Navidad
San Perrestre: sin restricción en el centro
El número de participantes de esta fiesta organizada por El Refugio crece año tras año, alcanzando casi el millar en esta VI edición.
El número de participantes de esta fiesta organizada por El Refugio crece año tras año, alcanzando casi el millar en esta VI edición.
El Refugio cumple veinte años y su emblemática San Perrestre, seis. Ayer se celebró en Madrid la última edición de este paseo por el Barrio de las Letras, que partió desde Cibeles hacia la Plaza Mayor, la Puerta del Sol y el Congreso de los Diputados y que se ha convertido en una tradición navideña en la capital. Desde la protectora celebran la consolidación de una fiesta que no deja de sumar asistentes año tras año: en esta sexta edición contó con la participación de casi mil personas con sus fieles amigos de cuatro patas.
Pero al Refugio le sobran los motivos de celebración. Si el año pasado ya lograron su objetivo de que se permitiera el acceso al Metro de Madrid de los canes –que ha permitido que muchos de los participantes no tuvieran que renunciar ayer a la San Perrestre debido a las restricciones de tráfico–, en 2016 la meta fijada también se ha alcanzado: la cifra de sacrificios en la Comunidad de Madrid ha sido cero.
¿Qué le piden a 2017? El lema de la San Perrestre lo dice todo: «Los amigos no se compran, adóptalos». Es un recordatorio tan conocido como importante y que no se puede dejar de repetir mientras la acción de las protectoras juegue un papel fundamental y el abandono se mantenga como un drama que afecta en torno a 140.000 animales cada año en España. Nacho Paunero, fundador del Refugio, señala que «hay miles y miles de animales abandonados cada año y la adopción es la única salida digna para ellos». Es un mensaje que, en estas fechas, va especialmente dedicado a los Reyes Magos.
Por eso, el paseo ha contado, además de con los grupos de amigos, las familias y sus miembros peludos, con cinco invitados de honor rescatados de distintos puntos de la geografía española: Lía, Arcilla, Smile, Solfa y Sultán. Todos ellos han encontrado en el Refugio un hogar provisional y han logrado dejar así atrás los días en la calle, pero buscan una familia que les devuelva el cariño que ellos están deseando dar.
Nacho ha completado la marcha en compañía de la pequeña Lía, de un año y muy cariñosa, que fue rescatada de una cuneta en Benicassim, y se muestra satisfecho porque se ha despertado «mucho interés por ellos» y, aunque aún no han sido adoptados, confía en que lo hagan pronto gracias a la difusión de las redes sociales.
El presidente del Refugio desconoce el número de kilómetros recorridos, pero es lo de menos. Hay un punto de partida y un destino, pero no se reparten medallas ni se miden los tiempos, todos ganan y contribuyen con su participación a la recaudación de fondos que se destinan íntegramente al cuidado de los animales que El Refugio tiene a su cargo. «Es un paseo tranquilo para disfrutar de las zonas más emblemáticas de Madrid con tu mejor amigo». Además, el sol que lució ayer sobre la capital puso la guinda a una fiesta perruna que no pudo transcurrir mejor.
El Refugio es una organización sin ánimo de lucro dedicada al rescate de perros y gatos abandonados y, por desgracia, en muchas ocasiones, previamente maltratados. Aunque ayer no participaron más que canes en el tour –«los gatos, dice Nacho, no se lo habrían pasado muy bien»– quienes busquen un compañero felino también pueden encontrarlo ahí.
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