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Radiografíar los árboles para prever la caída de sus ramas
El Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines, AIDIMA, dispone de un sistema de evaluación no destructiva de la madera que permite diagnosticar estado de salud interna de árboles utilizando distintas herramientas para conocer con detalle el estado del arbolado y por tanto llevar a cabo medidas correctoras que minimicen el riesgo de accidentes ante la caída de árboles o parte de sus brazos en la vía pública, especialmente en días de fuertes rachas de viento, y sus días posteriores.
El sistema integrado realiza un análisis exacto del estado de la madera sin realizar catas agresivas. Está compuesto por herramientas de inyección y recepción de impulsos electromagnéticos, o por ultrasonidos, y un ordenador que ofrece una imagen en capas tridimensionales de la estructura interior, tanto del tronco de árboles vivos, como en estructuras de madera. Los resultados obtenidos son inmediatos al disponer de múltiples sensores que se acoplan al cuerpo del árbol y rebotan la señal ultrasónica emitida por la fuente, dibujando así un mapa que posibilita establecer los módulos de elasticidad y de flexión estática o ruptura ante determinada fuerza.
El análisis aporta series de datos que son introducidos en una aplicación informática que evalúa las probabilidades y riesgos de quiebros y desgarros, y son que son representados por los especialistas para elaborar mapas de riesgo por zonas y especies arbóreas que permitan tomar decisiones de intervención.
Tomógrafo y resistógrafo
Las dos tecnologías más empleadas son el tomógrafo de impulsos electromagnéticos, y el resistógrafo, que con una elevada resolución permite conocer la densidad de la madera, detectando huecos por pudrición o por insectos xilófagos. Ésta herramienta es muy útil y de gran importancia ya que posibilita el análisis en zonas poco accesibles por otra instrumentación, como la parte baja del tronco y las raíces. Usando estos sistemas y otros complementarios que emplea AIDIMA, puede diagnosticarse y pronosticarse si un árbol o parte de él presentan riesgo de partirse o caerse. Este diagnóstico previo posibilita aplicar medidas preventivas (como cirugía arbórea) para garantizar la salud del árbol y poder así monitorear el estado del árbol con el paso del tiempo.
Según indican los técnicos del Instituto Tecnológico AIDIMA, evitar el desgarro y posterior caída de un árbol enfermo o alguno de sus brazos debe ser un trabajo realizado por expertos, puesto que las probabilidades de fractura en árboles afectados por podredumbre no son detectables a simple vista. “Estas debilidades del tronco se encuentran bajo la corteza del árbol y afloran a la superficie sólo en determinadas ocasiones”, precisan.
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