Montserrat Gomendio: «Las familias tendrán que elegir la educación que deseen para sus hijos»

– Hoy arranca una semana de huelga educativa. Quienes la promueven, dicen que la futura ley de educación será una vuelta a la educación franquista.

–Es una forma muy fácil de descalificar la ley. La mayoría de las propuestas de la LOMCE son medidas probadas y contrastadas en otros países. Las críticas reflejan el inmovilismo y la defensa interesada de un modelo como el actual que a todas luces es ineficiente.

–Hay padres que se han quejado de que se utilice parte del tiempo escolar en los centros para preparar la protesta de esta semana en la educación. ¿Considera normal que esto ocurra?

–Nuestro sistema adolece de unos resultados muy pobres. Creo que todo el énfasis lo deberíamos poner en que los alumnos estuviesen en clase aprendiendo y mejorando ese nivel de rendimiento. A los niños se les está transmitiendo una visión muy distorsionada de lo que es nuestro proyecto de ley.

–¿Le preocupan las críticas a la LOMCE?

–Ni la futura ley es segregadora, ni destruye la escuela pública. Todas las medidas benefician por igual a los tres modelos (público, privado y concertado). Nosotros defendemos la convivencia de los tres y quienes proponen la desaparición de esa diversidad y el mantenimiento de un único modelo deberían decirlo con claridad. He pedido que se identifique cuáles son aquellos aspectos de nuestra propuesta que justifican esta crítica y todavía estoy esperando respuesta.

– ¿Cuál será la educación que tendremos en España con el planteamiento que hace el Gobierno?

–Planteamos un cambio radical del modelo que modernice la educación, que incorpore flexibilidad y autonomía al sistema actual, rígido y monolítico. Queremos cambiar la forma en la que se enseña a los alumnos y que haya evaluaciones al final de cada etapa que sirvan para señalizar claramente cuáles son los objetivos que todos los estudiantes tienen que cumplir para obtener la titulación. Esto va a aclarar tanto a los alumnos como a los profesores y los padres. Ahora los estudiantes aprenden cada una de las materias de forma independiente, no se fomenta que aprendan a relacionar unas materias con otras y, sobre todo, no se potencia el espíritu crítico, la creatividad, el desarrollo de ideas propias, aprender a escuchar otros argumentos de forma constructiva...Tenemos una educación muy centrada en memorizar una serie de datos y volverlos a repetir en un examen.

–El PSOE dice que la LOMCE es una ley «low cost». ¿Eso es malo?

–Alumnos que antes abandonaban los estudios asumimos que elegirán FP, que es una trayectoria más costosa que el Bachillerato. También hemos hecho cambios en los PCPI, que pasan a ser de dos años de duración obligatorios, en lugar de uno. Estas dos medidas son de coste. Sin embargo, en el Bachillerato se tiende a una racionalización, porque ahora hay mucha diversidad de materias. Al final hay un desembolso que no es muy elevado si lo comparamos con la LOE (7.000 millones). Nosotros sólo computamos el coste de las medidas que planteamos y, sin embargo, con la LOE se hizo una especie de memoria económica que incluía el coste de las becas y hasta de las jubilaciones anticipadas.

– Se ha hablado de falta de diálogo sobre la ley. ¿Es verdad?

– Radicalmente no. Llevamos muchos meses hablando tanto con autonomías, como con sindicatos, asociaciones de padres, profesores, directores de centros... De hecho, hay un pequeño retraso en la tramitación de la ley por eso. Los sectores que se quejan son los que no han venido a hablar con nosotros o cuando lo han hecho han tenido una actitud poco constructiva.

–El Estado regulará las asignaturas troncales, pero ¿el hecho de que las de especialidad queden en manos de las autonomías no provoca que los alumnos aprendan cosas distintas según donde vivan ?

–Las troncales son comunes a todos los estudiantes y el Estado define las evaluaciones y contenidos; en el siguiente bloque de asignaturas hay un grado de optatividad, pero el Estado sigue definiendo los estándares de la evaluación y cuáles son los objetivos en conocimientos y competencias al final de cada etapa. Se les da mayor margen de autonomía a los centros, que utilizarán en beneficio propio para especializarse. Es una equivocación pretender que todos los centros oferten lo mismo. Las familias tendrán pluralidad de oferta y tendrán que elegir la educación que quieren para sus hijos.

–¿Qué falla para que habiendo invertido mucho y con profesionales bien remunerados haya un 26% de abandono?

–El planteamiento de que el modelo actual es equitativo no refleja la realidad. El acceso universal a la educación se ha conseguido, pero el sistema deja en la cuneta a uno de cada cuatro chicos. Por tanto, no es suficiente con garantizar la entrada en el sistema, hay que desarrollar un nuevo modelo capaz de detectar y desarrollar el potencial de cada alumno.

–¿Cómo explica que hayan aumentado las tasas universitarias y a la vez el número de alumnos que va a la universidad?

–Se debe a que la subida ha sido leve en la mayoría de las autonomías. Incluso en los casos en los que el aumento ha sido mayor, las tasas continúan representando un porcentaje por debajo del coste real de los estudios y aquellos estudiantes con bajas rentas familiares tienen garantizada una beca. El mayor efecto de la subida de tasas ha sido penalizar a los repetidores. De esta forma nos aseguramos de que los recursos que la sociedad invierte llegan a los que tienen un mejor rendimiento. La gente olvida que los estudiantes estaban pagando unas tasas que representaban el 15% del coste real de sus estudios.

–¿Va a introducir cambios en la universidad?

–Este mes conoceremos las propuestas del comité de expertos que se formó sobre la universidad. Luego las discutiremos con todos los sectores.