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México no puede respirar

Vista general de una parte de Ciudad de México donde se ve una capa de humo, en una imagen tomada este martes
Vista general de una parte de Ciudad de México donde se ve una capa de humo, en una imagen tomada este marteslarazon

Aunque no es la Ciudad de México de 1986, cuando se hallaron varios pájaros muertos con plomo en la sangre, la contaminación en la capital vuelve a disparar las alarmas ante la incapacidad de autoridades y ciudadanos de cambiar la cultura del transporte, principal causa de la polución, informa Efe.

Este martes se cumplen las primeras 24 horas de una primera fase de contingencia ambiental atmosférica por ozono, algo que no se veía desde septiembre de 2002.

En algunos puntos del Valle de México, donde se estima que viven más de 22 millones de personas, se registró una calidad del aire «extremadamente mala», según los informes oficiales.

Aunque los 203 puntos Imeca (Índice Metropolitano de la Calidad del Aíre) registrados están lejos de los 242 de hace 14 años, la recomendación a los ciudadanos fue «permanecer en interiores», especialmente «niños, adultos mayores y personas con problemas respiratorios».

En muchas escuelas se interrumpió la actividad al aire libre y en las calles se reactivó el programa «Hoy No Circula» para restringir el tráfico de vehículos.

Según Agustín Rodríguez, de la asociación Bicitecas (defensores de la bicicleta), el temporal invernal de los últimos días, que trajo aparejados fuertes vientos y la consecuente limpieza del ambiente, fue crucial para radiografiar la actual situación.

Cuando terminó el temporal, quedó en «evidencia la cantidad de plomo y partículas tóxicas que emitimos al ambiente cada día», pues «en cuestión de horas el parque automotriz saturó el ambiente», explicó a Efe.

Pese a que el 90 por ciento de la contaminación procede del transporte urbano, Rodríguez reconoce que gracias a los combustibles sin plomo «históricamente sí ha bajado la contaminación».

«El problema es la cantidad de coches, porque aunque sean tan eficientes, como son tantos» el problema sigue sin resolverse, argumentó.

El director interino de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani, recuerda que en el Valle de México «entre 2005 y 2013 se duplicó el número de vehículos transitando de 3,5 millones a 6,8» y solo en la capital «hay más de 4,6 millones de automóviles».

Para Greenpeace, el principal reto es «acabar con un sistema basado en el uso individual del automóvil», que justifica por el mal servicio de transporte publico.

Recalca que ese medio de locomoción es usado en un 60 % de los casos por mujeres cansadas de que «las hostiguen y acosen» en autobuses y microbuses llenos a rebosar, dijo a Efe.

Se da la paradoja de que la capital mexicana «está perdiendo gente que se está yendo a vivir al Estado de México», pero eso hace que «los traslados se incrementen».

Rodríguez, impulsor de la campaña «Hazla de tos (exige) por aire limpio», afirma que «al Gobierno le toca ofrecer mejor transporte público, distribuir combustibles limpios, promover el transporte no motorizado, mejorar las calles, generar más seguridad aplicando el reglamento».

En definitiva, «que sea una alternativa caminar y andar en bici, lo que implica un diseño urbano» determinado, enfatiza.

Alternativas lanzadas hasta ahora, como Ecobici, parecen insuficientes, pues este sistema de cicloestaciones y ciclovías en las zonas céntricas de la capital apenas ha cosechado 200.000 registros totales desde que comenzó en 2010.

Para mayor inri una medida judicial hizo que el año pasado se incorporarán de manera cotidiana 1,2 millones de vehículos al parque automotriz de la zona metropolitana de Valle de México.

La contaminación del aire, explica Rodríguez, causa un aumento de enfermedades respiratorias, ataques de asma, bajo peso al nacer, algunos tipos de cáncer y mortalidad infantil.

Las partículas contaminantes, las PM10 y PM2,5, «son menores a 2,5 micras» y «se alojan en el interior profundo de los pulmones porque son muy pequeñas, se mezclan y se forma el ozono, oxígeno de nitrógeno y luz solar», explica.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «cada año mueren 14.700 personas en todo el país por cuestiones asociadas a la contaminación del aire», denuncia.

Justo este martes la OMS indicó en un informe que la insalubridad del ambiente provoca anualmente 12,6 millones de muertes.

De ellas, 8,2 millones son por causas relacionadas con la contaminación del aire y 847.000 se producen en América.

La compañía de transporte de personas Uber aprovechó la alerta en Ciudad de México para promocionarse como alternativa con su servicio «pool» (compartir vehículo para viajar a un destino cercano).

A la desesperada, el Gobierno de Ciudad de México ofreció de forma gratuita durante 12 horas los sistemas de transporte público que controla.

Unos 4,2 millones de personas se movilizan a diario en metro, 750.000 en autobuses, 400.000 en Metrobús y otros 350.000 viajan en trolebús y tren ligero, unas cifras que abruman y con las que parece difícil cambiar la actual realidad, sobre todo sin un cambio global de mentalidad.

EFE