La Razón solidaria

Perros al servicio del medio ambiente

Detectan especies amenazadas y cebos envenenados, defienden a aves de posibles depredadores... Han demostrado que su eficacia es superior a la de los seres humanos.

Perros al servicio del medio ambiente
Perros al servicio del medio ambientelarazon

Detectan especies amenazadas y cebos envenenados, defienden a aves de posibles depredadores... Han demostrado que su eficacia es superior a la de los seres humanos.

Wanda, Celta, Aston y Etna son los nuevos aliados del medio ambiente. Cuando hablamos de los servicios que los perros prestan a nuestra sociedad siempre pensamos en sus funciones en el área de la seguridad, como hacen los perros policía, o en su labor terapéutica, como cuando los canes aportan su granito de arena en el ámbito sanitario. Sin embargo, ahora hay un amplio abanico de posibilidades en las que pueden participar estos animales. Wanda, Celta, Aston y Etna son perros de conservación, canes que suponen una herramienta muy flexible y potente ya que son capaces de adaptarse a múltiples proyectos medio ambientales. Además, estos cuatro animales tienen unas capacidades determinadas, ya que por su desarrollado sentido del olfato pueden llegar a detectar rastros poco evidentes, además de su habilidad de trabajar en una amplia variedad de hábitats.

Muchas son ya las organizaciones que en España han apostado por integrar la labor de estos animales en la conservación del medio ambiente, como hizo Francisco Cervantes, junto con Ideas Medio Ambientales en Albacete, a través del proyecto Biocan Utility. «Tuvimos la idea de emplear perros para la conservación del medio ambiente porque tratábamos de detectar especies amenazadas, las cuales son muy difíciles de apreciar por el ojo humano, algo que para estos animales es muy sencillo por sus innatas habilidades». Para poder realizar su labor con total éxito, estos canes son entrenados con un adiestramiento en positivo, «un entrenamiento basado en las pautas básicas del condicionamiento operante, por el cual el comportamiento de los perros es reforzado con recompensas», afirman desde Ideas Medioambientales a LA RAZÓN. Y los resultados son espectaculares. Biocan Utility consiguió una tasa de éxito del 90% en perros, mientras que, en condiciones similares, los buscadores humanos tan sólo alcanzaron el 20%. Según la adiestradora Ingrid Ramón, que colaboró en el proyecto Quercus Lupus junto con Argus Detection Dogs -(un centro dedicado al adiestramiento de perros de detección)- y el Doctor Martí Boada, «escondimos diez muestras e hicimos una especie de perros versus humanos. El resultado fue que las personas tan sólo consiguieron cuatro muestras en media hora, mientras que los animales lograron el pleno en diez minutos».

Localizar fauna no es la única labor de estos canes, también trabajan «para la detección de cebos envenenados en el campo y la protección colonial, ya que, con ello, los perros defienden a las aves de otros depredadores», asegura Cervantes.

Labores como las de estos perros son necesarias para ayudar a la conservación del ecosistema, ya que, además de aportar muestras más fiables, «consiguen descubrir efectos medioambientales que se encuentran en su primera fase. Así, antes de que éstos destruyan el ecosistema, estos animales son capaces de detectarlos y gracias a su descubrimiento, los investigadores pueden actuar en consecuencia», asegura Ingrid. Además, su labor no contamina, es mucho más rápida y los perros pueden cubrir grandes áreas a un coste menor que si lo realizase de forma íntegra una persona.