
Jardinería
El método japonés para tener plantas siempre en flor
Inspirado en una tradición milenaria, este enfoque japonés propone una forma más consciente de cuidar tus plantas y lograr una floración constante sin excesos ni fórmulas milagrosas

En Japón, el cuidado de las plantas se entiende como un ritual de conexión con la naturaleza. No se trata solo de regar o podar: se trata de observar. Antes de cualquier intervención, los jardineros japoneses dedican tiempo a mirar de cerca sus plantas, notando el color de las hojas, el estado del tallo, la textura del sustrato o la aparición de insectos beneficiosos o dañinos.
Este gesto diario de atención plena -similar a una meditación- permite detectar desequilibrios de forma temprana y actuar con precisión. Así, se evitan errores comunes como el exceso de riego o la poda drástica, y se cultiva una relación más armónica entre el ser humano y su entorno vegetal.
Cómo aplicar el método japonés en casa

El primer principio es la moderación en el riego. Las plantas no deben estar empapadas ni completamente secas. Para saber cuándo necesitan agua, basta con introducir un palillo de madera en la tierra: si sale seco, es momento de regar. Siempre se recomienda usar agua de lluvia o reposada en lugar del agua del grifo.
En cuanto a la poda, los japoneses siguen la máxima de "menos es más". Solo se retiran hojas secas, flores marchitas o ramas mal orientadas, y siempre respetando la forma natural de la planta. Los cortes deben ser suaves, precisos y sin alterar su estructura.
Fertilización, entorno y energía del espacio

La fertilización también es ligera y constante, con preferencia por ingredientes naturales como compost, restos de té o café, o bokashi (una mezcla orgánica fermentada). Cada dos semanas se recomienda aplicar un fertilizante suave, rico en potasio y fósforo para estimular la floración, evitando el exceso de nitrógeno que solo potencia el crecimiento de hojas.
Además, la atmósfera del entorno importa. Una planta florece mejor en un espacio limpio, ventilado y con la luz adecuada. Por eso se aconseja rotar las macetas periódicamente y mantener el área libre de obstáculos para asegurar una exposición equilibrada a la luz solar.
Hablar con las plantas y respetar sus ciclos
En Japón, es común hablarle a las plantas. Puede sonar poético, pero detrás hay un mensaje: prestar atención, estar presentes. Algunos estudios incluso han señalado que las vibraciones del sonido podrían tener efectos positivos sobre el crecimiento vegetal.
El método japonés también enseña a respetar los ciclos estacionales. Cada estación tiene una función: en primavera se estimula la floración, en verano se sostiene la energía, en otoño se protege y en invierno se permite el descanso. No se fuerza la floración fuera de época: se acompaña el ritmo natural, y como resultado, se obtienen flores más abundantes y duraderas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar