería el país desde Canadá al Golfo de México, un proyecto muy controvertido por su potencial impacto ecológico.

"El proceso ahora es el siguiente: la agencias comentan el informe del Departamento de Estado, el público puede hacer sus comentarios, y Kerry me da su recomendación", explicó Obama en una entrevista en el canal conservador FOX y conducida por Bill O'Reilly, uno de los periodistas más combativos con su gestión.

Estas declaraciones de Obama, las primeras sobre el oleoducto desde que el Departamento de Estado publicó su informe, se conocieron la noche del lunes, cuando FOX difundió la segunda parte de la entrevista emitida el domingo antes del Super Bowl.

La Casa Blanca aclaró la semana pasada en un comunicado que no tomará una decisión hasta revisar "cuidadosamente"el informe del Departamento de Estado, publicado el jueves 31 de enero, un estudio que considera "improbable"que el proyecto tenga un impacto climático grave, a pesar de ser muy criticado por los ecologistas.

La Administración Obama no tiene por tanto una fecha prevista para tomar la decisión sobre el polémico oleoducto y sólo ha concretado que la revisión del estudio medioambiental se llevará a cabo durante "las próximas semanas".

No obstante, la publicación del informe aumenta la presión sobre el Gobierno de Obama, que desde hace años recibe peticiones constantes del Ejecutivo canadiense para que apruebe la construcción del oleoducto -la empresa encargada de construirlo sería la canadiense TransCanada-, en favor de la industria petrolera, unas reclamaciones que comparten ciertos sectores empresariales del país y los legisladores republicanos.

Sin embargo, hay fuertes denuncias por parte de ecologistas y asociaciones civiles que se oponen al proyecto al considerar que tendría un impacto medioambiental negativo.

El Departamento de Estado no emitió en su informe del pasado jueves recomendaciones explícitas sobre si conceder o no el permiso a TransCanada, una decisión que corresponde a Obama y que probablemente tardará meses en llegar.

La publicación del informe abre un periodo de noventa días en el que ocho agencias federales lo estudiarán y harán sus comentarios.

A continuación, Kerry emitirá su recomendación sobre si construir el oleoducto es algo de "interés nacional", para que Obama la tenga en cuenta en su dictamen final.

"Sigue siendo improbable que la aprobación o denegación de cualquier proyecto único de transporte de crudo impacte significativamente la tasa de extracción de las arenas bituminosas, o la demanda continuada de petróleo pesado en las refinerías de Estados Unidos", señaló el Departamento de Estado en su estudio sobre el impacto ambiental del proyecto.

En el documento, se argumenta que la extracción de esas arenas, de las que se alimentaría el oleoducto que recorrería el país desde Canadá al Golfo de México, continuará probablemente al mismo ritmo tanto si se construye el proyecto como si no, y a no ser que suban los costes de transporte, el petróleo se podrá llevar de igual modo por ferrocarril si no se construye la tubería.

El estudio admite que la extracción de arenas bituminosas genera "más emisiones de carbono"que otras fuentes de petróleo, y pronostica que la construcción de Keystone XL "contribuiría a la acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero", pero no más que otros proyectos contaminantes "de la misma magnitud".

Los detractores de Keystone XL denuncian los daños ambientales que el proyecto ocasionaría en la zona, tanto por la contaminación de las arenas bituminosas como por la desestabilización de los ecosistemas costeros.

Tras publicarse el informe, varios legisladores republicanos instaron a Obama a aprobar cuanto antes el proyecto, con el argumento de que generaría decenas de miles de empleos en el país.