Agencia Espacial Europea

La incomparable belleza de una aurora boreal

Las auroras boreales se producen cuando las partículas del viento solar, con carga eléctrica, son canalizadas por las líneas del campo magnético terrestre hasta chocar con los átomos de las capas más altas de nuestra atmósfera. Cuando impactan con átomos de oxígeno se produce un resplandor verde que, aquellos que lo ven, jamás pueden olvidar.

Una aurora boreal sobre Noruega
Una aurora boreal sobre Noruegalarazon

Hace siglos que se conoce la relación entre las auroras y la actividad solar, pero los satélites han permitido a los científicos empezar a descifrar los mecanismos físicos que las provocan.

El cuarteto de satélites Clúster de la ESA vuela en formación en órbita a la Tierra, surcando su entorno magnético para estudiar la conexión entre el Sol y nuestro planeta.

En un nuevo estudio, Clúster ha analizado unos violentos fenómenos magnéticos conocidos como subtormentas, que provocan variaciones en la corriente de viento solar que colisiona con el escudo magnético de la Tierra - la magnetosfera, según informa la Agencia Espacial Europea en un comunicado.

Durante una subtormenta, la cola de la magnetosfera terrestre se comprime y emite potentes chorros de plasma de alta energía hacia el planeta, a una velocidad que puede alcanzar varios kilómetros por segundo. Este fenómeno ayuda a las partículas de plasma a infiltrarse en las capas superiores de la atmósfera, generando auroras.

Estas ráfagas de plasma, conocidas como BBFs (siglas en inglés de 'bursty bulk flows'), duran muy poco, de 10 a 20 minutos. El estudio realizado con Clúster descubrió que, a pesar de su brevedad, las BBFs transportan mucha más energía de la que se pensaba - casi un tercio del total que termina llegando a la Tierra durante una aurora.

Hasta ahora se pensaba que su contribución era algo marginal, apenas un 5%.

Los nuevos datos demuestran que se había subestimado la importancia de las BBFs, y nos podrían ayudar a comprender mejor los efectos de la meteorología espacial sobre nuestro planeta.

La misión Swarm de la ESA, que se lanzará en junio de este año, estudiará en detalle la complejidad del campo magnético de la Tierra y su relación con el Sol.