Medio Ambiente

Júcar, la cuenca con más plaguicidas prohibidos

Ecologistas en Acción denuncia el uso de sustancias químicas prohibidas, después de analizar las muestras tomadas en diez cuencas hidrográficas.

En el Júcar se ha detectado una elevada presencia de disruptores endocrinos y de sustancias prohibidas
En el Júcar se ha detectado una elevada presencia de disruptores endocrinos y de sustancias prohibidaslarazon

“En el 43% de los ríos europeos se supera el límite de plaguicidas”, explica Dolores Romano, responsable de sustancias químicas en Ecologistas en Acción y una de las autoras de “Ríos Hormonados”, presentado esta mañana. España -por extensión, no por metro cuadrado-, es el país que más plaguicidas utiliza. Pero una cosa son los permitidos y otra bien distinta los prohibidos desde hace décadas. El informe ha analizado los datos facilitados por diez confederaciones hidrográficas, con ausencias tan notorias dada su superficie agrícola como el Guadalquivir, las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, Tinto-Odiel-Piedras y Guadalete-Barbate. De las que sí facilitaron los datos, el Júcar, la cuenca más contaminada. Y no sólo en cantidad, sino por la presencia elevada de disruptores endocrinos y de sustancias prohibidas. En concreto, se detectaron 34 de los 57 plaguicidas analizados, 22 de ellos prohibidos y 21 posibles disruptores endocrinos. Aunque sustancias como el DDT se prohibieron décadas atrás, lo cierto es que se han detectado muy frecuentemente y algunas de las muestras tomadas en el Júcar presentaban unas concentraciones muy por encima del limite permitido. Le sigue la cuenca del Ebro, donde se detectaron 21 plaguicidas, 18 de los cuales están prohibidos. En tercer lugar, la Cuenca del País Vasco, y a continuación El Tajo, Miño-Sil, Duero, Segura, Guadiana, Galicia Costa y Cantábrico.

"El plaguidica más frecuente, que se ha detectado en ocho de las diez cuencas es el clorpirifos, un insecticida neurotóxico, que se ha dejado de usar en varios países europeos por su elevada toxicidad”, explica Romano. "También se han detectado muchas sustancias prohibidas. Algunas de estas concentraciones se deben a su contaminación histórica, debido a tratarse de componentes resistentes. Por ejemplo, en la Cuenca del País Vasco tienen un problema de contaminación de lindano. Aunque se dejó de fabricar en España en el año 90, las empresas no hicieron una correcta gestión, de ahí que hoy siga habiendo lindano es estas aguas, así como en el río Sil". Pero la elevada presencia de algunas sustancias prohibidas en varias de las cuencas analizadas denota que “se están utilizando plaguicidas prohibidos que debería investigar el Seprona, como el diazinón, un insecticida prohibido”. De hecho, "el 70 por ciento de las sustancias detectadas están prohibidas", añade.

También resulta curioso, destaca Romero, que “la presencia de glifosato -de uso legal- sólo se haya analizado en cinco de las cuencas pese a ser el más utilizado”.

Con el fin de que se pueda revertir la mala calidad del agua de las cuencas, Ecologistas en Acción pide que España prohíba el uso de disruptores endocrinos por su alta toxicidad para los ecosistemas y el ser humano y que se reduzca a la mitad el uso de plaguicidas en nuestro país al igual que han hecho Francia y Dinamarca. Además, es necesario que todas las cuencas tengan obligación de analizar el mismo tipo de sustancias, incluido el glifosato. De este modo, al unificar criterios, se podrá realizar un análisis más exhaustivo del estado de las aguas.

“El informe se lo vamos a presentar al Ministerio de Agricultura y a las cuencas hidrográficas para intentar que sirva para mejorar la situación actual”, concluye Romano.