Sanidad
Mónica García inflama a los médicos con su gestión en Ceuta y Melilla
Los profesionales sanitarios se sienten «humillados» por el hecho de que el Ministerio ponga en duda las precarias condiciones en las que desarrollan su trabajo
Tanto los médicos como los ciudadanos de Ceuta y Melilla llevan años denunciando que la sanidad que se presta en ambas ciudades autónomas atraviesa unas carencias gravísimas. Estas reclamaciones se intensificaron en marzo de 2023, cuando los sindicatos convocaron la que se conoció como la huelga con mayor duración de la historia de España. Pero esta movilización no fue suficiente para que el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad de Mónica García, que gestiona la prestación sanitaria pública de estas ciudades, asumiera sus responsabilidades.
Tras un periodo de tregua con el que los médicos pretendían dar margen a la actual ministra de Sanidad para que tomara medidas, la situación se ha recrudecido y los profesionales han vuelto a reactivarse y reclamar soluciones.
Ante esta nueva acometida, Ingesa ha decidido manifestarse, y lo ha hecho negando «categóricamente» la crisis y defendiéndose de las acusaciones recibidas.
Uno de los primeros detonantes del cruce de acusaciones y comunicados que se ha producido durante el pasado mes fue la comparecencia de la ministra en el Senado el martes 10 de septiembre. Mónica García ponía en valor «el esfuerzo que está haciendo el Gobierno de España para mejorar la atención sanitaria en Ceuta y Melilla». Y subrayaba la inexistencia de listas de espera en Atención Primaria, «con una atención promedio de 38 pacientes diarios». Además, aseveraba que «las condiciones laborales y retributivas de los médicos de Ceuta y Melilla no son equiparables a las de la península: son mejores. Las retribuciones del personal facultativo en Ceuta y Melilla son las más altas de España».
La ministra también destacaba un aumento en el número de médicos del 20% en los últimos 10 años. «No es accidental: el Gobierno de España destina hoy 45 millones de euros más a personal que hace 10 años y 100 millones más en gasto sanitario que hace una década», concluía.
Los presidentes de los Colegios de Médicos de Ceuta y Melilla matizaron estas declaraciones: «La Unión Europea ha calificado la sanidad de Ceuta y Melilla como la peor de toda España y una de las peores de Europa. El propio Ministerio de Sanidad, en sus estadísticas, tampoco arroja datos positivos. Resalta que estas ciudades tienen la menor tasa de médicos por habitante de España. En medicina de familia y pediatría la tasa por 1.000 habitantes es de 0,57 en Melilla, y de 0,58 en Ceuta. Y a esto hay que sumarle que tenemos una de las plantillas más envejecidas (con el 45% de trabajadores superando los 60 años)», indica Enrique Roviralta, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Ceuta.
El 19 de septiembre se produjo un nuevo capítulo. La ministra de Sanidad, Mónica García, enviaba una carta a la consejera de Políticas Sociales y Salud Pública del Gobierno de Melilla, Randa Mohamed. En ella, solicita a la consejera que hiciera una oferta a los médicos internos residentes (MIR) que terminaban su formación de cuatro años el 24 de septiembre para «fidelizarlos».
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Melilla, Justo Sancho-Miñano, reaccionaba a la misiva con gran perplejidad. «Llegamos a pensar que esta carta había sido un bulo. Pero no, era real. La ministra se dirigía una carta a ella misma solicitando la contratación de médicos residentes. Porque, en el caso de Ceuta y Melilla, esta competencia no está transferida y depende exclusivamente del Ministerio», señala.
Esta anécdota no solo generó un aluvión de críticas debido a que las competencias en materia de contratación correspondían al propio Ministerio de Sanidad. También propició el resurgimiento de la sensación de abandono y frustración que, durante tantos meses y ante el mutismo de Sanidad, había calado entre los médicos.
De hecho, lejos de intentar adquirir una postura conciliadora, ante las preguntas del Partido Popular en el Parlamento, el Ministerio volvía a dar un paso a la defensiva poniendo en cuestión la declaración de zona de difícil cobertura en Ceuta y Melilla. «Tales criterios no se cumplen en todos los puestos de trabajo de personal sanitario del Ingesa en Ceuta y Melilla, incluso la cobertura de muchos de los cuales es altamente demandada. De hecho, desde la entrada en vigor del Real Decreto 118/2023, el saldo neto de facultativos especialistas en Ceuta y Melilla es positivo, precisamente por ser sus condiciones retributivas superiores a las del resto de España», contemplaba el documento.
Ante esta respuesta, el Sindicato Médico de Ceuta (SMC) lanzó un comunicado en el que hacía constar su profunda indignación y la gravedad de que las autoridades minimicen la gravedad de la situación. «Nos parece indignante que el Gobierno, a estas alturas, aún dude, después de dos años de haberse publicado en el BOE, de si Ceuta es o no una zona de difícil cobertura médica», indica. «Lejos de ofrecer soluciones reales, las afirmaciones del Ejecutivo demuestran una ignorancia alarmante y un desprecio absoluto hacia los profesionales médicos y la ciudadanía. Esta postura solo evidencia una desconexión preocupante con la realidad que se vive en los centros de salud y hospitales de Ceuta», defiende.
Y añade: «Nuestra ciudad sufre una escasez crónica de médicos en diversas especialidades como Endocrinología, Dermatología, Radiología, Urología, Oftalmología, Oncología o Urgencias y Atención Primaria, entre otras. Nuestro verdadero interés es contar con más profesionales cualificados para garantizar una atención digna a nuestros pacientes, así como poder reducir el número de guardias y sobrecargas que ponen en riesgo tanto nuestra salud como la de quienes atendemos. Actualmente, los médicos de atención primaria en Ceuta deben atender hasta 70 pacientes al día, doblando consultas y trabajando en condiciones insostenibles».
En este marco de hostilidad, se producía la aprobación de la reclamación al Gobierno para desarrollar incentivos económicos con la finalidad de retener médicos en Ceuta. La propuesta ha estado impulsada por Vox. «Es evidente que la sanidad está en una situación crítica o dramática», ha comentado Sergio Redondo, portavoz de Vox en la Asamblea de la Ciudad Autónoma de Ceuta. Entre otras cuestiones, ha destacado que el «servicio de oncología está bajo mínimos».
Este pequeño avance era ensombrecido apenas un día después por un nuevo comunicado del Ministerio de Sanidad en el que los responsables políticos negaban, aún con más ímpetu, la situación. «Negamos categóricamente que exista crisis sanitaria. El Sindicato Médico de Ceuta no aporta datos que avalen ese escenario y los que aportan son manifiestamente falsos», sentencia el ente dirigido por Jesús Lopera en ese territorio. «El Ingesa también invita al sindicato a que estudie los datos que son públicos y en aras de transparencia y precisión, adopte un enfoque realista y que no tenga tintes políticos ni anteponga intereses económicos particulares a los intereses y derechos generales de la ciudadanía», vela el comunicado.
«Llevamos casi dos años desde que convocamos las movilizaciones. Al principio, parecía que no tenían tiempo ni presupuesto para solucionar una situación que sigue empeorando: médicos de primaria que se jubilan, especialistas que por edad dejan de hacer guardia… Pero las reacciones de los últimos días nos llevan a pensar que lo que no tienen es ningún interés. Y pedimos que dejen de incurrir en esta persecución y en demonizar a los médicos, haciendo entender que estas reclamaciones responden al interés económico de los profesionales», concluye Roviralta.
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