Maltrato animal

En el Mundial de fútbol sólo pierden los perros

El Kremlin llevó a cabo una purga para acabar con dos millones de canes callejeros de cara a la gran cita futbolística.

En Rusia, las grandes camadas de perros y el alto índice de abandono suponen una crisis de sobrepoblación cada cierto tiempo
En Rusia, las grandes camadas de perros y el alto índice de abandono suponen una crisis de sobrepoblación cada cierto tiempolarazon

El Kremlin llevó a cabo una purga para acabar con dos millones de canes callejeros de cara a la gran cita futbolística.

VÍCTOR GIL - os mayores perdedores de este Mundial de Fútbol han sido los perros. A comienzos de año, el Gobierno ruso anunció un «plan de reubicación» para los animales vagabundos del país. Lo que parecía un proceso acorde con los derechos de los animales acabó convirtiéndose en una auténtica matanza. En enero, se contabilizaron en Rusia más de dos millones de perros callejeros según Vitali Mutkó, ministro de Deporte y Turismo.

No es la primera vez que el régimen de Vladímir Putin opta por esta solución. Ya en la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, se había optado por matar al perro para acabar con las pulgas. Seis meses han pasado desde que comenzara el supuesto «plan de reubicación», y todavía no hay nuevos datos sobre la población de perros callejeros, sólo algunas impresiones de ciudadanos y de perreras que aseguran haber presenciado sacrificios con armas de fuego y cómo los perros han desaparecido poco a poco de los núcleos urbanos. Y así, diversas asociaciones animalistas han llevado esta denuncia hasta la opinión pública global.

Rusia es uno de los países con más población de perros vagabundos. En buena parte de las grandes ciudades pueden verse decenas de canes rebuscando comida en la basura. Estas escenas no son fruto de la casualidad. Este país tiene una larga experiencia en animales domésticos, ligada en gran parte a su tradición agrícola. Esta es una de las razones por las que la castración canina tiene mala fama en Rusia. No obstante, «tiene múltiples beneficios, previene muchas enfermedades y es una forma de luchar contra la cría descontrolada e ilegal. Ya no es sólo un problema de comercio ilegal, si no de sobrepoblación y en consecuencia; abandono», comenta a LA RAZÓN Francisco Pérez, de la asociación «LifeForPitbulls». Pero en Rusia esta información parece no ser válida. Camadas enteras de perros, sumadas al alto abandono, suponen una crisis de sobrepoblación cada cierto tiempo.

Para evitar situaciones de este tipo y que la castración tenga mayor aceptación se creó el «Día Mundial de la Esterilización» –en inglés «World Spay Day»–, con el objetivo de concienciar a la población de que la mitad de las camadas engendradas por perros y gatos en países del primer mundo son accidentales.

En España, observamos la polémica desde la lejanía, cuando en realidad tenemos todos los ingredientes para padecer el mismo problema. Los españoles somos los ciudadanos de la Unión Europea que más abandonan a sus mascotas. Mantenemos una media anual de 140.000 animales abandonados o perdidos, según cifras de la Fundación Affinity. Nuestras ciudades se libran de estos problemas gracias al gran trabajo del tejido asociativo español, que ubica en cada punto del país algún albergue o refugio para animales.

El mejor ejemplo de buena práctica en esta materia es Holanda. El Gobierno holandés ejecutó el «Plan CNVR», cuyas siglas traducidas al castellano son Recoger, Castrar, Vacunar y Regresar. Según la Fundación «Stray Animal Platform», este método de gestión poblacional es generalmente aceptado como la solución más efectiva para la sobrepoblación de animales callejeros. Gracias a él, tanto perros callejeros como domésticos son recogidos, esterilizados, vacunados, identificados y regresados al mismo lugar donde fueron encontrados. Este plan, sumado a otras medidas como la subida de los impuestos a la venta de perros de raza o la creación del cuerpo policial «Animal Cops», han hecho de Holanda el país europeo con menor población de animales callejeros y ha provocado que los perros gocen de múltiples ventajas de las que antes no disponían.