El motivo por el que se pide a los jardineros espolvorear azúcar en el césped del jardín esta primavera

Cada primavera, quienes sueñan con un césped verde, uniforme y sin calvas se enfrentan al mismo dilema: gastar en fertilizantes caros o pasarse horas arrancando malas hierbas. Pero esta temporada, un truco casero está ganando terreno entre jardineros y expertos por igual. ¿El secreto? Espolvorear azúcar común sobre el césped.

Sí, así como lo lees: azúcar blanca. Lo que parece una receta de repostería es en realidad una técnica que promete revitalizar el césped, reducir las malas hierbas y hacer que brote más fuerte y denso. Y lo mejor: no requiere productos químicos ni grandes inversiones.

El azúcar como aliado para mejorar el suelo

Según Lindsey Hyland, fundadora de Urban Organic Yield, la clave está en el efecto que tiene el azúcar sobre la capa de "thatch": restos de hierba muerta y materia orgánica acumulada que impiden el crecimiento de nuevos brotes. "El azúcar ayuda a descomponer esa capa y mejora la salud del césped", explica.

Además, Hyland señala que las malas hierbas suelen prosperar en ambientes con acceso directo a luz y humedad. Al modificar ligeramente el equilibrio del suelo con azúcar, se puede hacer que ese entorno sea menos favorable para ellas.

Un césped más denso, verde y libre de químicos

El azúcar no solo ayuda a limpiar el terreno de residuos, también nutre las raíces y mejora la densidad del césped. El proceso alimenta los microbios del suelo, que a su vez liberan nutrientes esenciales para el crecimiento de la hierba. "Esto hace que zonas amarillentas o calvas vuelvan a llenarse de forma natural, sin necesidad de fertilizantes sintéticos", añade Hyland.

Bill Glaser, fundador de Outstanding Foods, apoya esta técnica, pero advierte: "Debe usarse con moderación, aproximadamente una vez al mes. No se trata de espolvorear azúcar constantemente". Según él, el exceso podría atraer insectos no deseados o alterar el equilibrio del suelo.

¿Cómo aplicar el azúcar correctamente?

• Usa azúcar blanca granulada, no morena ni en polvo.

• Espolvorea ligeramente una capa sobre el césped seco, preferiblemente por la mañana o al atardecer.

• Riega después de la aplicación para ayudar a que el azúcar penetre en el suelo.

• Repite el proceso una vez al mes durante la primavera y el verano.

Aunque suena insólito, este truco tiene lógica desde el punto de vista biológico: al alimentar los organismos del suelo, se mejora su salud general, algo que muchas veces se pierde con el uso excesivo de fertilizantes químicos. Como todo en jardinería, requiere observación y equilibrio.